Se embaucan en tus alas
embustes pendencieros
vuelan sin saberlo
hacía aquel fuego eterno,
y me quiero quedar aquí
pero aún no te tengo.
Se divisa a lo lejos,
una bandada de aves
tras tu hermoso destello
y no te das prisa ninguna
y yo no llego a saberlo,
eres una ironía tu
y me asusta entenderlo
pero enciendes la vida con tu luz.
No me quiero morir así,
pero aún no te encuentro.
El remedio de la soledad
se encuentra en compañía,
no es una lección de libertad
sólo es un tipo dulce de agonía.
Sólo se estar aquí
pero me duele tu lejanía.
Y se hunden bajo las olas
la indiferencia con que me miras,
se mueren mustias las gladiolas
mientras vuelves a oir esa melodía,
ya no existe rincón sano
en este mundo sin tu presencia
se me entumece la espada en la mano
tratando de asesinar tu ausencia.
Y ya no quiero vivir aquí
pero tu soledad no me da clemencia.
Foto propia
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