Burgos es un inmenso conjunto cultural donde, como digo, cada viajero puede ver cumplidamente satisfechas todas sus exigencias. Es imposible describir la belleza, la riqueza y la diversidad de Burgos en un único post, por eso me he decidido a poner un poco de relieve esa parte humana, que no por ello menos cultural e intensa, como es la rica vida social que hay en sus calles, sobre todo en éstas del centro histórico, cuyo faro no podía ser otro que esa inmensa joya artística que es su catedral y que es otro universo del que trataré en un futuro post. Ese tipo de normas de la casa son muy comunes en los lugares de restauración castellanos, sin excluirlos en otros lugares peninsulares, e invitan a mirar la vida con optimismo, sobre todo porque cuentan con la ayuda de la gran variedad de vinos y viandas, que consiguen, desde luego, que ésta se sienta deliciosa, siquiera sea durante los minutos que se dedican a dejarse llevar por los sentidos. Yo diría que se trata, en su conjunto, del 'espíritu español', que muchas veces no es comprendido fuera de nuestras fronteras, pero que siempre atrae, porque de alguna manera, sobre todo durante periodos de dificultades, llevamos en los genes el Carpe Diem de los romanos y quizás por ello nos guste disfrutar de los momentos de la vida como si fueran los últimos. Un fuerte abrazo