Las cinco esposas de don Gabo.
Caía la desgracia sobre la familia Soler, el patriarca don Gabo partía de este mundo a sus bien vividos 80 años, su viuda, hijos, nietos y bisnietos acongojados se daban mutuo apoyo, las flores ingresaban unas tras otras, al parecer don Gabo fue bastante querido, más de lo que su familia pensaba.
En medio del rosario que empezaban las damas de más edad ingresó una mujer vestida de pulcro negro, anteojos y sombrero, en su pecho un broche en forma de lirio, llamo la atención de inmediato ya que la viuda portaba orgullosa el mismo broche justo al lado de su corazón, la mujer que ingresaba caminaba cadenciosa y al ver al ataud se lanzó sobre el llorando a todo pulmón -¡mi Gabo, mi Gabo!- gritaba la desconsolada dama, detrás de ella dos jóvenes lloraban sin decir palabra alguna.
En la sala velatoria todos se miraban sin comprender y hasta sacaban sus conclusiones, la mentada dama debía ser una pariente qué lo tenía en gran estima, si supieran cuanta estima esta dama tenía por el difunto se irían de espaldas. Se sentó justo enfrente de la viuda qué no le quitaba los ojos de encima, siguieron el rosario posterior a la distracción ofrecida, ahí estaban las damas rezaban qué rezaban mientras las tazas de café negro iban de un lado a otro, casi finalizaba la oración por el alma del difunto cuando una nueva intromisión se apoderó de la sala.
-¡Amore, amore mio!- entró gritando una joven de no más de treinta años con un bebé en brazos, vestida de un ajustado vestido negro y largos cabellos cobrizos qué caían por sus hombros, los labios rojo intenso hacían juego con la palidez de su piel, en su pecho el broche de lirio y en los ojos de la joven un río de lágrimas, entregó el bebé a la mujer quien la acompañaba y se arrojo al ataud gritando por su amore.
El comidillo estaba a mas no poder ya que tres mujeres lloraban al mismo difunto, la viuda, la dama de vestido negro largo y la joven del vestido corto, las tres lloraban como si hubiesen sido un grupo de lloronas profesionales, de esas que se usaban tiempos atrás en los funerales de campo, la sala empezó a quedar vacía sin embargo las tres mujeres continuaba el llanto sentadas una frente a otras, no pasaron más de dos horas y una nueva mujer ingreso, se sentía su taconeo desde afuera, venía calmada y vestida de negro, una falda abierta al lado enseñaba sus largas piernas y su blusa escotada solo se sujetaba con el broche de lirio, el mismo que las otras tres usaban, -te moriste Gabo, ya estabas viejo pero vaya que gozamos- dijo mientras limpiaba un esbozo de lágrima de su ojo derecho, vio a las otras mujeres y se sentó con frialdad al lado de la viuda, la observó de arriba a abajo y mostró una mueca de insolente sonrisa.
Daban casi las ocho de la noche y la sala velatoria debía cerrarse a las diez, casi no quedaba gente curiosa y solo quedaban reales amigos y familia, una de las hermanas de la viuda ofreció una taza de consomé a las mujeres, estas se rehusaron sin embargo la madre del bebé si pidió agua caliente para preparar un biberón, el pequeño dormía en brazos de la mujer acompañante qué parecía la abuela, en medio de que preparaban la leche ingresó una quinta dama, vestida de rojo intenso, un broche de lirio en su pecho y el cabello rubio recogido, más o menos se veía de unos cuarenta años de edad, hizo su ingreso cuál modelo, se acercó al féretro y susurro -te fuiste viejo goloso- ¿ahora quien me acompañará en las noches de calor? Pregunto sin decoro ni pudor alguno.
Al parecer todas estuvieron aturdidas porque ninguna preguntó a las otras quienes eran, al cerrar el velatorio una por una fueron saliendo, mientras yo que me ofrecí a cerrar la puerta observaba a las cinco mujeres de don Gabo, ese viejo pillo que gozo con todas como si hubiese sido un chiquillo, buen gusto tenía el viejo ya que desde la viuda hasta las amantes eran todas bellas, distintos colores le gustaban, una trigueña, una cobriza, una morena, una pelirroja y una rubia, 14 hijos al final tuvo el viejo y cuantos más que no le conocí, en fin viejo Gabo quien te viera y quien te vio, viviste una vida salvaje así que ahora descansa qué si te descubren ya nadie podría matarte por ser infiel y mañoso.
English
The five wives of don Gabo.
Misfortune was falling on the Soler family, the patriarch Don Gabo was leaving this world at the age of 80, his widow, children, grandchildren and great-grandchildren were giving each other mutual support, the flowers were entering one after the other, it seemed that Don Gabo was quite loved, more than his family thought.
In the middle of the rosary that the older ladies were starting, a woman dressed in a neat black dress, glasses and hat entered, on her chest a brooch in the shape of a lily, it caught the attention immediately since the widow proudly wore the same brooch right next to her heart, the woman who entered walked with a rhythmic walk and when she saw the coffin she threw herself on it crying at the top of her lungs -my Gabo, my Gabo! shouted the disconsolate lady, behind her two young women were crying without saying a word.
In the wake room everyone looked at each other without understanding and even drew their own conclusions, the lady must have been a relative who held him in great esteem, if they knew how much esteem this lady had for the deceased they would go backwards. He sat down right in front of the widow who did not take her eyes off him, they followed the rosary after the offered distraction, there were the ladies praying what they were praying while the cups of black coffee were going from one side to another, the prayer for the soul of the deceased was almost finished when a new intrusion took over the room.
-Amore, amore mio! came screaming a young woman no more than thirty years old with a baby in her arms, dressed in a tight black dress and long copper hair that fell down her shoulders, the deep red lips matched the paleness of her skin, on her chest the lily brooch and in the eyes of the young woman a river of tears, she handed the baby to the woman who accompanied her and threw herself into the coffin screaming for her amore.
The dining room was at its peak as three women were crying for the deceased, the widow, the lady in the long black dress and the young woman in the short dress, the three were crying as if they had been a group of professional weepers, one of those that were used in the past in country funerals, the room began to be empty but the three women continued crying, sitting one in front of the other, not more than two hours passed and a new woman entered, She was calm and dressed in black, an open skirt on the side showed her long legs and her low-cut blouse was only fastened with a lily brooch, the same one that the other three women wore, -you died Gabo, you were already old but we enjoyed it- she said while she wiped a tear from her right eye, she saw the other women and sat down coldly next to the widow, she looked her up and down and showed a grimace of insolent smile.
It was almost eight o'clock at night and the wake room was supposed to close at ten o'clock, there were almost no curious people left and only real friends and family remained, one of the widow's sisters offered a cup of broth to the women, they refused, however the baby's mother did ask for hot water to prepare a bottle, the little one was sleeping in the arms of the woman who looked like the grandmother, In the middle of preparing the milk, a fifth lady came in, dressed in deep red, with a lily brooch on her chest and blonde hair tied up, she looked about forty years old, she came in like a model, she approached the coffin and whispered -you left, old sweet tooth- now who will accompany me on hot nights? I asked without decorum or modesty.
Apparently they were all stunned because none of them asked the others who they were, when closing the wake one by one they went out, while I who offered to close the door observed the five women of Don Gabo, that old rascal who enjoyed with all of them as if he had been a little boy, the old man had good taste because from the widow to the mistresses they were all beautiful, He liked different colors, a brunette, a copper, a brunette, a redhead and a blonde, 14 children in the end the old man had and how many more I did not know, in short old Gabo who saw you and who saw you, you lived a wild life so now rest, if you are discovered no one could kill you for being unfaithful and crafty.
Me encantó esta historia tan llena de humor sutil y elegante que hace la lectura amena y muy entretenida, sacando sonrisa en cada linea del relato. Muy buen trabajo.
Gracias por compartir tu historia con nosotros.
Excelente día.
Gracias por tus palabras, nada más gratificante que el lector disfrute del relato que fue creado con amor.
Feliz día para ti.
Un viejito con mucho vigor. Excelente historia
Jajaja un señor muy tramposo al cual jamás descubrieron.
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