Hoy escribo para ti.
¿De qué planeta vienes? Tienes tantas formas, nombres y momentos que es imposible no rendirte tributo.
Te estarás preguntando el motivo de mi carta, tú siempre dándome a mí y yo sigo esperando más y más.
Te he cambiado el nombre tantas veces, aunque quizás no tantas como nuestras despedidas, no tantas como las veces en las que te has ido y has regresado ¿O soy yo quien huye?
Tú tan segura de nuestra complicidad y yo siempre dudando de los resultados.
Hoy quiero decirte que te amo, que has sido mi más constante deseo desde hace mucho tiempo, quiero darte gracias por las veces en las que siendo una niña llegabas sin avisar y aunque no te conocía, tú ya sabías de nuestro pacto, ya estabas a mi lado.
¿Recuerdas cuando jugábamos a escribir canciones? Aquellos momentos de magia y niñez ya se sellaba con nuestro amor.
Hoy entiendo que siempre has estado a mi lado, en presencia y en ausencia, siempre ahí. Y que nadie me diga que soy una tonta porque hay muchos amando a kilómetros de distancia.
Lo que nos une es alma, energía, es como un proceso químico que no necesita un laboratorio sino la conexión que con magia nos hace celebrar nueva creación, un experimento que sabe de ensayo y error. Así ha crecido nuestro amor.
¿Cuántos intentos llevamos? ¿Cuántos aciertos? Nada importa cuando te dejo entrar a mi vida.
Aquí estoy sin planearlo tanto, escribiendo esta carta para ti aunque no sepa dónde estás ¿Será en mi corazón, mi mente, sentada a mi lado o volando en mi cuarto?
Eres tan perfecta que puedes irte mil veces y regresar cuando quieras y en la forma que quieras, yo sabré que has llegado y lo celebraré.
Te confieso que cuándo vienes de madrugada perturbado mi sueño solo río y te doy cabida aunque casi dormida, porque si huyo no me dejarás con Morfeo. Tú cuando llegas reclamas atención. Bendita esa chispa que me haces sentir cuando regresas.
Tantas ideas han muerto, tantas han quedado en el olvido, perdóname por ser tan ingrata contigo, musa mía.
Ahora estoy escribiendo a diario, te pido que por favor no me dejes, siempre has sido libre, y contigo no puedo ser egoísta ni amarrarte cerca de mí pero si tienes pensado irte pronto, déjame una prenda con tu perfume y no te vayas del todo.
Amo tu libertad, ojalá estés contenta con esta carta y te quedes por mucho más, amada musa.
Con amor, tu ingrata favorita.
PD: Gracias por tantísimo.