El Valle Oculto.

in Literatos10 days ago

El Valle Oculto: Una Historia de Huesos y Secretos.

El pueblo de San Isidro, asentado en la costa noroeste de la bahía, era un crisol de culturas. Pescadores curtidos por el sol, estibadores de músculos de acero, carpinteros con manos de artesano, albañiles que levantaban muros de esperanza... Todos ellos, junto a una constante corriente de migrantes en busca de sustento y un hogar, habían forjado una identidad única. En San Isidro, las tradiciones españolas y africanas se fundieron en un crisol cultural que dio origen a una de las religiones más populares del Caribe: la santería.

El pueblo, abrazado por el mar y las lomas, tenía todo lo que una villa necesita: su iglesia, su parque, la casa de socorro, el ayuntamiento y, por supuesto, el cementerio. Era en este último donde se desarrollaba la historia de Juan, un muchacho nacido y criado en San Isidro, que desde pequeño había aprendido el oficio de su abuelo: cuidar del cementerio.

Desde los jardines de flores hasta el mantenimiento de tumbas y lápidas, Juan estaba familiarizado con la muerte. Para él, la muerte era un proceso natural, una transición necesaria para la vida. Su fe, impregnada por la tradición santera, reforzaba sus pensamientos.

Juan, con un respeto casi reverencial hacia los restos mortales, a menudo tomaba pequeños huesos para sus amigos. Estos huesos, usados en rituales y amuletos, buscaban fortalecer la vida y garantizar el éxito.

Un día, Juan llevó a casa un pedazo de carne con la intención de extraer un hueso. En su descuido, la abuela, con su vista ya debilitada, tomó la carne, pensando que era la cena como de costumbre. Esa noche, bajo la tenue luz de las velas, la familia cenó sin que Juan mencionara su error. En su mente, si los ancestros cuidaban del alma, también podrían cuidar del cuerpo. La crisis que azotaba al pueblo, con pescadores regresando con las redes vacías, hacía que la comida fuera escasa.

Con el paso del tiempo, las porciones que Juan tomaba fueron cada vez más grandes. No solo para su consumo, sino que comenzó a venderlas en otros pueblos. Así, su secreto se fue extendiendo hasta que un día, un rumor comenzó a circular: Juan del Valle Oculto. Un nombre que, como un susurro de viento, se extendía por la costa, cargado de misterio y sombras.

¿Qué se escondía detrás de este nuevo apodo? ¿Cómo se relacionaba con la muerte y con las tradiciones de San Isidro? ¿Podría la fe, que tanto había sostenido a Juan, salvarlo de las consecuencias de sus actos? El Valle Oculto se convertía en un enigma que comenzaba a tomar forma, un secreto que amenazaba con desentrañar las más profundas creencias del pueblo de San Isidro.

Filiberto Mora.