Los clásicos siempre han sido partidos muy divertidos de ver y siempre me emocionaba mucho cuando se jugaban. Sin embargo, en mi caso yo soy de los fanáticos cuyo amor y disfrute por el fútbol español ha disminuido mucho desde que se destapó el Barcagate / caso Negreira hace algunas semanas.
Por eso este clásico por mucho que yo sí lo vaya a ver, no me hace sentir nada a nivel emocional. Como escribe Jorge Valdano en sú último escrito en El País "Clásico, ¿y qué? No nos lo creemos". A mí me sucede un poco lo mismo y de allí toda mi molestia e indignación con el Barcagate. Porque una de las cosas bonitas del fútbol es la pasión, y este caso de corrupción creo que nos ha apagado o al menos disminuido la pasión por los torneos españoles a muchos. Por fortuna allí está la Champions para disfrutarla a plenitud.
De todas formas intentaré enfocarme en el fútbol y espero ver buenas jugadas y bonitos goles.
Así es, quizás el tema extradeportivo es algo que hace que la pasión disminuya, esto de a poco va destruyendo este hermoso deporte. Gracias por pasar a comentar.
Un gran saludo