Se que estoy llegando un poco tarde a la fiesta pero es que los últimos días del 2024 honestamente no tenía ánimos para reflexionar o hacer como un análisis de lo que significó el año para mí, así que hoy siendo el primer lunes del 2025 y sintiéndome mucho mejor, me dispongo a hacerlo para empezar "oficialmente" el año y tomar estas reflexiones para lo que quiero que sea este nuevo año.

Creo que una de las cosas que entendí este año y que más me marcó es que no hay años buenos y años malos, solo hay años donde pasan tanto cosas buenas como cosas malas, esto porque llevaba tiempo encasillada en qué "cada año me va peor que el otro" y solo veía lo malo, ignorando que ese año también había pasado por cosas buenas, así que me fijé el mindset de que para mí no existe el peor año de mi vida o el mejor año de mi vida, al final los años son solo periodos de tiempo. Ojo, no les voy a negar, en cierto punto se sintió que las cosas malas sobrepasaron las buenas, pero de esas situaciones desfavorecedoras me quedo con las enseñanzas y el cambio -para bien- que ellas generaron en mí.

En 2024, pase por procesos de duelo que fueron bastante importantes, perdí a mi abuela, perdí a mi mascota y le di punto y final a una relación bastante importante y en cierto punto del año me sentí muy rota y muy perdida, creo que nunca había sentido el luto de tan primera mano y a pesar de que no fue fácil, confirme que tengo una red de apoyo INCREIBLE, por la que estoy infinitamente agradecida. Gente que estuvo muy pendiente de mí, gente que me ayudó y que estuvo presente y escuchándome cuando necesitaba desahogarme. Otra de las lecciones importantes que salió de este proceso, es el aprender a decir "no" y a ponerme como prioridad, es un poco fuerte haber tenido que llegar al límite para aprender esto, pero era necesario que entendiera que no tengo que decirle si a todo lo que las personas me piden y que debo poner como prioridad lo mío antes que lo de los demás, si en efecto, el "burn out" estuvo fuertecito jajaja!

También, aprendí que dejar ir es uno de los mayores actos de amor y que no es sano aferrarse a situaciones que no nos benefician por simple confort o costumbre, a la larga siempre será peor. Al soltar le damos espacio a los nuevos vínculos y experiencias que la vida tiene para nosotros. En otro orden de ideas, también entendí que a los 30 no se acaba la vida y que me quedan demasiadas experiencias y vivencias por experimentar, no se rían pero no sé porque por mucho tiempo sentía que cumplir 30 años era como el equivalente a que mi vida se había acabado o morirme. Otra de las cosas que aprendí y que es una de las cosas que a lo largo de mi vida me ha costado mucho creer, es que soy capaz de cumplir todo lo que me propongo y que tengo que dejar de lado todos mis miedos e inseguridades y comenzar a tachar cosas de mi "bucket list" y conseguirme un mejor trabajo.

Del mismo modo, entendí que no debo ser tan dura conmigo misma y que debo celebrar mis pequeñas victorias, que algunas veces se ven opacadas por compararme con otros o por otras metas que me he "auto-impuesto". Asimismo, aprendí -por las malas- que debo cuidar de mi salud, nunca había estado tanto tiempo enferma como en el 2024, de hecho, aún lo esto, menos enferma que hace algunos días, pero sigo estándolo.

Pero la mayor enseñanza que me dejo este año y esto fue como el mayor despertar que he tenido en años, es que soy una persona FUERTE. Nunca me había visto así, por el contrario, sentía que era persona muy frágil y/o débil y que eso era uno de mis peores defectos, pero he cambiado mi perspectiva y creo totalmente lo contrario, soy una de las personas más fuertes que conozco por no decir que la más fuerte. Por último, y en un lado más banal, finalmente decidí que el cabello largo no es lo mío y me lo volví a cortar jiji.

2024 fue un año de resiliencia, cambios y de despertar, estoy lista para dejarlo atrás y recibir todo lo que el 2025 tiene para mí. Esto es todo por hoy, gracias por llegar hasta aquí ¡Saludos!