Fue un minuto sin tiempo en sus tiempos.
Así me respondió el universo
a tanto desespero.
Se quebraron de felicidad
las estrellas del cielo,
el sol iluminó la noche y deslumbró a todas las sombras que había en mi pensamiento.
Enfrente tú,
con mis manos apretadas
y con mis ojos sin saber dónde ponerlos,
si en tus ojos, en la comisura de tus labios,
o parpadearlos de deseo en el color negro de tu recogido cabello.
Te fuiste como siempre,
como si toda la vida lo hubiésemos hecho.
Yo te vi más mujer,
y a mí más hombre
que cuando empezó el encuentro.
Fue un minuto sin tiempo,
tan largo en sus segundos,
que hace ya un mundo que se fue,
y la suavidad de la piel de sus manos
todavía en las mías siento.
Poema propio.
Fuente de la imagen... IA
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