Saludos, esta es mi versión del final del relato:

La mujer no sabía a qué se debía el milagro de seguir viva, pero algo había cambiado para ella; estaba convencida de que aún no le había llegado su hora de partir de este mundo; y cómo necesitaba respuestas empezó a visitar al río todas las tardes. Al principio no tenía claro qué hacer allí, qué decirle, cómo agradecerle; después sólo se sentaba a admíralo, eran el río y ella; ella y el río; el río en sus ojos y ella en el reflejo del río, y así estuvieron por semanas hasta que un día ocurrió lo inesperado...

Mientras observaba el río, en la orilla opuesta emergió un hombre semidesnudo. Su cabellera larga parecía fusionarse con el río. Sus ojos eran claros y brillaban. Ella se levantó un poco sorprendida. El sonido del río y su asombro le impidieron escuchar lo que el hombre, con una sonrisa afable le decía.

El hombre señaló al cielo y ella levantó su vista. Cuando la volvió hacia el lugar donde estaba el hombre, ya había desaparecido. Esta visión, porque no pudo considerarlo como otra cosa, la sorprendió y la dejó con más dudas que certezas. Sin embargo, al día siguiente, quiso saber si lo que había vivido el día anterior fue real. Se acercó de nuevo, y esta vez le suplicó con fervor que le respondiera de una vez por todas sus preguntas.

Mientras miraba fijamente el agua correr, vio cómo de ella emergía un hombre, era el mismo... y por un momento fue presa del pánico y se desmayó. Al despertar, el hombre le acariciaba el cabello y sonreía. Esa sonrisa le transmitió paz. El hombre entonces habló, y sus palabras fueron dulces y agradables. Ella sonrió. La mujer veía en sus ojos claros el cielo profundo, y en su sonrisa las respuestas a sus preguntas.

El hombre la tomó en sus brazos y la alzó. Juntos se sumergieron, ella miraba su hermoso rostro mientras el sonido del río se hacía más intenso y le daba la bienvenida a sus dominios.