Me encantó tu reflexion, te comento que yo también tengo mis pequeñas supersticiones, aunque trato de ser consciente de ellas. Recuerdo que de niña, mi abuela me contaba historias sobre los gatos negros; que al llegar la noche se convertian en brujas y siempre me causaban mucha curiosidad. Con el tiempo entendi que era solo una supersticion; a pesar de eso, es difícil deshacerse por completo de esas creencias cuando las tienes arraigadas desde la infancia.
¡Muchas gracias por compartir!