La ciudad

La ambientación de la historia en Detroit, durante una de las muchas épocas de crisis que ha sufrido, es un acierto total, la escritora nos traslada a esa ciudad arruinada, tanto social como económicamente. No conozco Detroit, pero hace años lei varios reportajes de la fuerte debacle que sufrió toda la ciudad. Lo que antes era el orgullo de un país, una ciudad muy importante para la industria de producción de automóviles, se convirtió en una ciudad llena de pobreza y una de las más peligrosas de ese país.

Detroit se erige como un personaje más donde ese grupo de personajes, en su mayoría perdedores, parecen atrapados allí, como los últimos supervivientes de ese amasijo de concreto que a pesar de los golpes que el destino le ha dado a lo largo de su historia, se niega a morir y sólo en un lugar completamente colapsado, donde la vileza del hombre domina las calles, donde hay muchas leyendas urbanas, es capaz de emerger una fuerza del mal, como el Monstruo de Detroit.

Redes sociales

El deterioro de una ciudad que fue símbolo de éxito no es el único aspecto social que se aborda en la novela. La autora aprovecha para lanzar una pequeña crítica al uso que hacemos de las redes sociales, que tendrán un papel relevante en el desarrollo de la historia. No sólo en la trama principal, también serán relevantes en la construcción y resolución de algunas tramas secundarias de Layla y su amigo Cas, que al ser los personajes más jóvenes son los que más contacto tendrán con internet y las redes sociales. Incluso una subtrama de abuso está hábilmente planteada y aunque al principio parece superflua, acaba complementando la novela, porque la idea del escritor es mostrar una sociedad en total decadencia.

Arte

Conoceremos una faceta de la ciudad que desconocemos quienes vivimos en ese país. Todo el movimiento alternativo de artistas, el movimiento underground y todo lo que tiene que ver con la forma que muchos han elegido como método para lanzar un grito de libertad creativa, en medio de la ruina, la delincuencia y la pobreza. Al final del libro, en los agradecimientos, la escritora nombra a todas las personas e instituciones de Detroit que la ayudaron en todo lo relacionado con el movimiento artístico. Esta es una de las razones por las que me encantaría ver pronto una adaptación cinematográfica de la novela, para ver cómo se plasman en la pantalla los crímenes del Monstruo de Detroit, que hace de cada asesinato una obra de arte. Quiere que el mundo vea su obra, que vean sus peores temores en ellos.

¿Quiénes son los monstruos rotos?

Al terminar la última página de la novela, me quedé dándole vueltas a esa pregunta en mi cabeza. La respuesta era claramente visible: todos.

Todos en la historia están rotos por dentro. Desde el artista que se ha quedado solo y su arte no es valorado como en tiempos pasados, hasta el periodista ambicioso que utilizará las redes sociales para obtener la ansiada fama que cree que puede hacerle olvidar todos sus fracasos. Los pervertidos que utilizan las redes sociales para acosar a posibles víctimas, los jóvenes que cometen acoso y abusos sexuales, la Dj que sabe que nunca tendrá una mejor oportunidad en la vida y que vive en un mundo de mentiras, y los policías que parecen inmunes al dolor de tantas atrocidades que ven cada día.

Roto como uno de los personajes que sueña con algo imposible, reconstruir su vida, mientras sólo le queda ser un carroñero que recoge lo que los más desafortunados deben dejar abandonado por culpa de un sistema despiadado. Sí, ese otro gran monstruo que ha destrozado a todos los demás. El sistema que no tiene compasión y que es capaz de determinar el destino de una persona, por algún error de juventud, destruyen su futuro, por culpa de ese mismo sistema que empuja a todos por el camino de la autodestrucción. Toda una sociedad es el gran monstruo roto del título del libro.

Aunque se tratan varias subtramas y la narración salta entre los distintos personajes, que al principio no tienen relación, la lectura es rápida y no se hace pesada. La novela consigue tener equilibrio en todas las tramas que al final están unidas por un factor común.

Al igual que en la novela Shinign Girls, hay un gran misterio sobre el asesino, pero esta vez no lo muestran tan rápido, el autor ha optado por mostrarlo en pequeñas dosis en cada capítulo. Haciendo que devoremos cada pagina con facilidad, porque la historia es entretenida.

Los personajes adolescentes nunca son mis favoritos, por eso muchas partes de la hija del detective con sus amigas de clase, en los ensayos de una obra de teatro y parece estar enamorada de otro chico que no le hace caso, pensé en un momento, que era material de relleno, pero a medida que continuaba mi lectura, todo cobraba un sentido más global y que era importante mostrar la evolución de ese personaje para la resolución de la historia.

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Broken Monsters es la novela que recomiendo a los aficionados al thriller policíaco y a los asesinos en serie mezclados con el género de ciencia ficción y fantasía. Sólo si te gustan este tipo de historias la disfrutarás.

Mientras imagino quién podría dirigir la adaptación y los actores que elegiría para interpretar a los personajes, los invito a que compren el libro, ya sea en formato físico o digital (yo lo leí en formato digital) para que disfruten de su lectura. En caso de que ya lo hayas leído, me gustaría conocer tu opinión o recomendarme una novela de este género en los comentarios.