The early morning of the dogs [La madrugada de los perros]

Aunque muchísimas personas lo desconocen en Cuba está vigente la pena de muerte y fue reafirmada en el último código penal aprobado el año pasado. Sin embargo, esta sentencia se aplica con menos frecuencia que lo que tal vez debería. Me arriesgo a decir que la última vez que se aplicó fue en 1992 y si quieren saber devengó en esta medida deben leer La madrugada de los perros. Este es un maravilloso libro escrito por el periodista Julio A. Martí, donde se narran los horrorosos y dolorosos acontecimientos del 9 de enero de 1992 cuando la Base Naútica de la Playa de Tarará cuando fue asaltada por un grupo de criminales que cometieron una masacre contra los guardias de seguridad y policías presentes en su trabajo. Violadores y asesinos pretendiendo ser reconocidos por el Gobierno Norteamericano como supuestos héroes. Padres que dicen amar a su hija sin embargo ponen su vida en riesgo innecesariamente. Este libro refleja la lucha de todo un pueblo por capturar a los perpetradores de la matanza. La historia se narra enlazando transcripciones de entrevistas y testimonios aportados por los involucrados: víctimas, familiares, testigos, médicos, trabajadores de Tarará, anteriores víctimas de los involucrados, abogados, policías y demás relacionados con los acontecimientos. Para que comprendan mejor esta obra literaria les doy un poco de contexto. Luego del triunfo revolucionario en 1959, Cuba se volvió dependiente casi en su totalidad de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y al caer la URSS, una terrible crisis económica, social y política envolvió a todo el país. No había comida, jabón para bañarse, ni siquiera cigarros para viciosos. El transporte público no daba a basto y los hogares pasaban más tiempo sin electricidad que con ella. Por ello, la única alternativa que muchos veían para resolver la situación era salir ilegalmente del país ya que Estados Unidos casi no le otorgaba visas a los cubanos. También me gustaría aclararles que la Base Náutica de la playa de Tarará. Allí se enclavaban un hospital moderno con una sala de cuidados intensivos, una clínica dental, piscinas, dos anfiteatros, cines, un centro cultural, museos, dos círculos infantiles, aulas para clases, dormitorios para niños, un parque de diversiones y una Base Náutica con más de 100 embarcaciones pequeñas. La desintegración de la URSS puso a Cuba en una situación tan difícil que fue imposible continuar con el proyecto de Tarará continuara en funcionamiento. Pero se descontinuó una parte de sus instalaciones para albergar a los niños afectados por los desastres radiactivos de Chernobil en la Unión Soviética y los niños del estado de Goias en Brasil. A continuación les dejo uno de los fragmentos del libro que más me impactó:

(...) los aparatos de diversión para niños habían sido saboteados y robadas las oficinas de la administración del parque, de manera que Rafael se empeñó en capturar a los culpables si se aventuraban a repetir la visita. (...) las lonas de protección, rajadas por el filo de una navaja, de las que habían sustraído las cuerdas que las afirmaban a los aparatos. "Eran las mismas cuerdas que utilizarían para amarrarlo momentos antes de que lo mataran", me dijo Rosa Elena (...).

En resumen, este libro es un policíaco con una connotación especial ya que está basado en hechos reales lo que lo hace que la historia sea más especial pero a la vez más dolorosas. El gustado policíaco cubano basado en hechos reales "Tras la huella" le dedicó un episodio a esta historia lo que a mi entender lo enfocó en el presente. Al final de este capítulo se ven imágenes reales de la detención de los criminales.