An old woman receives her retirement marking the end of her life as a school teacher, which will plunge her into a deep sadness that will awaken unexpected events around her

   A través del ventanal del salón de clases, una maestra entristecida ve caer las gotas de lluvia que se deslizan por el vidrio, casi al mismo ritmo que avanzan las lágrimas en su rostro, pronto deberá dejar atrás todas las labores que realizó por más de 40 años en las instalaciones de este plantel educativo, su tiempo de retiro llegó de manera inesperada dejándola sin un fin en la vida. Desde muy joven, su único impulso lo constituyo la vocación por dar clases luego de perder a su esposo Joe en la guerra, lo cual la dejó viuda a muy corta edad sin la posibilidad de tener hijos y volver a casarse, tampoco fue siquiera una opción en la que pudo pensar, dado el inmenso amor que la unía a su difunto marido, al cual jamás traicionaría.

  Con sus debilitadas manos arrugadas, toma una caja de cartón con la finalidad de recoger en soledad todas sus pertenencias antes de retirarse para siempre de la escuela. Cada una de las cosas que guarda, tiene una historia llena de recuerdos que la sumergen aún más en la depresión, el desgastado borrador por ejemplo, fue el obsequio que le dio uno de sus primeros alumnos cuando estaba nueva en la institución con tan solo 22 años de edad, eso lo recuerda como si fuera ayer, llegó angustiada y nerviosa en su primer día clases, comenzó casi de inmediato a dictar la materia, pero cuando debió borrar la pizarra no tenía cómo hacerlo, entonces un pequeño niño rubio de pecas en los cachetes, se le acercó con una sonrisa amable y le regaló el instrumento que todavía conserva.

  Martha se siente sumamente complacida de su labor por la sociedad, tiene la dicha de poder decir que hasta hoy, fue la maestra con más años de servicio que se mantenía activa en el sistema escolar, por su salón de clases pasaron cientos de niños a lo largo del tiempo, entre ellos varios sobresalientes se convirtieron en doctores, abogados, músicos, políticos e incluso uno en obispo, algo de lo que cualquier educador puede sentirse orgulloso, pero nada de eso la reconforta en este momento en el que separarse de su trabajo para ella, es casi igual que perder la vida.

   En la soledad de su casa la vieja maestra, continúa su cadena de recuerdos abrumada por un fuerte dolor de cabeza, mientras se sienta en el cómodo sillón de la sala a ver su programa favorito de televisión, donde entre lágrimas y sonrisas, se fue quedando dormida progresivamente sin darse cuenta. El sonido del repique de un teléfono antiguo, comienza a escucharse insistentemente una y otra vez, pareciera ser algo lejano que se va a acercando lentamente, haciéndose cada vez más fuerte, hasta que un tanto confundida, sin saber lo que está pasando, Martha toma el auricular y responde. Pero del otro lado nadie habla, solo se escucha un ruido blanco como estática, sin lograr establecer ni siquiera el sonido característico del tono telefónico, al no darle mayor importancia a la llamada, la maestra cuelga y regresa a su sueño profundo.

  Entonces vuelve a escuchar el repique del teléfono insistentemente, aún adormilada responde de nuevo y otra vez se repite lo mismo de la llamada anterior, un espectro cavernoso de estática se escucha del otro lado, pero esta vez algo es distinto, desde el fondo parece comenzar a formarse una voz, pero es tan baja que no se distingue lo que quiere decir. La educadora un tanto molesta pensando que se trata de una broma responde un poco enfadada, subiendo el tono de voz, pero aun así no obtiene más que sonidos difusos de voces que, parecieran tener alguna intención de comunicarse desde la distancia pero sin llegar a lograrlo. Este hecho confunde profundamente a la anciana, ya que intenta reflexionar si existe la posibilidad de que alguien conocido la estuviera llamando desde un lugar lejano, en el que tal vez por las condiciones de la tormenta no pueda comunicarse bien, pero no se le viene nadie a la cabeza en ese momento.

  El sueño comienza a vencerla de nuevo, haciendo que se acueste de lado colocando su cabeza sobre su brazo izquierdo, el cual por algún motivo comienza a dolerle mucho, al parecer la artritis le está jugando una mala pasada, por el frío del ambiente que cada vez se hace mucho más fuerte de manera inesperada. La infernal campana telefónica retumba como una vibración sideral que se extiende por toda la habitación, anunciando la entrada de una llamada, haciendo esta vez un gran esfuerzo por contestar, la mujer apenas puede despertar de su letargo para levantar el auricular y balbucear algo que le permita escuchar quién está del otro lado.

   La estática se disipa muy rápido en esta oportunidad y la voz de un hombre se forma entre las interrupciones de la transmisión, poco a poco se hace más fuerte y sé puede escuchar claramente diciéndole:

―Martha mi amor despierta, soy Joe, todavía no es tu tiempo de morir, debes ir al hospital.

Esta historia es ficticia y no representa a nadie en particular.

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  Through the window of the classroom, a saddened teacher sees the raindrops sliding down the glass, almost at the same pace as the tears on her face, soon she will have to leave behind all the work she did for more than 40 years in the facilities of this school, her retirement time came unexpectedly leaving her without an end in life. From a very young age, her only impulse was her vocation to teach after losing her husband Joe in the war, which left her widowed at a very young age without the possibility of having children and remarrying was not even an option she could think of, given the immense love that united her to her late husband, whom she would never betray.

  With her weakened, wrinkled hands, she takes a cardboard box with the purpose of collecting all her belongings in solitude before leaving the school forever. Each of the things she keeps, has a history full of memories that plunge her even deeper into depression, the worn eraser for example, was the gift given to her by one of her first students when she was new in the institution with only 22 years old, she remembers it as if it was yesterday, She arrived anxious and nervous on her first day of classes, she began almost immediately to dictate the subject, but when she had to erase the blackboard she had no way to do it, then a little blond boy with freckles on his cheeks, approached her with a friendly smile and gave her the instrument that she still has.

  Martha is extremely pleased with her work for society, she is happy to say that until today, she was the teacher with more years of service that remained active in the school system, hundreds of children passed through her classroom over time, among them several outstanding ones became doctors, lawyers, musicians, politicians and even a bishop, something that any educator can be proud of, but none of that comforts her at this moment in which to separate from her work for her, is almost the same as losing her life.

  In the solitude of her home, the old teacher continues her chain of memories overwhelmed by a severe headache, as she sits in the comfortable armchair in the living room to watch her favorite television program, where between tears and smiles, she gradually fell asleep without realizing it. The sound of the ringing of an old telephone begins to be heard insistently over and over again, it seems to be something distant that is slowly approaching, getting louder and louder, until a little confused, without knowing what is happening, Martha picks up the receiver and answers. But no one speaks on the other end, only a white noise like static is heard, without being able to establish even the characteristic sound of the telephone tone, not giving more importance to the call, the teacher hangs up and returns to her deep sleep.

  Then she hears again the ringing of the phone insistently, still sleepy she answers again and again the same thing is repeated as the previous call, a cavernous spectrum of static is heard on the other side, but this time something is different, from the background seems to begin to form a voice, but it is so low that it is not distinguishable what it wants to say. The educator, a little annoyed thinking that it is a joke, responds a little angry, raising the tone of voice, but even so she does not get more than diffuse sounds of voices that seem to have some intention of communicating from a distance but without achieving it. This fact deeply confuses the old woman, since she tries to reflect if there is the possibility that someone she knows was calling her from a distant place, where perhaps due to the storm conditions she could not communicate well, but no one comes to her mind at that moment.

  Sleep begins to overcome her again, making her lie on her side placing her head on her left arm, which for some reason begins to hurt a lot, apparently arthritis is playing a trick on her, due to the cold of the environment that is becoming much stronger in an unexpected way. The infernal telephone bell rings like a sidereal vibration that spreads throughout the room, announcing the entrance of a call, making this time a great effort to answer, the woman can barely wake up from her lethargy to pick up the receiver and stammer something that allows her to hear who is on the other side.

  The static dissipates very quickly this time and a man's voice is formed between the interruptions of the transmission, little by little it gets louder and can be heard clearly telling her:

―Martha my love wake up, it's Joe, it's not your time to die yet, you must go to the hospital.

Thank you for reading

This story is fictional and does not represent anyone in particular.

This is an Original Story written by @susurrodelmisterio for Hive