¡SALADO! ¡CÓMO SOBREVIVIR A LA MALA SUERTE!: GUÍA PARA LOS DESAFORTUNADOS

in Humanitas2 months ago

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¿Cuántas veces hemos escuchado el clásico "estás más salado que la cola de la sirenita"? Esta expresión, tan arraigada en nuestra cultura, nos ha llevado a creer que la mala suerte es una especie de fuerza sobrenatural que se cierne sobre algunas personas. Si hiciéramos una lista sobre situaciones vividas por personas "saladas" que conocemos o hemos escuchado, este blog se haría larguísimo. Por ejemplo: "Recuerdo a mi papá, que cada vez que iba a pescar, ¡hasta los peces se escondían! ¿Su solución? Comprar pescado y engañarnos, diciendo "que fue su mejor pesca". Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Es posible que algunos individuos estén destinados a vivir una vida llena de infortunios? ¿Es una maldición? ¿Realidad o superstición?

La ciencia, por supuesto, no tiene una explicación concreta para la mala suerte. Sin embargo, algunos psicólogos sugieren que nuestra percepción de los eventos puede influir en cómo los experimentamos. Si creemos que somos "salados", es más probable que nos fijemos en los aspectos negativos de nuestra vida y que atribuyamos los sucesos desafortunados al azar o a una fuerza superior. Desde que se te despegue el zapato justo antes de salir (que me ha pasado) hasta una caída repentina. Es como ser un profeta del mal, una profecía que —sin querer— la decreta la auto cumplirás hasta sin darte cuenta. Básicamente, si nos convencemos de que algo va a salir mal, lo más probable es que nuestros pensamientos y acciones saboteen nuestros esfuerzos. En el caso de la mala suerte, si creemos que estamos destinados a tenerla, es posible que adoptemos una actitud pasiva y que dejemos de intentar cambiar nuestra situación.

Desde la herradura hasta el ojo turco, los amuletos han sido utilizados durante siglos para protegernos de la mala suerte. Aunque no existe evidencia científica que demuestre su eficacia, muchas personas encuentran consuelo en ellos. ¿Por qué? Porque creer en algo nos da una sensación de control y seguridad. Yo decido creer en Dios, aunque muchas veces digo "de que vuelan vuelan" jaja.

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Las creencias sobre la mala suerte varían mucho de una cultura a otra. En algunas sociedades, se cree que ciertos números o días son de mala suerte, mientras que en otras, se evitan ciertos colores o alimentos. Estas creencias culturales influyen en nuestra percepción de la realidad y pueden hacer que seamos más propensos a experimentar la mala suerte. Por ejemplo, en mi país nadie se casa ni "loco" un viernes 13, si lo haces seguro te irá mal en el matrimonio.

Creer que somos "salados" puede tener un impacto negativo en nuestra salud mental. La ansiedad, la depresión y la baja autoestima son algunas de las consecuencias que pueden surgir de esta creencia limitante. Podemos exagerar un poco las consecuencias de la mala suerte, como perder la lotería justo después de comprar el boleto o tropezar con una piedra y romperse el celular nuevo, y no es mala suerte, simplemente es una situación en particular. Yo, por ejemplo, tengo una amiga que siempre dice que está salada, que le pasa DE TODO y no, no lo puedo negar, es MUY acontecida y no, no lo niego, he caído en la mala costumbre de decirle cosas como "vamos a volverte a bautizar" jajaja pero ahora siendo honesta me doy cuenta que no le estoy contribuyendo a su bienestar emocional, al contrario estoy resaltando esas inseguridades que han llegado a ese límite de creer que todo lo que le sucede es producto de la mala suerte "la sal".

¿Qué podemos hacer para superar la creencia de que somos "salados"? En primer lugar, es importante reconocer que nuestros pensamientos tienen un gran poder sobre nuestra vida. En segundo lugar, podemos practicar la gratitud y centrarnos en los aspectos positivos de nuestra existencia. Y en tercer lugar, podemos desarrollar una actitud más proactiva y tomar medidas para mejorar nuestra situación.

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Cuando un amigo o familiar nos dice que se siente "salado", es importante ofrecerle nuestro apoyo y comprensión. En lugar de reforzar sus creencias negativas, podemos tratar de ayudarlo a encontrar una perspectiva más positiva. Muchas veces, tras esta frase graciosa hay una persona sufriendo una serie de eventos que no la hacen ver lo positivo de la vida.

A veces, los eventos desafortunados pueden ser una oportunidad para aprender y crecer. En lugar de ver la mala suerte como un castigo, podemos buscar las lecciones que podemos aprender de ella.

Al final del día, nuestra actitud hacia la vida es lo que determina cómo experimentamos la realidad. Si elegimos ver el mundo con optimismo y esperanza, es más probable que atraigamos cosas positivas a nuestra vida.

Al final, la mala suerte (situaciones negativas) es como un impuesto que todos debemos pagar en algún momento de nuestras vidas. Pero, ¿sabes qué? ¡También es una excelente excusa para contar historias! Así que la próxima vez que algo salga mal, no te lo tomes tan a pecho. Mejor, ríete de ti mismo y conviértelo en una anécdota para compartir con tus amigos. Después de todo, ¿qué es la vida sin un poco de drama (y de humor)?

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Recuerda que la mala suerte es una creencia limitante. En lugar de quedarnos estancados en el pasado y lamentarnos por lo que pudo haber sido, ¿por qué no enfocamos nuestra energía en el presente y en el futuro? ¡Cambiemos la narrativa! En vez de decir 'soy muy salado', digamos 'estoy aprendiendo y creciendo'.

Bye y ¡salud, saladito que me lees!

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