Mi cerebro es un circo y yo soy la payasa

in Humanitas4 days ago


Fuente

Alguna vez has estado en medio de una reunión muy seria o en un momento de gran concentración, cuando de repente tu cerebro decide que es el momento perfecto para recordarte esa canción pegadiza que escuchaste en la calle o simplemente desviarse a otro lado? ¡Exacto! Mi mente es como un mono travieso que salta de rama en rama, trayendo a mi conciencia las cosas más absurdas en los momentos menos oportunos.

Mi cerebro es como un niño pequeño en una tienda de juguetes: ¡todo le llama la atención! Estoy intentando concentrarme en una tarea, como lavar los platos, y de repente me pongo a pensar en la trama de esa serie que vi hace años. Es como si tuviera un radar interno para detectar cualquier cosa que no sea lo que estoy haciendo en ese momento. En misa, por ejemplo, mientras escucho las lecturas, mi mente se va diseñando la casa de mis sueños. O veo detalles en la estructura de la iglesia: el techo, las ventanas, las paredes, contando líneas, etc. Es como si tuviera un botón de pausa y otro de "pensamiento aleatorio".

A veces, mi cerebro organiza verdaderas olimpiadas de la imaginación. Por ejemplo, mientras espero que me vengan a buscar, puedo estar debatiendo acaloradamente conmigo mismo sobre la mejor manera de sobrevivir a una epidemia zombie. ¡Sí, has leído bien! Zombie. Y lo más gracioso es que me tomo la discusión súper en serio. Es como si tuviera un equipo completo de científicos locos trabajando en mi cabeza las 24 horas del día. Cabe destacar que hace poco me di cuenta de que no todos planifican estas situaciones y eso me hizo pensar que quizás estoy peor de lo que creía jaja.

Fuente

A veces, me obsesiono con los objetos perdidos de una manera que hasta a mí me sorprende. ¿Qué habrá sido de aquel labial rosa que perdí en casa de mis padres? A pesar de que han pasado años y seguramente ya está seco y hecho pedazos, todavía me pongo a buscarlo en los rincones más insospechados. Es como si ese labial tuviera una vida propia y se escondiera de mí. Algún día lo encontraré.

Mi cerebro adora jugarme malas pasadas. Por ejemplo, puedo estar a punto de decir algo importante y de repente se me olvida por completo la palabra que quiero usar. ¡Es como si mi mente tuviera un censor interno que borra las palabras importantes justo antes de que las pronuncie! Y si estoy tratando de buscar la palabra, puede que si son varias cosas que diré, olvide alguna idea jaja.

Tengo una lista mental de pendientes que nunca termina de crecer. Y lo peor es que, en lugar de concentrarme en lo que estoy haciendo, mi mente se pone a revisar esa lista una y otra vez, agregando nuevas tareas y haciéndome sentir cada vez más agobiada.

También soy una experta en el arte de preocuparme por cosas que podrían suceder en el futuro. ¿Qué pasaría si me quedo sin papel higiénico? ¿Y si me olvida ponerme la ropa y salgo de casa? ¿Y si un meteorito cae sobre mi casa? ¡Mi mente es una máquina de generar escenarios catastróficos!

Desearía que todo fuera perfecto, pero mi cerebro me recuerda constantemente que la perfección no existe. Y así, me paso la vida buscando la perfección en todo lo que hago, lo cual es una receta segura para la frustración. ¿Por qué? Porque nadie es perfecto, y probablemente cuando algo te salga mal te frustrarás y eso no te dejará avanzar. Últimamente he tratado de dar lo mejor de mí, pero entendiendo que la perfección no existe, aunque siempre podemos aspirar a hacerlo lo mejor posible.

He intentado meditar para calmar mi mente, pero lo único que consigo es pensar en todo lo que tengo que hacer, y si es una meditación guiada me estresa enormemente que me digan la forma en la cual debo sentirme cómoda, pues, genialmente, como me dicen, no es jaja. ¡Parece que mi cerebro se activa aún más cuando trato de relajarme!

A pesar de todo, creo que tener una mente tan activa tiene sus ventajas. Gracias a mis pensamientos intrusivos, nunca me aburro y siempre tengo algo en lo que pensar. Además, me ayudan a ser más creativa y a encontrar soluciones a problemas que nunca había considerado. Así que si te he ayudado a solucionar un problema en particular, es que posiblemente en mi mente me lo paso y multiplicó por mil jaja.


Fuente

Al final, he aprendido a aceptar que mi cerebro es así y que no puedo cambiarlo, simplemente puedo educarlo. En lugar de luchar contra mis pensamientos, trato de observarlos con humor y a encontrarle el lado positivo a cada situación. ¡Después de todo, la vida sería muy aburrida sin un poco de locura!

Bendita sea mi locura que me hace ser quien soy.

Sin más nada que agregar:

Bye bye!

Posted Using InLeo Alpha