Imagen propiedad @lanzjoseg

Los becerros son el futuro

Cuando José regresó a su finca luego de las vacaciones de diciembre se encontró con una decepcionante realidad. Su finca había cambiado, el descuido y el abandono se habían apoderado de su terreno, la desidia había germinado como una hierba mala invadiendo los potreros contagiándose a los animales y a los trabajadores.

Fue un gran error dejar encargado a su primo, mucha palabrería, muchos contactos y muchas ideas en la cabeza pero que no supo administrar una hermosa y productiva finca. José desde muy joven, siempre ha escuchado que en el llano existe la regla de las tres costillas, cuando un animal en cualquier época del año se le miran los huesos de tres costillas y mucho más los huesos de la cadera, significa que está en un estado de desnutrición y total abandono.

Los becerros, al igual que los hijos, son el futuro de la actividad productiva si no se atienden cuidadosamente ponen riesgo las nuevas generaciones. El cuidado de los becerros demanda una atención especial no solamente el tema de la salud o la vacuna qué es lo que comúnmente la gente piensa; sino que la nutrición y el cuidado de la pasto es fundamental en el desarrollo agropecuario.

José en diciembre ya había tenido un sueño, como el del faraón de Egipto, en el cual de manera premonitoria veía siete vacas flacas; pero jamás pensó que eso le podía ocurrir a él a su finca o a su país. Esta imagen puede alertarnos, como la parábola de la Biblia de que vienen periodos de escasez o quizás en términos modernos de alta inflación, de precios dolarizados por las nubes y de falta de productos. Al igual que José nuestro país requiere rápidamente de un cambio de encargado botar a su primo fue la mejor elección.

Ahora él debe rápidamente y de manera intensiva debe realizar prácticas de recuperación de potreros de alimentación y suplementación alimenticia, colocar inyecciones de vitamina y de minerales para recuperar a todos los becerros de la finca. Sin becerros no habrá finca en los próximos años.