Artrópodos ectoparásitos del género Ripicephalus

Saludos estimados amigos de la plataforma Hive, sean todos bienvenidos nuevamente a mi blog. El la presente entrega se abordarán puntos importantes sobre la ecología y biología de un determinado grupo de organismos que suelen convertirse en un problema habitual debido a sus estilos de vida dentro y fuera de nuestros hogares.

Dentro del amplio mundo de los artrópodos existe un sin fin de organismos que han adoptado mecanismos o estilos de vida realmente fascinantes. El ingenio desarrollado por muchos de ellos para dejar de lado sus limitantes, han sido un punto de entrada para la investigación a nivel científico, y es que, resulta fundamental el conocer apropiadamente cada uno de los movimientos que realizan estos invertebrados para determinar si pueden ser clave a nivel productivo, o si por el contrario, se convierten en problemas recurrentes dentro de diferentes aspectos o prácticas cotidianas para el ser humano.

Muchas de estas especies pueden ser vectores de ciertas enfermedades causadas por microorganismos; estos últimos suelen usar a los artrópodos como un medio de transporte hasta llegar a un nuevo huésped y ya colonizado el nuevo organismo, es en donde suelen causar problemas de índole sanitario. A su vez, dentro de la clase Arachnida estamos acostumbrados a destacar a las arañas, solífugos, opiliones o escorpiones; pero este grupo también alberga a otros seres vivos que se salen del habitual protocolo demostrado por los ya mencionados invertebrados, tal es el caso de las garrapatas o determinados seres vivos pertenecientes a la subclase Acari.

La subclase Acari posee un superorden conocido dentro del ámbito científico como parasitiformes, y como su nombre lo indica, esta conformado por una serie de arácnidos que emplean a otros seres vivos como transporte, fuente de alimento o como hogar, lo que los convierte en seres parásitos. Asimismo, el problema que suele ocurrir con este tipo de pequeños animales, es que al crecer exponencialmente sus poblaciones pueden generar severos problemas en la salud de su huésped, por lo que si este huésped forma parte de nuestros agroecosistemas podríamos estar ante un desbalance a nivel productivo, lo que generaría pérdidas económicas y en el peor de los casos, enfermedades zoonóticas que pongan en peligro nuestras vidas.

Las llamadas garrapatas, son arácnidos que pertenecen a las familias Argasidae, Nuttalliellidae y Ixodidae, siendo las más comunes la primera y la última. Estos invertebrados son ectoparásitos obligados de una amplia variedad de vertebrados, tales como: perros, aves, bovinos, caprinos, roedores e incluso el humano, en este sentido, requieren de un formidable huésped para poder completar su ciclo biológico.

La alimentación de estos arácnidos es en base a sangre, por lo que técnicamente se diría que son hematofagos; de igual manera, sus huéspedes pueden variar durante todo su desarrollo o pueden ser específicos, esto ya dependerá de la especie de garrapata en su defecto. Debido a sus hábitos alimenticios, se han convertido en vectores de protozoarios del género Babesia, los cuales causan una patología conocida como babesiosis, que puede ser transmitida por otros animales al humano, lo que hace a esta enfermedad provocada por este hematoparásito, del tipo Zoonótica.

Estos protozoarios se pueden transmitir de 2 formas hacia los ixódidos (garrapatas), la primera es cuando una ninfa se alimenta de sangre previamente infectada por estos microorganismos y los mantiene durante casi todo su desarrollo (transmisión transestadial); mientras que la segunda ocurre cuando una garrapata adulta previamente infectada, transfiere al protozoario a sus futuras generaciones con cada puesta, esto se denomina transmisión transovárica.

La familia de ixódidos de mayor importancia es la Ixodidae, las cuales se caracterizan por poseer una región dorsal endurecida (escutelo), por dicha razón suelen ser conocidas como garrapatas duras. En dicho grupo resaltan géneros como Ixodes o el Ripicephalus, albergando este último a las especies Ripicephalus sanguineus (típica garrapata de caninos) y Ripicephalus microplus o garrapata de bovinos, convirtiéndose en uno de los ejemplares que causa problemas frecuentes dentro de la ganadería. Lo anteriormente mencionado no le resta aspectos negativos a las demás especies, ya que solo se menciona a las más comúnes para ejemplificar.

Estos ectoparásitos del género Ripicephalus son generalmente pequeños (solo miden unos milímetros), siendo los machos mucho mas pequeños que las hembras, presentándose un marcado dimorfismo sexual; asimismo, la coloración de estas especies en general tiende a ser rojiza o parda. Cuando las hembras pasan más de 12 días alimentándose de la sangre de su huésped, todas las partes blandas de esta se van expandiendo, por lo que su tamaño se multiplica de manera progresiva y su coloración se va volviendo mucho más opaca, adquiriendo tonalidades más claras y grisáceas; una vez que su cuerpo alcanza el límite, su tamaño ya puede alcanzar o superar el centímetro de longitud.

Las garrapatas suelen ser llamadas erróneamente "insectos", pero solo basta con ver sus cuatro pares de patas para darse cuenta de que es un arácnido. Por otro lado, estos organismos suelen tener ciclos de vida algo diferentes (según la especie), con esto me refiero a que muchas de ellas requieren diversos huéspedes para alcanzar su desarrollo (2 o 3 huéspedes), mientras que otras requieren de solo uno para poder salir adelante.

El escutelo de las hembras suele ser más corto que en el macho, cuando esta ya se encuentra grávida producto de la alimentación y de sus preparativos biológicos para la puesta de huevos, esta región endurecida se ve drásticamente reducida por el aumento de tamaño de todo el cuerpo. El aparato bucal por su parte, está compuesto por los quelíceros (típico de arácnidos) y por una pieza central llamada hipostoma, esta pequeña estructura cumple una función fijadora, para ello posee bordes dentados que le dan mayor anclaje sobre su huésped. Los pedipalpos que generalmente emplean las arañas o escorpiones para sujetar el alimento mientras comen, en las garrapatas tiene una función sensorial, al igual que su primer par de patas.

En la primera imagen se puede apreciar de mejor manera sus 4 pares de patas, estas son de color rojizo como lo suele ser su cuerpo antes de llenarse producto de la alimentación. En su región inferior se ubican su parte genital y su ano, siendo este último mejor apreciable debido al tamaño de dicha cavidad.

Por otro lado, los ixódidos del género Ripicephalus tienen mayor predilección por las alturas, por lo que habitualmente es común encontrarlas aferradas a las paredes, sobre rocas o dentro de grietas en las superficies. A su vez, son menos móviles que el resto de especies, de manera que, estas optan por esperar a que llegue un huésped incauto a su ubicación para subirse sobre él en busca de alimento y refugio. Para ello, suelen subirse a la vegetación y permanecen allí hasta que algún animal pase, una vez que están sobre el cuerpo del huésped buscan un área en donde el animal parasitado tenga difícil acceso para removerlas. Asimismo, cuando encuentran el lugar idóneo desgarran la piel de su víctima empleando sus quelíceros y acto seguido, incrustan el hipostoma para aferrarse y comenzar a ingerir la sangre de forma periódica.

Los machos suelen ser mucho más móviles que las hembras cuando están sobre el huésped, mientras que las hembras solo se aferran a algún sitio hasta que llegue el momento de colocar los huevos.

A pesar de poseer patas cortas, estas extremidades son lo suficientemente fuertes para proporcionarles también cierto agarre ya sea sobre alguna superficie o sobre su huésped, son invertebrados que evolutivamente están adaptados para aferrarse o anclarse, por lo que muchas veces resulta problemático eliminarlas de nuestras mascotas.

En lo que respecta a su ciclo biológico, es importante acotar que una hembra es capaz de colocar más de 3000 huevecillos en un solo día, lo que denota que su tasa de reproducción es extremadamente alta, debido a este factor la probabilidad de que sus poblaciones se conviertan en plagas es casi un hecho. Por otro lado, su ciclo de vida consta de 4 fases principales (huevo, larva, ninfa y adulto), las larvas pueden identificarse debido a que en dicho instar poseen solo 3 pares de patas, posteriormente cuando realizan la última muda que las transforma en ninfas, adquieren el par de patas restante para tener los 4 pares propios de los arácnidos.

Las ninfas pasan por diversos instares hasta que alcanzan la adultez. De igual manera, la especie mostrada en dicho artículo requiere de 3 huéspedes, ya que en su etapa como larva suelen emplear a pequeños roedores como alimento, posteriormente cuando están listos para convertirse en ninfas abandonan a su primer huésped para mudar de cutícula, por lo que luego necesitan de un nuevo animal para continuar con su ciclo.

La hembra suele buscar lugares seguros y húmedos para colocar los huevos, ya que estos requieren de cierta humedad. Curiosamente las garrapatas adultas o las ninfas no son muy fieles al factor humedad, ya que este punto fomenta la proliferación de hongos que pueden generarles problemas, pero sus huevos si requieren de dicha humedad para el óptimo desarrollo, de manera que, las garrapatas no proporcionan cuidados extra sobre sus futuras generaciones.

Debido a su morfología, estos ectoparásitos son lentos y toscos, no pueden saltar y son completamente ápteros (no tienen alas), por lo que el seleccionar una ubicación ideal para esperar a sus víctimas es clave para su éxito. No obstante, también recalco que estos ejemplares pueden pasar un estimado de 2 años sin alimentarse, rasgo con el que pueden "burlar" en parte, a estas últimas limitantes.

El daño que causan sobre sus huéspedes puede ser directo o indirecto, dentro del primero se puede mencionar estrés, traumas a nivel dérmico, pérdida de sangre, o anemia; mientras que de manera indirecta son vectores de diversas enfermedades y disminuyen el rendimiento cuando se trata de animales destinados a la producción.

Es completamente necesario manejar algún programa sanitario para regular las poblaciones de ixódidos que pongan en peligro la producción dentro de los agroecosistemas, muchas veces se suelen emplear productos químicos de manera no controlada lo que genera que estos arácnidos se vuelvan resistentes a los productos que se apliquen, por lo que cada vez se tendrá que recurrir a químicos más potentes y por lo tanto más contaminantes, todo esto debe ser monitoreado y se deben aplicar dosis específicas, debemos recordar que los artrópodos son los seres vivos que mejor se adaptan a los cambios, por ende llevan millones de años poblando este mundo, no es cosa de casualidad es una realidad.

Cuando se trata de mascotas, recuerde siempre proteger sus manos con guantes si decide removerlas de manera manual, ya que si se derraman los fluidos que llevan estas garrapatas, los microorganismos pueden por mala suerte llegar a su torrente sanguíneo y causar severos problemas de salud. La remoción de ixódidos tiene su técnica (aunque usted no lo crea), si se retiran de la manera incorrecta el hipostoma puede quedar dentro de la piel del animal, generando infecciones o problemas dérmicos posteriores.

Todas las fotografías presentadas en este post pertenecen al autor @abneagro. Las fotos fueron realizadas con un dispositivo móvil Redmi 8A y editadas con la aplicación canva.