TERROR EN LA PASTORA

Escalofriante Encuentro con una Mujer Enigmática

JOVEN CASANOVA

El protagonista de esta historia es mi padre y de como esta experiencia marcó para toda la vida un miedo a la oscuridad, ver películas de terror, suspenso o cualquier cosa que implicara espíritus errantes.

Corrían los tempranos años ´70 y un atractivo moreno de 1,85mts de estatura, ojos café, cuerpo atlético y sonrisa seductora, hacía vida de soltero en una pensión de la populosa zona caraqueña conocida como La Pastora.

Oriundo de San Juan de los Morros, Edo. Guárico. Llegó a Caracas a cursar estudios superiores en la UCV. Como cualquier estudiante de la época, que trabajaba en sus ratos libres, los fines de semana por la noche gustaba de divertirse, conocer gente y por supuesto mujeres.

Esta era su costumbre, conquistar señoritas con su irresistible sonrisa, cosechando así fugaces romances que terminaron en algunos corazones rotos y rencores añejos

MUJER ENIGMÁTICA

Este encuentro, el cual mi papá catalogaba como "cuando me salió la sayona" se dio una noche en la que él regresaba de reunirse con amigos un sábado en la noche, trabajaba al día siguiente y regresó a su habitación a descansar.
Como su compañero de apartamento decidió quedarse de fiesta, estaría solo esa noche.

Él relataba que según su costubre se duchó antes de acostarse, puso la radio y se quedó dormido.

Durante la noche despertó con la dulce voz de una dama rubia, alta, hermosa que le dijo:

_ Pensé que me ibas a dejar esperandote de nuevo.

Sonriente y aún algo dormido le preguntó su nombre y le siguió la corriente, buena e inesperada compañía en esa fría noche, le pareció un golpe de suerte.

Ella se acercó también sugerente, dejó ver las líneas de su torneado cuerpo bajo la bata azul casi transparente que llevaba puesta, cuando estuvo a punto de besarlo se detuvo mirando su pecho.

• Te espero en el baño... pero quítate eso...(dijo refiriéndose al cricifijo de oro, regalo de bautizo, que llevaba colgado al cuello.

• Claro mi amor, espérame.

Él contaba que se quitó el crucifijo rápidamente, se miró en el espejo encendiendo la luz y caminó al baño.

Parada junto a la ducha la vio de espaldas con su melena rubia, sedosa que le llevaba a la cintura, se acercó para besarla y lo que vió en su rostro fue una figura espectral, de aspecto putrefacto que gritaba una risa macabra.

Aterrorizado intentó alejarse de ella que se aferraba a su cuello con unas manos huesudas y uñas largas.

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