Hola, hivers de literatos!!!
Quiero abrir mis publicaciones de la semana con este post: una crónica de lo que han sido mis avances en la línea de investigación que trabajo para mi tesis de maestría. Sí, ya sé que quizás pueda resultarles pesado leer, pero les puedo garantizar lo interesante, no solo por la temática en sí, sino porque puede servir de ayuda a otros amigos que estén en situaciones similares: complicados con la elección del corpus académico. Este post demuestra cómo esas elecciones van mutando, incluso, a veces obtenemos resultados muy interesantes con el texto que escribimos para aclararnos a nosotros mismos, o para enviárselo a nuestros tutores; tal es el caso que mírenme hoy acá compartiéndolo con ustedes a modo de crónica, pues, creo que eso he logrado con el escrito, una crónica de la metamorfósis que ha ido sufriendo mi línea de investigación y los porqués de cada cambio. Espero les sea de agrado, les proporcione nuevos conocimientos y sobre todo les ayude a enfrentarse a esos miedos que sentimos a veces cuando hay que variar el plan que teníamos para un estudio.
Teniendo en cuenta el programa del magíster: Estudios Literarios y Culturales Latinoamericanos, el cual presenta tres líneas de investigación dentro de su espectro: Literatura latinoamericana, Estudios de la cultura y Teoría crítica, pretendo centrarme en el análisis de la literatura latinoamericana con la siguiente temática que esbozo a continuación:
La última década sugiere un Nuevo Boom Latinoamericano con la obra literaria de mujeres como protagonistas. Esto ha incitado a que se rescaten del olvido, la marginación y el desprecio a algunas escritoras, aunque no pocas continúen en el ostracismo. Aun cuando sus legados eran suficientes en sus tiempos para ser legitimadas, no es hasta hoy que comienzan a recibir el merecido reconocimiento. Sin embargo, muchas no comulgan con la idea como suerte de reivindicación, pues no hay enmienda posible ante tal barrabasada de la historia, marcada por el arraigado machismo de nuestros pueblos, menos cuando tal enfoque mediático ni siquiera ha tenido en cuenta sus posturas para definirse. No obstante, existen otras lecturas ante esto: ignorar las tendencias sociales es un arma de doble filo, no escapamos de la realidad y hay cierto deber sobre nuestros hombros como cronistas del momento histórico que nos toca vivir, tiempos donde el empoderamiento femenino se impone como necesidad ante injusticias que siguen quedando impunes. Pero, debemos ser cautelosas con el modo en que enfrentamos dicho contexto, protagonizar un nuevo canon no debiera ser solo el objetivo. De ahí que entienda y comparta criterios como los de Mariana Enriquez, Guadalupe Nettel, Samanta Schweblin, María Fernanda Ampuero, Mónica Ojeda, entre tantas otras, cuando refieren que el concepto boom es generalmente comercial, mientras este auge al que nos referimos surge en torno al movimiento feminista y al avance social de la mujer. Cabe entonces replantearnos los métodos que estamos utilizando para visibilizar la literatura escrita por mujeres, debatir si queremos que se nos reconozca a nosotras, a nuestra obra, o ambas.
Sería bueno reflexionar hondamente sobre los problemas que enfrentan hoy las escritoras, contra qué debemos revelarnos y cuáles son los peligros que pueden acechar en nuestra inserción igualitaria en el campo literario, como bien planteara Lorena Amaro en su artículo Como se construye una autora: Algunas ideas para una discusión incómoda (2020). Se impone proponer una lectura de las actuales condiciones para sus luchas, y eso lo proporcionaría un estudio que caracterice la narrativa actual de las escritoras, en este caso latinoamericanas y caribeñas, sus discursos, temáticas más recurrentes en sus obras, estéticas de trabajo; a fin de cuentas, es el legado generacional que deja este movimiento, el cual está marcando las pautas de las generaciones venideras, porque es solo la punta del iceberg de un fenómeno que apenas está desatándose. Recoger esta diversidad de registros solo puede garantizar una cosa: deconstruir, desde el arte como forma universal de transformación en todos los tiempos, una sociedad plagada de errores conceptuales acerca de la mujer, que ya forman parte de nuestro acervo genético poblacional.
Utilizaré recursos como una revisión bibliográfica que permita desentrañar los diversos puntos de vista sobre estas temáticas, versus y sentencias establecidas; entrevistas a las autoras del universo literario con el que quiero trabajar: escritoras latinoamericanas y caribeñas nacidas a partir de 1970. Las respuestas me permitirán saber de primera mano sus posturas respecto al fenómeno, en cuánto creen que sus obras puedan ser consideradas como literatura feminista o solo literatura escrita por mujeres y si consideran que realmente pueda establecerse un versus a partir de ahí. Todo esto estableciendo comparaciones entre asunciones feministas o no en sus obras, en cómo influyen los diferentes tipos de feminismos, las tendencias europeas, lo cual permitirá además determinar los factores que hacen divergir los movimientos (en torno a su representación literaria) y a partir de ahí brindar herramientas que celebren un análisis más a fondo de las obras de estas escritoras.
La salida para dicha investigación sería un ensayo socio-literario sobre Narrativa actual escrita por mujeres en Latinoamérica y el Caribe. Esto permitiría tributar resultados dirigidos hacia líneas temáticas específicas, acordes a problemas sociopolíticos con enfoque de género, lo cual matiza el análisis en el campo de la crítica y la investigación literaria feminista latinoamericana. Todo lo anteriormente planteado ubicaría a Chile a la cabeza, con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso como epicentro investigativo, pues dentro de su claustro existen especialistas trabajando temas afines.
Procesos de cambios (marzo-abril, 2024)
Inicialmente (octubre, 2022) presenté a la postulación para el programa de magíster una temática general cuya propuesta era el estudio de la literatura latinoamericana y caribeña escrita por mujeres y el establecimiento teórico de un versus entre literatura escrita por mujeres y literatura feminista. Partí de la necesidad de continuar validando la voz femenina, rescatar referentes que han quedado en el ostracismo a lo largo de los años, reivindicar la importancia que han tenido y tienen en la labor social-cognitiva y, sobre todo, teniendo en cuenta el valor histórico-literario que representará para futuras generaciones seguir legando estudios que recojan la diversidad de registros de la más actual literatura escrita por mujeres, lo cual contribuye a la abolición de la supuesta orfandad materna que siempre hemos padecido en la genealogía de la literatura, según refiere Cristina Eugenia Valcke Valbuena en su ensayo Dolores, una escritora en el siglo XIX, compilado en el libro de ensayos Perspectiva de género en la literatura latinoamericana (2010).
Pero, planteado de esta manera, el objeto de estudio de la investigación era demasiado abarcador, por ello, se imponía el pragmatismo en función del tiempo de duración del programa y las pautas para la escritura de una tesina en solo sesenta cuartillas. Por lo tanto, comencé a establecer una serie de filtros para acotar mejor los aspectos que trabajaría dentro de ese mega tema.
Lo primero fue definir exactamente la muestra; ahora mismo cada vez son más los nombres de mujeres que se suman al panorama literario latinoamericano, autoras con trabajos sólidos casi siempre desde la primera obra publicada (Dolores Reyes, Cometierra, 2019), lo cual las posiciona en un rankin difícil de ignorar. Después tuve claro que necesitaba centrar las tareas específicas hacia la resolución de un objetivo general que respondiera a un fenómeno (problema) que ya se ha venido estudiando y cuyo enfoque sociológico es tan importante en las connotaciones sociopolíticas actuales de la agenda latinoamericana: la apropiación y representación de un discurso colectivo consciente con enfoque feminista a través de la literatura. Con eso, la idea era encauzar la investigación en las temáticas que rondan las obras de dichas escritoras, abordar las estéticas de trabajo para tratar los argumentos de sus historias como herramientas de análisis a las realidades que circundan la vida de la mujer latinoamericana en el contexto actual. De este modo más acotado abordaría el tema de los distintos tipos de violencia de género a los que se enfrentan los personajes femeninos (casi todos) de las obras de estas escritoras; cómo las representan en una ficción, que más bien es casi crónica, escritas desde el “yo” de la primera persona narrativa y las resoluciones o salidas que dichos personajes asumen ante esas situaciones y que influye en el comportamiento de las mujeres tras verse representadas, reflejadas, con voz. Para ese entonces también había definido, como una de las pautas que impone al estudio, el trabajar solo con narradoras, luego incluso tras otras valoraciones finalmente reduje el marco al género cuento.
¿Por qué el cuento?
Tanto ha mutado ya con la experimentación creativa este género literario, como el resto de las artes, que resultaría un poco improcedente abordar reglas que a la larga se ven desafiadas por la propia ficción. No obstante, en teoría narrativa clásica, el cuento parte de la noción de límite, y en primer término de límite físico, pues una vez pasado de un número x de hojas, ya se comienza a considerar como "nouvelle" (noveleta), término medio entre la novela y el cuento. No es una ley que se aplique en todas partes, pero sí es real la condicionante de lo conciso ante la idea a desarrollar. A diferencia de la novela, que va ganando puntos capítulo a capítulo, en el que no todos tienen por qué estar en el mismo nivel de impacto ya que cada uno lleva su propio objetivo, previamente calculado y analizado según avance el croquis de la historia, el cuento sí funciona por knockout. La novela acumula progresivamente sus efectos en el lector, tiene tiempo de narración para ello, pero el cuento va a contra reloj y para estar bien logrado debe ser incisivo, mordiente, mantener el ritmo de inicio a fin, contundente desde la primera frase. Pero, tengo la convicción de que esto no debe entenderse literal a pie de letra, "porque el buen cuentista también puede ser un boxeador muy astuto, y muchos de sus golpes iniciales pueden quizás parecer poco eficaces cuando, en realidad, están minando ya la resistencia más sólida del adversario" (Cortázar, Teorías del cuento I, 1995). No obstante, se puede hacer un balance, intentar una aproximación valorativa de la estructura de este género de tan difícil definición, tan huidizo en sus múltiples y antagónicos aspectos. Pero sí considero importante no olvidar que la creación espontánea precede casi siempre al examen crítico y está bien que así sea.
El factor etario fue otra variable a especificar para definir el corpus de la investigación. Desde el nacimiento de la idea (como evidencio en la primera parte de este texto) propuse trabajar con escritoras nacidas a partir de 1970, que son las que hoy engrosan la lista del mediático Nuevo Boom Latinoamericano protagonizado por mujeres, indicador del auge que han tenido, más allá de las causas (comerciales o no) que lo han hecho posible. Sin embargo, acotar esta cifra cronológica incluso desde el propio título, como lo pensé, me generó un ruido (quizá despreciable) una vez tuve seleccionadas las autoras con las que pensaba desarrollar esa segunda versión de la temática. Guadalupe Nettel (1973), María Fernanda Ampuero (1976) y Mónica Ojeda (1988) fueron las escritoras que finalmente decidí analizar. Todas cumplen ese requisito, pero, vemos que hay entre Ojeda y el resto una diferencia que podría marcar generación, no obstante, sus obras evidencian que se enfrentan a los mismos antagonistas en su escritura, al menos desde las perspectivas que eligen mostrar (aunque en el libro seleccionado para la investigación, Nettel, que es la mayor de las tres, muestra menos el enfoque feminista, pero, viene bien como punto de comparación, por eso no lo desestimé). Este argumento podría rebatir oponencias respecto al rango seleccionado, pero, teniendo en cuenta que en mi concepción más holística me gustaría referirme a filtros que sobrepasen lo determinante según la edad, o el criterio particular de una escritora, rehuyendo a que pueda esto ser visto como postura marcada por el contexto histórico de los 70’ o cercano a éste, decidí no centrar la mirada desde un principio en ese dato.
Aunque los títulos de estas tres escritoras no son demasiados (lo cual no es directamente proporcional a sus éxitos), evidentemente tendría que volver a someter el corpus a más cercos, así que, asumiendo las pautas establecidas hasta aquí, seleccioné tres libros de cuentos, uno de cada autora. Quise entonces trabajar con los más recientes: Los divagantes, de Guadalupe Nettel (Anagrama, 2023); Visceral, de María Fernanda Ampuero (Páginas de Espuma, 2024) y Las voladoras, de Mónica Ojeda (Páginas de Espuma, 2020). De ese modo la actualidad de la investigación estaría saldada, pero, me exponía a dos retos imposibles de ignorar. Uno era la practicidad, no tengo modo de acceder desde mi país (Cuba) a esa bibliografía reciente, ni a la compra, ni siquiera a sitios online donde podría quizás encontrarlos pirateados. El otro desafío es que, precisamente dado lo fresco de los textos, todavía la crítica no ha profundizado en valoraciones que bien podrían servirme como referentes para su estudio. El de Mónica Ojeda, publicado en 2020, escapa a esos problemas, siendo el más antiguo de los tres, entonces pensé en una muestra más homogénea también en cuanto a eso: reducir el margen de tiempo de publicación entre los libros que analizaría, al menos entre dos de ellos, siendo el caso del de Ojeda y Pelea de gallos, de María Fernanda Ampuero (Páginas de Espuma, 2018). Por otro lado, la opción que me quedaba para cuentos por parte de Guadalupe Nettel era El matrimonio de los peces rojos (Páginas de Espuma, 2013), que se aleja un poco más del rango de publicación entre los otros, pero, sin embargo, ahora coincidía una misma línea editorial para la muestra, lo cual incluso podría arrojar una lectura interesante. Fue de ese modo que terminé repensando la selección, quedándome finalmente con el siguiente título potencial: Apropiación de un discurso colectivo consciente con enfoque feminista en las cuentistas latinoamericanas actuales: Guadalupe Nettel, María Fernanda Ampuero y Mónica Ojeda.
Como objetivo general proponía:
-Integrar dispersas perspectivas sobre la apropiación de un discurso colectivo consciente con enfoque feminista en una selección de obras de las escritoras latinoamericanas: Guadalupe Nettel, María Fernanda Ampuero y Mónica Ojeda.
Entre las tareas específicas para dar cumplimiento a dicho objetivo general (metodológicamente hablando) estaban:
-Aportar un marco teórico integrador que permita la validación del concepto “apropiación de un discurso colectivo consciente con enfoque feminista”
-Establecer las implicaciones que tendría para la crítica a la literatura escrita por mujeres en Latinoamérica el tener un marco conceptual con definiciones claras del versus entre literatura escrita por mujeres y literatura feminista
-Especificar el rol de estos conceptos en la adecuada interpretación cultural-sociopolítica de la actual literatura latinoamericana escrita por mujeres
-Aplicar la crítica literaria feminista a la producción de la actual literatura latinoamericana
Redefinición del corpus
Planteado todo esto hasta aquí, una vez descartado el abarcar también la literatura caribeña escrita por mujeres y acotado el objeto de estudio en el continente americano, bien podría pensarse que al menos la maqueta del diseño de la investigación iba en camino, pero, lo cierto es que todavía era necesario seguir delimitando. No todos los cuentos de los tres libros iban a poder ser analizados en la tesina, por ello, era menester hacer una selección por obras, usando una serie de criterios que también me tocaría definir y discutir teniendo en cuenta mis objetivos. En ese proceso de clasificación, luego de releerme los tres libros, Pelea de gallo demostró tener las características más propicias para analizar un discurso profeminista. Esta mirada individual tampoco fue espontánea, confieso que estaba firme en la idea de validar y demostrar con herramientas sociológicas la apropiación de un discurso colectivo con enfoque feminista en la literatura actual latinoamericana escrita por mujeres, pero, seguía siendo un proyecto ambicioso del modo en que lo había concebido.
Pelea de gallos tiene trece cuentos. De ellos aproximadamente nueve podrían ser los que use para el análisis. En la disección objetiva que realicé percibí algo que me llamó la atención puesto a que podría marcar la pauta definitiva para la línea temática, se trata de la representación que hace Ampuero de la familia como perpetuadora de la violencia de género, incluso la incestuosidad es otro de los fenómenos que también tiene una marcada relevancia en la obra. Profundizando entonces en este nuevo enfoque, opino que sería más prudente, para ser consecuente con los tiempos, estudiar a una sola autora estableciendo una lectura sobre una problemática específica. Para esto contaría como guía con estudios similares en obras de otras escritoras de este mismo grupo que me interesa, por ejemplo los análisis sobre la maternidad o el culto a la muerte en la obra de Samanta Schweblin y Mariana Enriquez, realizados por Catalina Forttes Zalaquett (Ausencia maternal, extractivismo y culto a la muerte en “Nuestra parte de noche” de Mariana Enríquez, 2022; El horror de perder la vida nueva: gótico, maternidad y transgénicos en “Distancia de rescate” de Samanta Schweblin, 2018); la mirada hacia la maternidad que también hace Virginia Cirani (La maternidad contaminada: rituales de amor fracasados en “Distancia de rescate” de Samanta Schweblin, 2023) o incluso Atilio R. Rubino con su estudio sobre el enfoque familiar en el artículo La familia y los monstruos de la heteronormatividad la «futuridad reproductiva» en la narrativa fantástica de Samanta Schweblin (2021).
En conclusión, pretendo trabajar entonces a María Fernanda Ampuero con el libro Pelea de gallos analizando cómo el núcleo familiar perpetúa la violencia de género y viendo al fenómeno de la incestuosidad como consecuencia directa del mismo problema.
Agregar que el haber sintetizado la idea inicial hasta esta mínima expresión no me aleja del discurso que pretendía puesto a que estoy de igual modo atendiendo un tema particular que atañe a la literatura actual escrita por mujeres en Latinoamérica. Lo visualizo como el comienzo de un camino investigativo que luego podría engrosarse dando paso a interpretaciones y transducciones más profundas.
Referencias Bibliográficas
-Amaro, Lorena. Cómo se construye una autora. Algunas ideas para una discusión incómoda. En: palabra Pública, 2020
-Valcke, Cristina E. Dolores, una escritora en el siglo XIX, compilado en el libro de ensayos Perspectiva de género en la literatura latinoamericana. Colección La tejedora, Programa Editorial, Universidad del Valle, Colombia, 2010
-Reyes, Dolores. Cometierra. Editorial Página de Espuma, 2019
-Cortázar, Julio. Teorías del Cuento, Volumen I. Teorías de los cuentistas, 1995
-Forttes, Catalina. Ausencia maternal, extractivismo y culto a la muerte en “Nuestra parte de noche” de Mariana Enríquez. Revista de Estudios Hispánicos, IX. 2, 2022
-Forttes, Catalina. El horror de perder la vida nueva: gótico, maternidad y transgénicos en “Distancia de rescate” de Samanta Schweblin. REVELL – v.3, nº.20, 2018
-Cirani, Virginia. La maternidad contaminada: rituales de amor fracasados en “Distancia de rescate” de Samanta Schweblin. Orillas 12, 2023
-Rubino, Antonio R. La familia y los monstruos de la heteronormatividad la «futuridad reproductiva» en la narrativa fantástica de Samanta Schweblin. BRUMAL. Revista de Investigación sobre lo Fantástico, Vol. IX, n.º 2, 2021
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Muy interesante y bien fundamentada la investigación que te has propuesto llevar a cabo, @limaescritora. Me parece apropiado el proceso de revisión que has seguido hasta llegar a delimitar mejor el objeto de estudio. Desde que comencé a leer tu texto, pensé que era un estudio muy amplio y exigente para plasmarlo en una tesina de 60 cuartillas. Veo que lo planteado finalmente es más realista y factible. Claro, tendrías que reescribir (o replantear) el objetivo general (y su expresión como título), así como los objetivos específicos. Quizás sería algo como "La familia como núcleo de la violencia de género en el libro Pelea de gallos de María Fernanda Ampuero". Saludos y suerte en tu trabajo.
PD: Por tratarse de una plataforma donde los usuarios suelen contar con poco tiempo de dedicación, te sugiero que, cuando se trate de un trabajo extenso, lo dividas en partes, y puedas hacer entonces dos o más posts (yo he hecho así).
Muchísimas gracias por detenerse a leer, sobre todo por las sugerencias. El título está muy bien, ya había pensado en algo similar.
Tiene razón en cuanto a la dimensión del artículo. Lo tendré en cuenta para próximas publicaciones.
Una vez más, muchas gracias!!! Feliz semana.
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