Yamil Díaz y un📕de cabecera: Apuntes de MAMBRÚ

Probablemente Yamil Díaz Gómez sea el poeta de mi generación con el que más me identifico, desde que lo conocí en aquel Seminario de Invierno organizado por el Instituto Cubano del Libro en 1993, nuestra amistad se ha ido consolidando.

En aquel entonces yo residía en la Isla de la Juventud, pero hoy tengo la dicha de encontrarlo a cada rato en algún rincón de su amadísima Santa Clara, desde donde ha desplegado su labor como poeta, periodista y editor, formador de jóvenes escritores.

Con un acertado manejo del tropo poético que le permite solucionar sus necesidades expresivas, en sus poemas se conjugan elementos de la antipoesía con una efectividad admirable que lo hacen ser un autor de cabecera, de obligada consulta para todo aquel que quiera asomarse a lo más valioso del quehacer poético contemporáneo en Cuba.

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SELECCIÓN DE POEMAS DE SU AUTORÍA

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EL NACIMIENTO DE MAMBRÚ

te llamarás mambrú tu doble irá a la guerra
y los dos cantaremos qué dolor
cuando pasen los soldados sobre el puente

ya lo sabrás mambrú
los soldados se matan por un rey
al que no han visto respirar
la guerra queda lejos
qué dolor el pañuelo jadeante de la novia
el pañuelo que silba junto al tren
y el tren se arrastra sobre el puente de los tristes

la historia queda lejos qué dolor
esa novia que gime no es la historia

y la muchacha que olvidó nacer a la hora precisa
para aplaudir al padre que nunca volverá
y esos soldados que pasan
nunca fueron la historia

tú has nacido en el puente de los tristes
en este sitio nacer no es derramarse
sino estar condenado a no partir
aquí vienen llorosos
el leñador el ministro el nigromante
aquí se dan la mano ladrones y verdugos
todos tienen un doble que roba o guillotina

ya lo sabrás mambrú
tu doble un día volverá de la guerra
y no estará la novia qué dolor
hijo la soledad viaja en el tren de los soldados
para que el puente vibre
y tú y yo nos abracemos
y cantemos de nuevo qué dolor

las palomas no vienen al andén
cuando regresan los soldados

aquí no nacen héroes qué dolor
qué dolor
qué pena

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CREDO

creo en el perro
porque va desnudo

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PERO SUCEDE QUE HOY EL TIEMPO
SE HA SENTADO A MI MESA

y me ha mirado con un ojo tristísimo
porque el tiempo siempre tiene un ojo cerrado
y me ha dicho la vida
los puntos cardinales
el amor

el tiempo y yo hemos hablado durante mucho
yo he leído en su pipa silenciosa
que también soy el tiempo
él escuchaba los espejos cuando niño
pero ahora padece de nostalgias
ahora nosotros le tememos y él se teme
ha planeado el suicidio

hoy pude haber escrito una carta de amor
éste pudo ser mi día de cantar
donde las catedrales
pero sucede que hoy el tiempo
se ha sentado a mi mesa
y me ha mirado

con un ojo tristísimo

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