Curso de escritura creativa: Cómo escribir personajes (1)

in Literatos6 months ago (edited)

Hace unos días registraba mi diario de apuntes y encontré varias entradas referentes a la creación de personajes. Pensé en trascribir esas notas, que he ido acumulando a través de lecturas y cursos de escritura. Por supuesto, no me considero ningún experto, y estás observaciones son las de un aficionado. Al mismo tiempo, me parece una gran oportunidad para articular pensamientos en torno a la escritura y clarificar el proceso creativo.

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¿Qué es un personaje?

Una buena historia no necesita una trama enrevesada ni pirotecnia. Los grandes giros y las sorpresas escondidas en el argumento pueden levantar la sospecha del lector si no están enlazadas con el personaje. En mi opinión, una novela es el estudio de personaje. Y un cuento no es nada sin la voz narrativa de un personaje. Es decir, el protagonista no es solo el actuante, a quien le suceden las cosas, sino que es la historia misma. Lo que nos llama la atención de cualquier historia, más que su sofisticada ilación de sucesos, es cómo esto afecta a los personajes inmersos en el conflicto.

Los tres elementos de un personaje: El deseo, el miedo y la decisión vital.

Parecido a la terapia lacaniana, la cual propugna que nuestro mundo interno está construido por un deseo constante e insaciable, del mismo modo un personaje debe estar atravesado por el deseo. Y el deseo debe atravesar al personaje desde el primer momento de su aparición. No digo nada nuevo; autores consagrados han dado su opinión, mucho más razonada que la mía: un personaje debe desear algo concreto. No funciona las grandes abstracciones como el amor, la paz mundial o la esperanza. Este tipo de deseos intangibles deben verse reflejado en un anhelo conciso: una circunstancia, una persona, un objeto, una posición.

Ahora bien, existen dos maneras de enfocar el deseo de un personaje: la sutileza y la frontal. Cuando hablo de la sutileza me refiero a esos autores que deciden mostrar el deseo de su personaje con un enriquecido mundo interno: imágenes, aproximaciones, conversaciones, gestos y actitudes parecen estructurar el deseo. Yo también denominaría a este tipo de acercamiento como la búsqueda incesante. Son personajes que no entienden o no son conscientes de lo que deseas, sin embargo, se ven impulsados a lo largo de la historia. De este modo, la historia no solo es movilizada por el deseo, sino que parte del clímax es hacer consciente de ello al personaje.

En cambio, el método frontal el personaje proclama su deseo de manera consciente. Es un protagonista consciente de su deseo y de qué camino debe seguirse para alcanzarlo.

Ahora bien, quien desea algo, quien guarda un anhelo en su corazón, tiene miedo de perderlo. Por lo tanto, un personaje que desea fervientemente, también teme con la misma intensidad. En otras palabras: pudiéramos ver el corazón del personaje como una arena en conflicto entre dos fuerzas: el miedo y el deseo. Por ello nos vemos reflejados en las historias que contamos y leemos, porque como nuestros protagonistas, todos hemos debido atravesar una larga lucha para llegar a hacer lo que somos.

Por último, el tercer pilar donde descansa un personaje es la decisión trascendental. Toda historia es la narración de un cambio y una trasformación, al menos como yo entiendo la literatura. En este sentido, el personaje debe dejar algo atrás; una forma de vida, una visión del mundo, un objeto, un ser querido; antes de dar paso a una nueva faceta de su ser. La decisión trascendental debe resonar con los temores y anhelos que se han venido edificando a lo largo de la obra. Como el crescendo en la música, este es el punto del combate interno donde el lector se preguntará: ¿Ahora qué hará el protagonista?

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Lo patético y lo ridículo

No confío en nadie que no haya sido patético, ridículo y el hazmerreír en alguna ocasión. Por lo general, las personas muy solemnes me aburren. Además, cualquier ambición es chistosa y ridícula. En este sentido, un buen personaje debe contener el matiz de comicidad en su ser. Un personaje debe poder burlarse de sí mismo, que otros se burlen de él o, mejor aún, que el lector se burle constantemente. Los peores villanos no son monstruos solemnes y trágicos, sino que toda maldad tiene una veta graciosa y sarcástica. Necesitamos la comedia para estar completos

Lo único y lo excepcional

La literatura trata de lo excepcional. La vida es aburrida, abundan los lugares comunes y nadie quiere leer nada que se ve todos los días. Además, una persona es un atajo de manías, rarezas y defectos físicos. Toda historia es única si tu personaje es único. Un buen personaje tiene elementos particulares: camina de manos, fuma los cigarros al revés, está marcado por una seña particular. En cada detalle del personaje de muestra su drama privado. Dame algo diferente, dame anormalidad, defectos, maneras de ver las cosas distintas, recuerdos desde un ángulo novedoso.

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