Observaciones en un "Ciempiés" de la familia Scolopendridae | ¿Realmente todos tienen 100 patas?

Cuando vivimos en zonas cálidas y con alta humedad siempre debemos ser cuidadosos cuando realizamos tareas en el jardín que ameriten la manipulación de material vegetal o cuando trabajamos directamente el suelo (con las manos desnudas), ya que en estos lugares se pueden llegar a ocultar organismos que, aunque no tengan mucha peligrosidad, pueden generarnos algún problema que nos haga pasar un mal rato. En este sentido, uno de los organismos que nos pueden hacer pasar un susto son los siempre admirables y respetables "ciempiés", esto porque en las zonas en donde se suele concentrar la humedad es probable que haya algunos empleando el lugar como refugio o quizás sean atraídos por la existencia de buenas fuentes de alimento, suelen actuar en horarios nocturnos, mientras que en el día se ocultan bajo el suelo, en macetas o entre la hojarasca que encuentren.

Por lo general, no suelo ser muy fanático de estos organismos de cuerpos alargados y con múltiples patas, creo que mi blog es un reflejo de esto por solo tener un par de publicaciones referentes a este grupo en los 6 años que llevo en la plataforma, pero no esta de más comenzar indicando que estos ejemplares no son insectos y mucho menos arácnidos, son de grupos completamente diferentes, en este caso pertenecen al taxón llamado Myriapoda. Todo esto lo menciono con la intención de dejar de lado esa creencia tan extendida de que todo lo que tenga varias patas, antenas o se arrastre por el suelo sea un insecto, destacando que el filo Arthropoda no solo está compuesto de insectos, también alberga a miles y miles de ejemplares muy diferentes a estos, siendo uno de los rasgos compartidos entre todos el ser invertebrados o el poseer exoesqueletos, por mencionar unos pocos ejemplos.

^{Nota: Los principales grupos de los llamados artrópodos son los insectos (escarabajos, mariposas, moscas, etc), arácnidos (arañas, escorpiones, entre otros), crustáceos (como los cangrejos) y los miriápodos (ciempiés y milpiés), todos son diferentes y no debemos catalogarlos como lo mismo.}

Un encuentro inesperado...

Dicho esto, hace unos días estuve preparando el suelo para trasplantar unas pequeñas plantas en casa, durante toda esta labor era algo normal que una infinidad de "bichos" salieran de sus escondrijos producto de toda la labor que estaba realizando en el lugar; sin embargo, hubo uno que llamó inmediatamente mi atención porque el sustrato que estaba manipulando se agitaba fuertemente cuando lo movía y, al mirar bien, pude ver que era un ejemplar grande el que se estaba ocultando bajo dicho sustrato. Luego de todo esto empecé a realizar fotografías mientras muy cuidadosamente con ayuda de un pincel iba revelando su cuerpo, de esta manera, en la imagen A vemos que bajo el sustrato se revelaba una pequeña porción de un cuerpo rígido y alargado, tras continuar limpiando muy lentamente con el pincel obtuve la imagen B observándose claramente un ejemplar de los llamados "ciempiés", pero todavía no había dado con la cabeza de este. Continuando con movimientos cautelosos se logró revelar a todo el ejemplar que estaba oculto, todo su cuerpo puede ser visto en la imagen C, el mismo y sin moverse ya infundía respeto, ya que no era tan pequeño como se nota en las fotografías.

Las 3 fotografías mostradas en esta sección fueron secuencias de lo primero que vi, desde un inicio (imagen A) ya sabía que era un "ciempiés" de un considerable tamaño y por ello decidí emplear un pincel para remover el sustrato que lo ocultaba tratando de no alterarlo, pues, son invertebrados extremadamente rápidos y el no saber donde estaba su cabeza me podía exponer a un accidente no deseado si empleaba directamente mis manos. Recalco que no son agresivos, pero si se quedan sin salida más el estrés del momento puede buscar defenderse.

Por otro lado, tras limpiar su cuerpo y remover un poco del sustrato que tenía por los alrededores pude realizar la fotografía que ven, nunca tuve la intención de manipular a este ejemplar de los llamados Scolopendromorpha porque siempre les he mantenido un respeto muy acentuado, además usando mi mano como referencia puedo decir que tenía una longitud que rondaba entre los 9 a 10 centímetros como se indica en la foto, por características superficiales esta pertenece a la familia que también se indica en el pie de la imagen, es decir, la llamada en el campo científico como Scolopendridae. A nivel general, estos organismos son ampliamente reconocidos y tienen una cierta cantidad de fanáticos junto a expertos que las crían con distintas finalidades, los escolopendromorfos son un taxón algo numeroso y extendido por el mundo, se sabe que hay más de 600 especies únicas y algunas tienen el extra de que alcanzan considerables tamaños que rondan los 30 centímetros, en este caso sería como ver a una serpiente con cuerpos cubiertos de quitina y más de 20 patas.

El ejemplar de las fotografías en un inicio se mantuvo tranquilo por el hecho de que no estuve molestándolo mucho, además este ejemplar de escolopendromorfo junto al resto de sus semejantes con los que comparte el grupo suelen ser de hábitos nocturnos, en el día reposan en cualquier lugar que tenga cierta humedad y que los aísle de la luz, siempre buscan estos lugares con humedad porque esto les ayuda a evitar que sus cuerpos se desequen (perder humedad), si esto ocurre y no encuentran un lugar adecuado para ocultarse pueden terminar muriendo.

Tras estar tranquilo iluminé el recipiente en donde lo tenía con el propósito de obtener mejores fotografías y la conducta del ejemplar en ese momento se volvió errática y comenzó a moverse rápidamente, en el corto video que logré captar se puede notar como este escolopendromorfo se desplaza para huir de la luz de la cámara, su instinto le indica el buscar un escondite lo más pronto y el ocultarse debajo de la tierra suele ser la mejor táctica que emplean, todo esto puede ser apreciado en este video. El motivo real del por qué la escolopendra le huye a la luz como Superman le huye a la kryptonita, es porque no la toleran para nada, estar en presencia de luz es algo sumamente estresante para estos ejemplares, de ahí el motivo por el que no suelen ser vistos de manera natural durante el día, técnicamente se diría que son ejemplares con una fototaxia negativa muy acentuada.

¿Por qué no es aconsejable manipular a estos ejemplares?

Como ya lo había mencionado anteriormente, el simple hecho de ver a uno de estos invertebrados que tengan un tamaño considerable ya infunde cierto respeto por sí mismo (sea en el día o en la noche), pero si alguien se atreviera a ignorar su presencia y procede a molestarlo al punto de convertirse en una amenaza, estos ejemplares pueden hacer uso de la mejor "arma" que poseen, para entenderla daré uso de las siguientes imágenes que logré obtener. Ahora bien, en la fotografía de la izquierda hice acercamientos a la cabeza, una desde una perspectiva dorsal y otra desde uno de sus laterales (en el circulo de la izquierda), si nos fijamos bien notaremos que a cada lado de la cabeza tiene una par de patas mucho más gruesas que las demás, pues, estas tienen esta apariencia porque están modificadas y en lugar de ser locomotoras actúan más como un añadido de sus piezas bucales y reciben el nombre de forcípulas. Este par de piezas tienen o terminan en dos especies de uñas o colmillos que, como se podrán imaginar, van unidas a glándulas de veneno que no dudarán en usarlo si no les queda de otra salida, la utilidad natural es más para inmovilizar presas, pero también puede ser usado en la defensa.

Los cambios de velocidad que tienen estos ejemplares también juegan un papel importante, de manera que, si unimos este detalle junto a las forcípulas, una mala manipulación de nuestra parte puede desencadenar un ataque del que podríamos salir perdiendo, probablemente nuestros reflejos no puedan equipararse a la velocidad de estos ejemplares de escolopendromorfos.

En este otro video corto que realicé se puede ver otras de las utilidades de las forcípulas que les dan estos ejemplares, en el mismo se observa como empleando varios de los primeros pares de patas se impulsa hacia adelante para excavar, junto a esto sus forcípulas las abren como "ganchos" para tomar y remover pequeños terrones de tierra, incluso pueden sujetarlos para colocarlos en algún lugar que no estorbe. Todo el cuerpo alargado más las fuertes patas los hace formidables depredadores, son muy generalistas en este sentido pudiendo consumir distintos vertebrados pequeños o invertebrados principalmente, todo depende del tamaño de estos "ciempiés" mientras más grande más formidable será.

A ciencia cierta, no tengo una idea sólida sobre la especie de este ejemplar, para la identificación en escolopendromorfos es necesario observar con mucho más detalle y todo lo que obtuve fueron fotografías y observaciones preservando cierta distancia como han podido notar en cada imagen o video de la publicación; sin embargo, mantengo una creencia muy endeble en que podría ubicarse en géneros algo reconocidos como pueden ser el Rhysida por un lado, mientras que por otro lado pudiera estar equivocado y terminará estando en el Cormocephalus, siendo más que probable que sea el primero mencionado por ser de los más comunes en la zona. Otra cosa que pude notar es que le faltaba el último par de patas a este ejemplar, estas patas suelen ser muy llamativas porque son mucho más largas que el resto y su apariencia es cercana a la que vemos en sus antenas, esta es otra estrategia que emplean para que el agresor no sepa cual de los 2 extremos es la cabeza.

¿Tienen 100 patas? ¿Mito o realidad?

El ejemplar cuenta con un cuerpo segmentado repetidamente (21 segmentos) sin contar la cabeza, la forma de saber cuantas patas posee es contar los segmentos del cuerpo, de manera que, si este ejemplar de la publicación tiene 21 segmentos y cada uno de estos está provisto de un par de patas obtendremos en total 21 pares de patas, es decir, 42 patas en total sin contar las forcípulas. Por ello, la creencia de que todos tienen 100 extremidades es más un mito que una realidad, esto mismo aplicaría para los llamados "milpiés" que tienen todavía muchas más patas, aunque la cantidad de patas también varía entre especies teniendo algunas más que otras.

Todas las fotografías y videos pertenecen al autor @abneagro. Las imágenes fueron editadas con la aplicación Canva.

Algunas referencias e información de interés:

Alarcon, Maritza & Cazorla, Dalmiro. (2021). PRIMER REGISTRO DEL CIEMPIÉS Rhysida celeris (Humbert Saussure, 1870) CHILOPODA: SCOLOPENDROMORPHA, SCOLOPENDRIDAE: OTOSTIGMINAE EN LA REGIÓN ANDINA DE VENEZUELA.

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