La mecánica del hoyo (otro cuento de mi nuevo libro "Parches")

in Literatos6 months ago

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Hay miserias que una hereda mejor a un codón genético. Vienen impregnadas en la energía con que se nace, dicen. ¡Cosa más injusta! Pero, a veces reconforta saber las desgracias de cada quien. Encontrarás una peor que la tuya. Mi novio hablaba esta mañana de las castas en la India, y cómo la más baja siempre tendrá otra para pisotear. Gana en comentarios random. Acabábamos de tener sexo, si mal no recuerdo, pero bueno, ahora viene al caso. Y si divago otro poco antes de hacer catarsis como Dios manda, todavía puedo seguir hallando analogías, El hoyo, por ejemplo, ¡que filme tan divertido!
Mi madre jamás comprendió la palabra calma. Padre decía que no era su culpa ser una persona tan molesta. De pequeña llegué a sentir pena por su historia, pero luego los años me pasaron por arriba sin piedad, y supe que, si de algo podemos morir prendidos, es de nuestra capacidad al decidir. Me irrito como si tuviese de nuevo diez, doce, quince. No la tolero. Ella tampoco me soporta. Reducimos el diálogo a la mínima expresión. Yo menos sé de la palabra paz.
Si repaso las páginas de mis diarios, podría hacer con cada uno la torre de las castas emocionales. En la cima ella, en la otra punta yo. Saldría un magnífico cachivache. Como slogan promocional la frase: “en el sótano de nuestra guerra, siempre cabe un piso más”. No sería del todo absurdo, hay quienes disfrutan la autodestrucción, no piensen que el mío es un caso aislado. Le han puesto hasta un nombre, que ahora mismo no recuerdo, pero quizás más adelante pueda mencionar, así como hace mi novio. Ya luego vemos qué tal encaja. Se me da bien intentar acoplar, mi madre ayudó con eso. No lo consigo casi nunca, pero bueno, ¿quién dijo que podía tenerse todo en esta vida? Si ya soy buena pretendiendo serlo, ¿qué más da?
Con diecinueve pensé que había encontrado la salida dignamente. Al fin sola. Sin la palabra paz taladrándome los oídos. A partir de entonces otras se encargarían. ¡Y lo fácil que olvida una! Regresé. Soy como un perro. Me faltó egoísmo. Ya les digo, hay miserias que se heredan… Casi con la misma edad, mi hermana también cree huir. Durante algunos años estuvo en mi punta de la torre, y aprendió la mecánica del hoyo. Es como un juego de roles. Carrera con relevo, le pasé el bastón, luego a voluntad volví a recogerlo. Ahora cuesta soltar. Mientras tanto, Babel engorda y Dios no escucha.

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Para que sea una torre han de haber pisos, el de mi hermana siempre estará esperándola. Presiento que no por mucho tiempo. Mientras tanto, tengo un hijo al que con gusto enseñaré cómo funciona.

Texto del libro "Parches"
©Lisbeth Lima Hechavarría

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¡Maravillosa narrativa! Bien cargada sin duda 😉

Me gustó mucho.

P.D. Ayudaría mucho a la lectura, dejar doble espacio entre los párrafos.

Muchas gracias por la sugerencia. Lo tendré en cuenta.

Cuando uno solo tiene la opción de las palabras para expresar un sentimiento estas se hacen insuficientes.

Abrazo, siempre me remueve leerte.

🐻

Siempre ganas en comentarios ramdon 😆

Lo sé, solo me pasa con gente que me importa, gracias por poner de mí y de nuestros momentos en tus cuentos, es un honor 🤗.

Por cierto, revisa la frase "mientras tanto" que está repetida muy junta.

Mientras tanto, Babel engorda y Dios no escucha...... Mientras tanto, tengo un hijo al que con gusto enseñaré cómo funciona.

Negligevapse 🫂❤️

Gracias!!!
Revisaré lo de la frase repetida. No me había percatado, por más que lo he leído cuentos de veces jjj

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