Un caso de emergencia (Cuento) An emergency case (Story)

in Freewriters3 months ago


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Esta historia fue escrita para la iniciativa "cuéntame una historia" de @freewritehouse de la semana pasada, la cual no pude publicar a tiempo, aquí se las dejo para que la disfruten.

Un caso de emergencia.

Ya habían pasado tres días y seguía allí esperando, su mamá se movía nerviosa, decía unas palabrotas que cualquiera la tomaría por una mesera de un bar.
Cuando llegaba el dolor, se retorcía como el mejor contorsionista y el grito se abría paso por todos los pasillos del hospital y su mamá lloraba por la impotencia.
El médico de guardia le dijo que el quirófano no tenía aire acondicionado y el cirujano y su equipo de cirugía no podían operar en esas condiciones.
Cuando el director del hospital llegó, la mamá del muchacho que ya era un hombre, lo abordó con violencia y casi se van contra el piso.
—¡Cálmese señora!...
—¡Ese no es su hijo! ¡Es mío! ¡La sangre duele! ¡Tanta ineptitud no puede haber!
Las enfermeras lo volvieron a inyectar y pudo calmarse un poco.
—¿Ya le dijeron el inconveniente? no es recomendable una cirugía en esas condiciones.
—¡Lo que quiero es que me lo salven! Mi hijo se está muriendo...
—Llamaré al médico y hablaremos...
—Pero hablé desde aquí, no tiene que irse a su oficina
—Está bien señora.
El director se acomodó la bata y tomando su celular marco un número.
La madre fue a atender a su hijo, sin dejar de mirar al director. Ella sabía que esos calmantes no eran muy fuertes para calmarlo.
El director se acercó.
—Ya vienen para acá, solo le pido un poco de paciencia, ya veremos cómo lo solucionamos.
El director se movía nervioso, esos gritos lo habían alterado y no pudo continuar con la reunión que tenía con la enfermera de pediatría, lamentaba que todo el esfuerzo por tenerla entre sus brazos se fue por la cañería producto de aquellos gritos.
—¡Ahí viene el cirujano, señor director! —dijo una enfermera.
El médico cirujano venía en una amena charla con su equipo de trabajo y cada uno con un vaso de café en la mano.
La mamá corrió hacia él, haciendo que se derramara el café, que le dejó una mancha grande en su bata.
—¿Señora qué ha hecho? —grito el director.
—¡Si señora! Ha manchado mi bata, —dijo el médico.
En ese instante, el muchacho deja escapar otro grito que movió las paredes y terminó derramando todas las tasas de café. El médico decidió cambiar de opinión.
—¡Esta bien! Lo llevaré al quirófano, —dijo el médico.
—¡Enfermeras prepárenlo!
—¿Lo va a operar, doctor? —preguntó el director.
—¡Si! Es mejor hacerlo antes de que se empiecen a romper los vidrios de las ventanas. ¡Vamos! subamos a ese horno y que dios se apiade de nuestras almas.
—¡Doctor! ¡Doctor! ¿Me va salvar la vida? —dijo el muchacho.
—Usted, es una emergencia y hay que operarlo, nosotros vamos a estar como en una reunión de zamuros esperando la carroña... haremos todo lo posible para que ya no tenga más dolor.
El médico sonrió con sarcasmo.
El muchacho se retorció de nuevo y dejo escapar un grito que barrió el polvo de los pasillos. La mamá del muchacho tuvo que ser sedada.
El médico cirujano solo sonrió. Cuando la anestesia empezó a hacer su efecto, el muchacho veía como los zamuros se relamían esperando que estirara la pata.

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This story was written for @freewritehouse's "tell me a story" initiative last week, which I couldn't publish in time, here it is for you to enjoy.

An emergency case

Three days had already passed and he was still there waiting, his mother fidgeting nervously, swearing like anyone would take her for a waitress in a bar.
When the pain came, the boy would writhe like the best contortionist and the scream would make its way through the corridors of the hospital and his mother would cry out of helplessness.
The doctor on duty told her that the operating theatre was not air-conditioned and the surgeon and his surgical team could not operate in those conditions.
When the hospital director arrived, the boy's mother, who was already a man, tackled him violently and they almost went to the floor.
—Calm down, ma'am!
—That's not your son! He's mine! The blood hurts! There can't be so much ineptitude!
The nurses injected him again and he calmed down a bit.
—Have they told him the inconvenience? It's not advisable to have surgery in these conditions.
—What I want is to be saved! My son is dying...
—I'll call the doctor and we'll talk...
—But I spoke from here, you don't have to go to your office...
—It's all right, ma'am.
The director adjusted his dressing gown and took his mobile phone and dialed a number.
The mother went to attend to her son, not taking her eyes off the director. She knew those painkillers were not strong enough to relieve the pain.
The director approached.
—They're on their way, I just ask for a little patience, we'll see how we solve it.
The director moved nervously, those screams had upset him and he couldn't continue with the meeting he had with the paediatric nurse, he regretted that all the effort to hold her in his arms had gone down the drain because of those screams.
—Here comes the surgeon, Mr. Director! —said a nurse.
The surgeon was chatting with his staff, each with a glass of coffee in his hand.
The mother ran towards him, causing him to spill the coffee, which left a large stain on his gown.
—Madam, what have you done? —shouted the headmaster.
—Yes, ma'am! You have stained my dressing gown, — said the doctor.
At that moment, the boy let out another scream that moved the walls and ended up spilling all the cups of coffee. The doctor decided to change his mind.
—All right! I'll take him to the operating theatre, — said the doctor. —Nurses, get him ready!
—Are you going to operate on him, doctor? —asked the director.
—Yes! We'd better do it before the windowpanes start breaking. Come on! Let's go up to that furnace and may God have mercy on our souls.
—Doctor! Doctor! Are you going to save my life? —said the boy.
—You, it's an emergency and you have to be operated on, we're going to be like a meeting of vultures waiting for the carrion... we'll do everything we can so that you won't be in any more pain.
The doctor smiled sarcastically.
The boy writhed again and let out a scream that swept the dust from the corridors. The boy's mother had to be sedated.
The surgeon just smiled. As the anaesthesia began to take effect, the boy watched as the vultures licked their lips waiting for him to kick the bucket.

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Zopilote o zamuro
Bandada de Zamuros

Sort:  

¡Ficción, tal vez!
La realidad es que quienes trabajan en la presencia o cercanía de muerte, se hacen un tanto insensibles, no por maldad, simplemente el roce cotidiano le quita misterio y se le pierde respeto. Solo a los ojos de los afectados en carne propia se siente en profundidad y naturalmente al espectador ocasional nos parecen rapaces aves alimentándose de entrañas y dolores ajenos, cuando solo hacen su trabajo.

Espero haberlo interpretado correctamente estimado amigo @silher.

Disculpa la tardanza en contestar, pero tú interpretación es totalmente aceptable, aunque también es cierto que la existencia de mafias de la salud perturba el trabajo honesto y crea falsas opiniones, pero, de eso hay mucha tela para cortar. Saludos y gracias por comentar.

Nada que disculpar, es un placer leer sus escritos y opiniones.
Dejemos todo en el terreno de la ficción, y en arras de la paz, no cortemos más de esta tela.
Salud y un feliz día @silher