La frase «una mentira, mil veces dicha, se convierte en una gran verdad», refleja una realidad inquietante en la vida moderna. En la era de la información, los medios de comunicación y las redes sociales tienen un poder enorme para moldear percepciones. Repetir una mentira puede crear una apariencia de verdad, especialmente cuando se difunde ampliamente y sin cuestionamiento crítico. Esta idea se aplica en política, publicidad y hasta en la vida cotidiana. Sin embargo, es importante recordar que la repetición no convierte a la mentira en verdad. La verdad es objetiva, aunque a veces se oculte tras un velo de falsedades reiteradas. Debemos fomentar el pensamiento crítico y la verificación de hechos para no caer en la trampa de las «verdades» fabricadas. Allá quienes en estos tiempos aún siguen creyendo en «príncipes azules» o en «Hadas Madrinas y la varita mágica…»
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