¡Ahora sé! (Alegoría-Inédito) / Now I know! (Allegory)

¡Ahora sé!

De niño me dijeron que alcanzara una estrella con la mano. Comencé trepando los tejados en mi pueblo; pero no bastó. Continué mi ascenso en las montañas. Escalé acantilados y crestas, allá donde los majestuosos cóndores de la cordillera no llegan; pero no bastó.

Como un viajero del tiempo que se pierde entre las edades, me encontré, súbitamente, en el atardecer de la vida. Agotado me detuve. En cumbres insospechadas me detuve. Me encontré, yo mismo a mí mismo, en aquellos páramos infinitos.

— ¿Quién eres? —me preguntó el arcano de los tiempos—.

— Simplemente un impulso —le dije—, chispa divina desprendida de la creación, eterno peregrino errante que vaga tras sus sueños desde siempre.

— ¿Qué quieres? —me replicó—.

— Alcanzar una estrella —agregué—.

Un silencio ensordecedor brotó desde la tierra llevándose consigo mis respuestas. Y al instante mil voces me gritaron;

— ¡Por aquí pasó anoche!

— ¿La alcanzaron con sus manos? —les pregunté—.

— No —me respondieron—, estábamos dormidos. Pero esta mañana aparecieron sus huellas. Míralas, aquí están.

Ahora sé que universo y eternidad hacen brillar sobre los anchos firmamentos cada estrella embebida en su vientre, apartando de los mortales sus grandes discos de fuego. Ahora sé que sólo un pequeño destello llega a nosotros.

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Now I know!

As a child I was told to reach for a star with my hand. I started climbing the rooftops in my town; but it was not enough. I continued my ascent in the mountains. I climbed cliffs and ridges, where the majestic condors of the mountain range do not reach; but it was not enough.

Like a time traveler lost between the ages, I found myself, suddenly, in the twilight of life. Exhausted I stopped. On unsuspected peaks I stopped. I found myself, myself, in those infinite wastelands.

— Who are you? —Asked the arcanum of the times—.

— Simply an impulse —I told him— divine spark detached from creation, eternal wandering pilgrim who has always wandered after his dreams."

— What do you want? —He replied.

— I want to reach for a star with my hand —I added—.

A deafening silence broke out from the ground, taking my answers with it. And instantly a thousand voices screamed at me;

— She passed this way last night!

— Did they reach for it with their hands? —I asked them—.

No —they replied— we were asleep. But this morning his footprints appeared. Look at them, here they are.

Now I know that the universe and eternity make each star embedded in its belly shine on the wide firmaments, separating its great discs of fire from mortals. Only a small flash reaches us.