Leonardo era un niño huérfano, la única familia que le quedaba era su hermanita Sofía.

Como ella era ciega, a Leonardo se le ocurrió una idea para estar siempre juntos; Se colgó una campanita en su muñeca derecha, de esa forma, Sofía sabría donde encontrarlo.

Un día, llegó un circo a la ciudad, Leonardo le había prometido a Sofía que se encontrarían en el parque, pero se entretuvo con el espectáculo y se le olvidó… Hasta que escucho un sonido familiar que lo hizo reaccionar, ¡Sofía lo estaba esperando!

Corrió lo más rápido que pudo, pero ya había anochecido y Sofía no estaba allí.
La busco por días, en todas partes, pero no la encontraba, decidió salir de la ciudad y dirigirse hacia el norte, sonando su campanita por todo el camino.

Luego se fue hacia el Este y sus zapatos comenzaron a desgastarse de tanto caminar, pero él siguió su recorrido, moviendo su campanita.

Después caminó por el oeste. Se sentía cansado y le dolía la garganta de tanto gritar el nombre de su hermana.

Leonardo se aferró tanto al sonido de su campana, que está, adquirió vida propia y comenzó moverse por sí sola, cada día sonaba más fuerte y más constante. Nadie quería estar cerca de él porque el sonido de la campana era perturbador.

Al llegar al Sur se encontró con un hombre sabio. En ese entonces, Leonardo se estaba quedando casi sordo y sus pies los tenía llenos de cayos.

Le pidió su ayuda, y este le dijo que lo mejor era deshacerse de la campanita, el niño desvió la mirada y se quedó pensativo, luego se inclinó para agarrar una piedra y con toda su fuerza la impacto con la campana, una y otra vez, hasta que el objeto se partió en mil pedazos.

Leonardo se quedó en silencio por varios minutos, lágrimas salían de sus ojos mientras observaba los trozos de la campana. No volvería a ver a Sofía, ni siquiera por breves momentos. Había roto la única conexión que le quedaba con su hermana, estaba solo otra vez...

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Quiero dar gracias al equipo de @es-literatos por crear este Concurso de microrrelatos fantásticos en homenaje a Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito y por supuesto, también quiero agradecer a todos los que se pasaron por aquí y dedicaron unos minutos de su tiempo en mi relato. Siempre es un placer compartir mis escritos en esta comunidad. ¡Muchas gracias!