Ser árbitro de fútbol no es una tarea sencilla, por el contrario, es bastante ingrata ya que por más empeño que se ponga, en muchas ocasiones alguno de los equipos se sentirá perjudicado, cuando no los dos. Eso más la presión del público hace que los encargados de repartir justicia se vean permanentemente siendo juzgados por el entorno y agrega presión adicional a la tarea por demás difícil y compleja.

Es una decisión valiente la tuya y tienes que tener una gran vocación para triunfar en esta meta que te has impuesto.

Mucha fuerza y buenas ondas desde aquí y felicitaciones por tomar esta decisión.