Te miré como una sirena recostada en la arena del mar
con profunda belleza en todo tu cuerpo.
Mirarte era como un cielo lleno de estrellas
y contemplar tu cabello como palmeras
y los celosos gemelos de tu codiciado pecho.
Muy profunda tu belleza
y las medidas de tu cuerpo como una guitarra.
Las cuerdas de mi corazón entraron en melodía.
Tu boca colorida como una manzana provocaba el besar.
Tu decoroso cuello de oro brillaba.
Era un monumento contemplarte en el mar.
Allí caía la tarde
y se rendía a tus pies.
Fuego salía de tu cuerpo por la belleza
y llamas se encendían en mi pecho por abrazarte.
Los gemelos de tu pecho me volvían a inspirar.
Parecía que eran gemelos de garzas en la arena del mar.
La plenitud de tu belleza es incomparable.
No podía contener la mirada ante tanta belleza
y me faltaban palabras para describir tal fenómeno de amor.
Tus labios provocadores me tentaron
y fue tanto que mordí los míos.
Quedé rendido de amor en la arena
y exhausto de contemplar tanta belleza.
No puedo dejar de inspirarme ante un panorama infinito de belleza.
Eres tan profunda en la belleza
y tan infinita en la perfección de un cuerpo codiciado.
Te llaman bienaventurada por tu belleza
y nada puede compararse con el acabado de tu perfección.
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Muy lindo poema de amor, aquilatado con el empleo de recursos estilísticos. Saludos
Gracias amigo por tu comentario tan estético en lenguaje literario.
Feliz y bendecida tarde.
Que bonito!!