Efectivamente tu mensaje llega a mi corazón. Partes de lo material como el regalo que se obsequia un solo día, hasta llegar a regalar sentimientos todos los días. Y eres tu, mi Padre bello, como ese príncipe azul emanado de una realidad familiar, viviendo para el mundo como padre y para nuestra familia eres el mundo. Te amo y que Dios te siga bendiciendo.