Entre visita y visita al río todas las tardes, solo con mirar el fluir de las aguas del río la mujer comenzó a crear conciencia que la vida es un fluir, todo lo acontecido en su vida tienen su por qué y para qué tuvo que vivirlo. Ese sentimiento que ya no quería seguir viviendo fue anulado : el río le daba señales, respuestas, un día sereno otros día turbulento...su pensamiento fue dando forma desde otro punto de vista.

Ese día la mujer contempló con mas sentido el agua del río, cerró los ojos y vio casi su vida pasar como una película, lloró desconsoladamente...al terminar se sollozar sintió la calma que el río le brindaba en esa tarde que a través del fluir del agua sintió como le habló.

Ahora la mujer siente que la vida tiene sus bajos y altos, por lo tanto hay que escuchar cada situación de vida para tomar el aprendizaje; llevándolo y plasmándolo en el libro de la vida.

Un gusto participar en esta iniciativa, sea de su agrado.
Saludos