Verdad y Calamidad | Truth and Calamity
Había pasado mucho tiempo desde que lloré. Incluso desde que sentí realmente miedo. Suelo ser una persona que rara vez se inclina hacia los sentimientos. Era considerado alguien frío, que difícilmente se preocupe por los demás y que por más que lo intente, siempre terminaba demostrando qué tan egoísta era con todos.
Un día como cualquiera recibí un llamado que me destrozó por completo. Estaba en el trabajo concentrándome en mis tareas mientras bebía una taza de café. La secretaria se acercó a mi oficina y golpeó mi puerta casi haciéndome saltar de un susto. La expresión de su cára era pálida, como si hubiese visto su propia muerte.
En efecto, se trataba de una muerte, pero no la suya. Mi abuela había fallecido luego de parecer algunos problemas propio de su edad. Era algo para lo que creíamos estar preparados. Pero las circunstancias eran otras. Mientras yo estaba en el trabajo había ocurrido un hecho atroz en el que unos desgraciados se desquitaron con ella hasta matarla y desfigurarle el rostro por completo. Aún no puedo entender el por qué.
Ese día, salí de mi oficina tan rápido como pude y me dirigí hacia allí. Un montón de policías estaban en la escena del crímen y quería saber quiénes habían sido. Juré que pagarían por ello y que si ellos no lograban que se hiciese justicia, yo lo haría aún si eso conllevara mi arresto.
Luego de que los forenses denoten las circunstancias de su fallecimiento, nos entragaron el cuerpo para poder ser velado y así despedirla. El traslado desde la morgue fue bastánte rápido. Necesitábamos algo de contención y al menos no estaríamos con esa incertidumbre de no saber si podríamos verla por última vez. Esa noche fue muy extraña.
Nos reunimos en una sala decorada con muchas flores, que a mi gusto, resultan asqueantes. Habían personas de las que no intercambié muchas palabras en toda la vida y de las que sé que estaban allí sólo por estar. La amargura de saber que había gente que jamás se preocupó por visitarla en vida y que ahora la lloraba falsamente, hacía hervir mis sentidos.
Decidí salir a fumar un rato. El aire allí fuera estaba fresco y el cielo muy despejado. En esos breves instantes antes de volver a entrar alguien me llamó la atención mencionando mi nombre. Supuse que sería alguien que conocía a mi abuela, aunque tomé cierta distancia y precaución. Era un hombre viejo que vestía de traje y corbata y que sin presentarse extendió su mano y me entregó una carta.
Luego del funeral entré a mi automóvil y leí la carta. Tenía una dirección y una frase en latín la cuál no tardé mucho en buscarla en internet. Decía algo así como "la lucha de los mundos hasta encontrar la verdad". En ese momento no entendí que quería decir pero me decidí a ir.
Hice un largo trayecto, hasta incluso me llegué a desorientar. Llegué a un lugar desolada. Una mezcla de campos y médanos en la que me esperaban unos cuantos hombres enmascarados vistiéndo ropa oscura. Me alarmé y hasta pensé en acelerar e irme, pero cuando ya había tomado una decisión formaron un circulo alrededor de mí con unas antorchas flameando junto al viento. Pensé que estaba en problemas cuando de repente uno de ellos se acercó con unos papeles en la mano.
Aquel hombre extraño me presentó varias fotografías del día del hecho. Tenían a los responsables y sólo buscaban mi aprobación para hacer justicia. Algo que no dudé en darla.
Más tarde, iría a mi casa a intentar dormir sabiendo que podría conciliar el sueño. Ella no había muerto sin recibir justicia. Aunque por otro lado, mi mente comenzaba a perturbarse sabiendo que en ese preciso momento en donde aún se llevaba a cabo el velatorio, se hallaban los culpables de un hecho criminal.
It had been a long time since I cried. Even since I felt really scared. I tend to be a person who rarely leans towards feelings. I was considered someone cold, who hardly cares about others and no matter how hard I tried, I always ended up proving how selfish I was to everyone.
One day like any other day I received a call that completely shattered me. I was at work concentrating on my tasks while drinking a cup of coffee. The secretary came to my office and knocked on my door almost startling me out of my wits. The expression on her face was pale, as if she had seen her own death.
It was indeed a death, but not her own. My grandmother had passed away after seeming to have some age-related problems. It was something we thought we were prepared for. But the circumstances were different. While I was at work, a heinous event had occurred in which some bastards took it out on her until they killed her and completely disfigured her face. I still cannot understand why.
That day, I left my office as fast as I could and headed there. A bunch of cops were at the scene of the crime and I wanted to know who had done it. I vowed that they would pay for it and that if they didn't get justice, I would do it even if it meant my arrest.
After the forensic doctors denoted the circumstances of her death, the body was handed over to us for a wake to say goodbye. The transfer from the morgue was fairly quick. We needed some containment and at least we would not be with the uncertainty of not knowing if we would be able to see her one last time. That night was very strange.
We gathered in a room decorated with a lot of flowers, which to my taste, were disgusting. There were people I have never exchanged many words with in my whole life and I know they were there just to be there. The bitterness of knowing that there were people who never bothered to visit her in life and were now falsely mourning her, made my senses boil.
I decided to go outside for a smoke. The air out there was cool and the sky very clear. In those brief moments before I went back inside someone caught my eye mentioning my name. I assumed it would be someone who knew my grandmother, although I took some distance and caution. It was an old man wearing a suit and tie who, without introducing himself, extended his hand and handed me a letter.
After the funeral I got into my car and read the letter. It had an address and a sentence in Latin which I didn't take long to look up on the internet. It said something like "the struggle of the worlds until the truth is found". At that moment I didn't understand what it meant but I decided to go.
I went a long way, I even got disoriented. I arrived at a desolate place. A mixture of fields and dunes where a few masked men wearing dark clothes were waiting for me. I was alarmed and even thought about speeding up and leaving, but when I had made up my mind they formed a circle around me with torches flaming in the wind. I thought I was in trouble when suddenly one of them approached me with some papers in his hand.
That strange man presented me with several photographs from the day of the event. They had those responsible and they were only looking for my approval to do justice. Something I did not hesitate to give.
Later, I would go home and try to sleep knowing that I would be able to sleep. She had not died without receiving justice. Although on the other hand, my mind was beginning to get disturbed knowing that at that very moment where the wake was still taking place, there were the culprits of a criminal act.
Esta publicación fue traducida usando DeepL desde el español al inglés This post was translated using DeepL from spanish to english
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Lo que desearían muchos, un grupo que hiciera justicia por su propia mano y acabara con tantos psicópatas y criminales. Buen relato, saludos @vikvitnik .
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