Iniciativa de Halloween- El Espantapajaro/The scarecrow

La noche de Halloween es mi favorita, porque puedo caminar disfrazado libremente por la calle sin llamar la atención y nadie sospeche de mí

Soy uno más del tumulto que se lanza a las calles a disfrutar la fecha especial en la cual se le rinde tributo a las brujas y la muerte.

Este año escogí mi disfraz cuidadosamente, un espantapájaros tan común y realista que nadie sospecharía que bajo esas ropas viejas y remendadas se esconde un verdadero monstruo. La máscara de saco con esa eterna sonrisa cosida me permite observar sin ser visto.

Cuando cae la oscuridad camino sin rumbo por un rato y a medida que el caos se va haciendo corriente, la risa de los niños emocionados pidiendo dulces y la de los adolescentes y adultos tomando alguna bebida, como felino en caza me preparo para el último acto.

El jolgorio va calentando mi sangre y mi cerebro va analizando las posibles víctimas, una que no espere mi actuación y que se encuentre alejada del tumulto.

A los minutos veo una joven sola caminando por un callejón oscuro hablando por teléfono, muy distraída como para notar que no está sola.

La sigo en silencio mimetizándome con las sombras, esperando el mejor momento para realizar mi movimiento y de paso asegurándome que no habrá testigos.

Unos segundos después la agarro por detrás, cubriendo su boca antes de que pueda gritar. Forcejea con fuerza pero yo soy más grande, más fuerte. Saco mi fiel navaja y comienzo a apuñalarla. Una, dos, diez veces, hasta que deja de moverse.

Observo el espectáculo de su sangre saliendo a borbotones de su cuerpo con una mezcla de éxtasis y repulsión.

Arrastro el cuerpo hasta mi camioneta y lo meto en la parte trasera, esto lo hago apresuradamente para evitar que alguien pueda verme.

De vuelta a mi viejo granero situado lejos del pueblo, cuelgo su cuerpo inerte, como si fuera una res junto a las otras víctimas que ya se han ido secando.

Una colección que va creciendo año tras año. Nadie sospecharía que detrás de este disfraz de espantapájaros se esconde un verdadero monstruo.

Esta noche, al igual que las nueve anteriores en la misma fecha fue un éxito. Pero ya estoy ansioso por la siguiente celebración de Halloween. Después de todo, es la única vez del año en que puedo ser yo mismo sin temor a ser atrapado.

Halloween night is my favorite night, because I can walk freely in costume down the street without attracting attention and no one suspects me.

I am one more of the crowd that takes to the streets to enjoy the special date in which tribute is paid to witches and death.

This year I chose my costume carefully, a scarecrow so common and realistic that no one would suspect that under those old and patched clothes hides a real monster. The sack mask with that eternal stitched smile allows me to observe without being seen.

As darkness falls I walk aimlessly for a while and as the chaos becomes commonplace, the laughter of excited children begging for candy and the laughter of teenagers and adults having a drink, like a feline on the hunt I prepare for the last act.

The revelry is heating my blood and my brain is analyzing the possible victims, one that does not expect my performance and that is away from the melee.

A few minutes later I see a young woman alone walking down a dark alley talking on the phone, too distracted to notice that she is not alone.

I follow her silently, blending into the shadows, waiting for the best moment to make my move and making sure there will be no witnesses.

A few seconds later I grab her from behind, covering her mouth before she can scream. She struggles hard but I am bigger, stronger. I pull out my trusty knife and start stabbing her. Once, twice, ten times, until she stops moving.

I watch the spectacle of her blood gushing out of her body with a mixture of ecstasy and revulsion.

I drag the body to my truck and throw it in the back, this I do hurriedly to avoid anyone being able to see me.

Back in my old barn far from town, I hang his limp body, as if it were a carcass, next to the other victims that have already dried up.

A collection that grows year after year. No one would suspect that behind this scarecrow costume hides a real monster.

This night, like the previous nine on the same date was a success. But I'm already looking forward to the next Halloween celebration. After all, it's the one time of the year when I can be myself without fear of getting caught.