¡Muévete y Vive!

in Humanitas2 months ago

El Secreto del Bienestar

Fuente

El ejercicio... ¡Ay, el ejercicio! Ese amado tormento que todos conocemos. Amado, porque a través de él podemos alcanzar ese cuerpo que deseamos y, sobre todo, una salud de hierro, siempre y cuando lo acompañemos de una buena alimentación, claro está. Pero también odiado, porque para nadie es un secreto que iniciarse en el mundo fitness cuesta un montón. ¿Y el dolor del día siguiente? ¡Ni te cuento! Parece que te hubiera atropellado un camión. Pero, ¿y si vemos esto desde otra perspectiva? ¿Si empezamos a ver ese pequeño dolor como una recompensa al amor propio?

Porque seamos sinceros, si abandonamos al segundo día, el tercero será peor. ¡Jajaja! Es la pura verdad. Yo misma me puse como objetivo de Año Nuevo empezar a hacer ejercicio en serio. Y bueno, he estado llena de compromisos, pero ya me dije a mí misma: "Este lunes sí es el lunes de comenzar". Y me siento preparada, tanto física como mentalmente. ¡Esta vez sí que sí!


Fuente

Hace poco escuché algo de Sascha Barboza, algo que me encantó. Ella decía que nos debemos llenar de motivación, sí, pero sobre todo de disciplina. Y es que la motivación va y viene, es como una montaña rusa, pero la disciplina es la que nos mueve para cumplir con constancia eso que queremos hacer, es decir, los objetivos que nos planteamos. En este caso, los ejercicios físicos. ¡Cuánta razón tiene!

Por eso, hoy agrego a mi lista de deseos de Año Nuevo el cultivar la disciplina. Así podré cumplir ese otro objetivo que se deriva de este: el poder sentirme realizada haciendo ejercicio. Porque, al final, se trata de eso, ¿no? De sentirnos bien con nosotras mismos.

Ahora bien, ¿para qué es bueno el ejercicio? Pues, una vida con ejercicio te asegura una vejez menos "crocante", ¡jajaja! Es decir, que al agacharte tus rodillas no suenen como galletas viejas. ¡Que no te crujan las articulaciones! Y es que si algo tiene el ejercicio es que te hace más resistente.

Además, el ejercicio no permite que subas de peso (o al menos te ayuda a mantenerlo a raya), te ayuda a mejorar tu sistema cardiovascular, te da energía, te ayuda a dormir mejor... ¡La lista es interminable! Y lo mejor de todo es que te sientes con mucha más vitalidad.

A mí, personalmente, me ayuda mucho con el estrés. Cuando estoy tensa o preocupada, salir a caminar o hacer un poco de ejercicio me despeja la mente y me ayuda a ver las cosas con más claridad. Es como una terapia, pero sin psicólogo.

Y no se trata solo de vernos bien por fuera, sino también por dentro. El ejercicio libera endorfinas, esas hormonas que nos hacen sentir felices. Así que, además de un cuerpo más fuerte, también tendremos una mente más positiva. ¡Es un combo completo!

Claro, al principio cuesta. Es normal sentir dolor, cansancio y hasta pereza. Pero, como dicen por ahí, "el dolor es temporal, la satisfacción es para siempre". Y cuando empiezas a ver los resultados, te sientes tan orgullosa de ti misma que te dan ganas de seguir adelante.

Así que, mi consejo es que no te rindas. Empieza poco a poco, busca una actividad que te guste (¡hay muchísimas opciones!), y rodéate de personas que te motiven. Y, sobre todo, sé constante. La disciplina es la clave del éxito.

Yo estoy convencida de que este es mi año fitness. Me siento motivada, con ganas de superarme y, sobre todo, dispuesta a cultivar la disciplina. Así que a darle con todo. Este camino no es fácil, pero los beneficios valen completamente la pena. No se trata solo de alcanzar una meta física, sino de construir hábitos saludables que nos acompañen a lo largo de la vida. Se trata de invertir en nuestro bienestar, en nuestra salud física y mental, y de sentirnos plenas y con energía para afrontar cualquier reto. Así que, si estás pensando en empezar, ¡da el todo más todo! No te arrepentirás.


Fuente

Posted Using INLEO