Este 21 de abril mi hija cumplió su primer año de edad, me sentía feliz por ver todo lo que hemos pasado este año y cada etapa que hemos superado.

Los primeros meses los sentí largos pero ahora siento que el tiempo pasó volando. Pienso en cuánto ha crecido que cuando la tengo durmiendo en mi pecho, siento nostalgia al imaginar cuando llegue el momento en que ya no quiera dormir tan cerquita de mí.

Esa mañana, al encender mi celular tenía un mensaje de mi hermana deseándole un feliz cumpleaños a mi bebé pero también felicitándome por mi primer año siendo mamá y mencionando lo feliz que sentía porque Dios permitió que la complicación al final de mi embarazo no pasara a mayores y pudiéramos seguir juntas, fue un buen recordatorio para agradecer a Dios.

Ese día, al despertar mi mamá le tenía listo su regalo para la bebé. Aunque sé que a esa edad no saben el valor de un regalo, le emocionó que le entregaran algo. Poco después, llegó una amiga de su papá a traerle un arreglo que incluía un mini torta, alfajores, trufas y mini brownies.

Luego llegó mi abuela que vino desde Barquisimeto para celebrar con nosotras.

Habíamos reservado un espacio en una pizzería al aire libre para hacer la reunión allí porque me gustan las cosas sencillas y porque eran poco menos de 30 invitados. Sin embargo, cuando estábamos vistiendonos para ir a decorar con globos y esas cosas, comenzó a llover bastante fuerte.

La lluvia no paró en dos horas y en ese tiempo llegaron unos primos y una tía que venían de Barquisimeto y vinieron a entregar en mi casa la torta que por cierto estaba hermosa y divina.

Cuando medio cesó la lluvia, aproveché para ir a la pizzería a decorar pero, por la lluvia, tuvieron que colocar dos cumpleaños en una misma área, eso me desanimó un poco pero decidí continuar con el plan. Solo acomodé algunas cosas para poner bonito el espacio donde colocaría la torta y los dulces.

Al final, no llegaron todos los invitados y de casi 30 personas habíamos solo 15.

La lluvia pudo haber arruinado nuestra celebración, sin embargo, a mí me pareció perfecta. Me gustan las cosas sencillas y la situación por la lluvia hizo que fuera aún más sencillo de lo planeado y me encantó.

Comimos pizza, reímos, hubo ocurrencias, compartimos en familia. Fue una noche amena.

Mi hija celebró su cumpleaños junto a las personas que siempre han estado pendiente de ella.

Después de comer pizza, decidimos traernos la torta a la casa y picarla aquí ya que nos sentíamos incómodos con tanta gente que había.

Mi hija tiene horarios establecidos para dormir, y en ese momento ya eran más de las 9pm así que ya tenía sueño. Al momento de cantar cumpleaños no sé si fue el sueño o se sintió intimidada por tantas miradas que su cara haciendo pucheros fue muy graciosa.

Estuve feliz de poder celebrar su primer cumpleaños, y aunque faltaron su papá y su abuelo por la distancia, estuvieron un rato por medio de videollamada y en un futuro podrán estar con nosotras.

También me hizo feliz ver que ella disfrutó de un buen rato y de personas que la consintieran ese día.