Fiction: Why me? (ENG-ESP)

English

With a wounded heart, she entered the cabin where León was sleeping. The white sheets were crumpled and twisted in a swirl on one corner of the bed, as if rage had left them that way. Then she thought about her own anger, after hearing him say that all the women he had met on the Island turned out to be somewhat self-interested; she felt bitterly disappointed and ashamed since, at least to her, her attraction to him had been obvious from the first day.

Could he have misunderstood my intentions and that is why he keeps his distance? she thought while straightening the bed.

If I keep seeing him, how can I hide my wounded pride? she wondered. The averted crisis turned into a breeze that slipped through the wide windows of the yacht and gently brushed her face.

In the oasis of Marina Hemingway, it seemed as if pain could numb just by listening to the sea and observing the tall palm trees that seemed to touch the sky, while the sunset took on a golden hue and the smell of fresh fish clouded the senses. However, that had only been the end of a heavy day for young Alysso, who now walked away head down towards her home.

León watched her leave from the top of his yacht and felt an unexpected guilt in his chest, as if seeing an Alysso totally different from the one on the first day was a consequence of something he had done unknowingly. The truth is that his instinct was warning him, but he still did not know the full extent of the truth.

At twenty-eight, León had lived experiences more intense than any other young man his age. Although born in Puerto Rico, he was forced to live in the United States from a young age, where he studied and worked for the army. On his last mission, while delivering food to Palestinians during their conflict with Israel, he was attacked and returned home physically worn out; he was discharged from the army. After that day and with nothing else to do, he decided to enjoy life by traveling and discovering new places. That’s how he decided to venture into the waters of Cuba, seeking new experiences, after the opportunity to participate in the international fishing championship to be held in Havana.

—Sir, here is the drink you ordered —announced a man’s voice from below the yacht.

It was Beñaco, Alysso’s uncle and responsible for hiring the young woman to take care of León, even though she didn’t work at the port facilities. The young Puerto Rican-American descended the boat’s stairs and approached the man, who kindly handed him a tropical cocktail.

—The best in this place —added Beñaco with a smile.

He was an older man, but with well-cared-for dark skin, showing no signs of old age. León smiled warmly, but then his expression suddenly turned serious and worried.

—Do you know if something happened to your niece? Today she looked very different from how I’ve seen her other days, sadder.

Beñaco thought about the question but had no definite answer.

—Have you checked the yacht’s security camera? Maybe that way you’ll find out what happened —he said.

León thought it was a good idea to find clues and, after saying goodbye to Beñaco, reviewed the day’s recordings. That’s how he discovered the unexpected reason for Alysso’s sadness: a confession about his experience with Cuban women that he had made to her uncle. At that moment, he feared he would never see her again, thinking he had hurt her pride and that she would probably be too offended to appear before him again.

But León was wrong; Alysso's decision was to return the next day. She knew there was little staff at the port, so her uncle had arranged for her to work half a day. Therefore, out of respect for her uncle, she wanted to avoid a crisis in the marina service team.

Besides, she needed the money they paid her. León might not be the first or last to generalize about the women of her country, but she had no reason to lower her head or feel guilty because of that.

When he saw her arrive, León said to her:

—Alysso, sorry. If I made you feel bad, I’m sorry. I feel guilty. I don’t want to lose you, and now I’m afraid of hurting you.

The young woman, surprised, didn’t know what to say or do. What was happening between them was obvious, yet she still found it hard to believe. Why was fate connecting them this way if the averted crisis had spread like foam without leading to greater consequences?

Instead of breaking apart, a new relationship began to blossom.

End

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Español

Con el corazón herido, entró en la cabina donde dormía León. Las sábanas blancas estaban estrujadas y en forma de remolino sobre una esquina de la cama, como si la rabia las hubiera dejado así. Entonces pensó en su propio enfado, después de escucharlo decir que todas las mujeres que había conocido en la Isla resultaron ser algo interesadas; se sintió amargamente decepcionada y avergonzada, pues, al menos para ella, su atracción por él había sido evidente desde el primer día.

¿Habrá malinterpretado mis intenciones y por eso mantiene su distancia? pensó mientras ordenaba la cama.

Si sigo viéndolo, ¿cómo podré disimular mi orgullo lastimado? se preguntó. La crisis evitada se transformó en un soplo de viento que se coló por las amplias ventanas del yate y peinó delicadamente su rostro.

En el oasis de la Marina Hemingway, parecía como si el dolor pudiera anestesiarse solo escuchando el mar y observando las prominentes palmeras que parecían tocar el cielo, mientras el atardecer adquiría un color dorado y el olor a pescado fresco nublaba los sentidos. No obstante, ese había sido solo el final de un día pesado para la joven Alysso, quien ahora se marchaba cabizbaja hacia su casa.

León la contempló alejarse desde la parte superior de su yate y sintió una culpa inesperada en el pecho, como si ver a una Alysso totalmente diferente a la del primer día fuera consecuencia de algo que hizo sin darse cuenta. La realidad es que su instinto lo estaba alertando, pero aún desconocía la magnitud de la verdad.

A sus veintiocho años, León había vivido experiencias más intensas que cualquier otro joven de su edad. Aunque nació en Puerto Rico, desde pequeño fue obligado a vivir en Estados Unidos, donde estudió y trabajó para el ejército. En su última misión, mientras llevaba comida a los palestinos durante su conflicto con Israel, fue atacado y regresó a su país físicamente desgastado; le dieron de baja del ejército. Después de ese día y sin más que hacer, decidió disfrutar la vida viajando y conociendo lugares nuevos. Fue así como decidió aventurarse en las aguas de Cuba, buscando nuevas experiencias, tras la oportunidad de participar en el campeonato internacional de pesca que se realizaría en La Habana.

—Señor, aquí tiene la bebida que pidió —anunció la voz de un hombre desde la parte inferior del yate.

Se trataba de Beñaco, el tío de Alysso y responsable de que la joven, aunque no trabajara en las instalaciones del puerto, fuera contratada para encargarse de León. El joven puertorriqueño-americano bajó las escaleras del barco y se acercó al hombre, quien le entregó amablemente una copa de cóctel tropical.

—Lo mejor de este lugar —añadió Beñaco con una sonrisa.

Era un hombre mayor, pero con una piel oscura bien cuidada, en quien no se notaba la vejez. León sonrió con gusto, pero de repente su mirada se volvió seria y preocupada.

—¿Sabes si a tu sobrina le ocurrió algo? Hoy se veía muy diferente a como la he visto otros días, más triste.

Beñaco pensó en la pregunta, pero no tuvo una respuesta segura.

—¿Has revisado la cámara de seguridad del yate? Tal vez así descubras qué pasó —le dijo.

León creyó que era una buena idea para encontrar pistas y, tras despedirse de Beñaco, revisó las grabaciones del día. Así descubrió la razón inesperada de la tristeza de Alysso: una confesión sobre su experiencia con las mujeres cubanas que le hizo al tío. En ese instante temió no volver a verla, pensando que había herido su orgullo y que probablemente estaría tan ofendida que no aparecería frente a él otra vez.

Pero León estaba equivocado; la decisión de Alysso fue volver al día siguiente. Ella sabía que en el puerto había poco personal, y por eso su tío la había llevado a trabajar media jornada. Por tanto, por respeto a su tío quería evitar una crisis en el equipo de servicio de la marina.

Además, necesitaba el dinero que le pagaban. León no sería ni el primero ni el último en generalizar sobre las mujeres de su país, pero ella no tenía por qué bajar la cabeza ni sentirse culpable por eso.

Al verla llegar, León le dijo:

—Alysso, perdón. Si te hice sentir mal, lo siento. Siento culpa. No quiero perderte, y ahora tengo miedo de lastimarte.

La joven, sorprendida, no supo qué decir ni qué hacer. Era evidente lo que estaba sucediendo entre ellos, pero aún así le resultaba difícil de creer. ¿Por qué el destino los estaba conectando de esta manera si la crisis evitada se había esparcido como espuma sin llegar a mayores consecuencias?

En lugar de fracturarse, una nueva relación comenzó a florecer.

Fin

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Translation by deepl
Pictures were taken by me and edited in canva