“El Atol Está Salado”
—Má… ya esta listo el atol —gritó desde la cocina el travieso niño.
—Te dije que no revises la olla, déjà las malas costumbres.
El muchacho se hizo el desentendido ante el mandato de su madre. Siguió probando el atol tratando de saciar su hambre, y al percibir que le faltaba azucár, quiso agregarla por su cuenta. Lamentablemente se equivocó al elegir el frasco adecuado y terminó añadiendo un gran puñado de sal al alimento…
Jaimito huyó de la cocina para que su mamá no se diera cuenta de que estaba comiéndose el atol. Cuando lamió su mano, esperando saborear los granitos de azúcar pegados en la palma, dió un respingo al sorprenderse con el sabor de la sal.
"Ahora si me van a joder", murmuró Jaimito.
Disponía de poco tiempo para escaparse de una zurra. Su madre, Doña Petra, empezaría servir el atol en cualquier momento.
Sin perder tiempo, corrió de regreso a la cocina, llevándose un puñado de sal.
Samuel jugaba con sus carritos en el patio trasero de la casa, cuando de repente, apareció jadeando su hermano.
"Samuel, mi querido hermanito", dijo Jaimito. "Te tengo un juego divertidísimo".
"¿De qué se trata?", le dijo mientras se sacudía la tierra de sus rodillas.
"Es fácil. Lo que tienes que hacer, es ganarme una carrera para ver quien llega primero al atol que está haciendo mami, y echarle esta azúcar", dijo, mostrándole el puñado de sal.
"No lo sé, siempre me pegan cuando te hago caso".
"Vamos, no seas tonto. Quien le eche primero esta sa... que digo, esta azúcar, gana".
"¿Y qué es lo que voy a ganar?".
"Una ración extra de atol dulcicícimo, y el cariño de mami".
Jaimito le extendió la mano a Samuel, "Anda, toma el azúcar". Así le dió toda la sal de su puño.
"Pero, ¿me vas a dar toda el azúcar?"
"No te preocupes, Samuel; aquí tengo mucha más", le dijo, al mismo tiempo que palmeaba su bolsillo, vacio y cómplice.
"Pero así no se vale, Jaimito. Tu eres muchichísimo más rápido que yo".
"Entonces, voy a dejar que salgas corriendo tú primero. ¿Te parece bien?".
Jaimito no terminó de hablar cuando Samuel corría con todas sus fuerzas hacia la cocina.
Jaimito solo le siguió, quedándose muy calladito oculto detŕás de la puerta de la cocina, para ver qué hacía su hermanito.
De repente, una de las chancletas de Samuel se le salió del pie, haciéndole caer, desparramando toda la sal por el suelo.
Samuel se golpeó lo suficiente como para ponerse a llorar, siendo cargado por Doña Petra, revisando a su benjamín para ver si tenía algo roto. El codo sufrió un raspón.
"¡Ay, Mijito!", dijo Doña Petra, "A ese codito lo curaré con alcohol".
"¡No ma...! ¡Por favor, por favor no, mamita!", dijo Samuel. "¡Alcohol no, eso arde mucho!".
"Eso te pasa por andar corriendo como un loquito por la casa", dijo Doña Petra. "Así, aprenderás a portarte bien".
Eran insoportables los chillidos de Samuel, así que Doña Petra le dijo, "No te preocupes, Mijito, que yo soplaré tu codito".
El plan de Jaimito rodó junto con su hermanito desde el momento en que se cayó.
Jaimito tuvo una idea. Esta era la distracción que necesitaba. Como su mamá estaba sanando las roturas de Samuel, aprovechó para botar el atol salado, y se puso a preparar otro nuevo.
Esta vez se aseguró de echarle azúcar, muchisísima azúcar.
Tommy Ed
Esta es mi participación en el concurso de "Continúa... la historia 26 de marzo de 2022". @freewritehouse
El texto en negrillas es el suministrado para darle continuidad al relato.
ENGLISH
"The Atol Is Salty"
-Ma... the atol is ready," shouted the naughty boy from the kitchen.
-I told you not to check the pot, give up the bad habits!
The boy ignored his mother's command. He continued tasting the atol trying to satisfy his hunger, and when he realized that it lacked sugar, he wanted to add it on his own. Unfortunately, he made a mistake in choosing the right jar and ended up adding a big handful of salt to the food...
Jaimito ran away from the kitchen so his mom wouldn't notice he was eating the atol. When he licked his hand, hoping to taste the sugar granules stuck in his palm, he gasped in surprise at the taste of salt.
"Now they're going to fuck me up ", muttered Jaimito.
He had little time to get away with a spanking. His mother, Doña Petra, would start pouring the atol at any moment.
Without wasting time, he ran back to the kitchen, taking a handful of salt with him.
Samuel was playing with his carts in the backyard of the house, when suddenly, his brother appeared panting.
"Samuel, my dear little brother," said Jaimito."I have a very funny game for you".
"What is it about?", he said while shaking the dirt off his knees.
"It's easy, what you have to do, is to win a race to see who gets to the atol that mommy is making first, and pour this sugar on it", he said, showing her the handful of salt.
"I don't know, they always hit me when I listen to you".
"Come on, don't be silly. Whoever pours this sa... I mean, this sugar first, wins".
"What am I going to win?".
An extra ration of sweet atol, and mommy's love".
Jaimito extended his hand to Samuel, "Come on, take the sugar ", so he gave him all the salt in his fist.
"But, are you going to give me all the sugar?"
"Don't worry, Samuel; I have plenty more", he said, while patting his pocket, empty and complicit.
"But that's no good, Jaimito. You're much, much faster than me".
"So, I'm going to let you run away first, is that okay?"
Jaimito didn't finish speaking when Samuel was running with all his strength towards the kitchen.
Jaimito just followed him, staying very quietly hidden behind the kitchen door, to see what his little brother was doing.
Suddenly, one of Samuel's flip-flops slipped off his foot, making him fall, throwing all the salt all over the floor.
Samuel hit himself hard enough to start crying, being carried by Doña Petra, checking her little boy to see if anything was broken. His elbow suffered a scrape.
"¡Ay, Mijito!", said Doña Petra, "I will cure that little elbow with alcohol".
"No ma...! Please, please don't, mamita!", said Samuel. "No alcohol, it burns too much!", said Samuel. "That's what you get for running around the house like a crazy person," said Doña Petra. "That way, you'll learn to behave yourself".
Samuel's squealing was unbearable, so Doña Petra told him, "Don't worry, Mijito, I'll blow your little elbow"
Jaimito's plan rolled along with his little brother from the moment he fell.
Jaimito had an idea. This was the distraction he needed. As his mom was healing Samuel's breaks, he took the opportunity to throw away the salty atol, and set about preparing a new one.
This time he made sure to add sugar, lots and lots of sugar.
Tommy Ed
This is my entry in the "Continued... the story March 26, 2022". @freewritehouse
"The text in bold is the text provided for the continuation of the story.
Translated from Spanish to English with DeepL Translator.
Hola @tommy27... genial tu historia!... me gusta mucho!... saludos!
Gracias, @r2o
Qué bueno leer tu comentario, saludos🙋