Para ser Profesor hoy ademas se requieren habilidades en el manejo de la neurociencia y de la conducta humana. Foto propia
Professor of what?
It is enough to take a brief stroll through any of the social networks to find an infinite number of advertisements where people sell various courses, offer wonderful techniques for a certain profession, and not to mention the countless gurus, experts and experts in the management of people's emotions. In most cases it is not clearly defined what is the content of these trainings nor the curriculum of the person who will teach it, which has always led me to ask myself the question “Professor of what?
In the world, and especially in Latin America, the teaching profession is one of the worst paid and valued in society. In the specific case of Venezuela, there has been a substantial decrease in the last 15 years in the number of teachers and a much more significant decrease in the number of students enrolled in this noble profession. This situation is exacerbated by the presence of thousands of people who, without the respective training or pedagogical studies, much less andrology, swarm in the networks offering courses and offering classes in whatever they can think of. A good friend of mine would say that it is the market that offers a service, there is always someone who buys it, but the question becomes, who are they, teacher of what?
To be considered a professor or teacher, in addition to the necessary studies of pedagogical knowledge and techniques to achieve an efficient teaching and learning process, today also requires skills in the management of neuroscience and human behavior, especially if the learning subjects are adults who are intended to be reeducated or retrained in new professional skills.
Although I am not in favor of state regulations I do think that the public should have a higher level of awareness and education when selecting or contracting these training offers by evaluating that the teacher or facilitator has the credentials promoted in the publications, in addition to a real and proven professional experience in the field he/she intends to become an educator.
In my case, after many years giving and transmitting knowledge, in recent times I have chosen to define myself as a facilitator instead of a teacher; because it is always necessary to give the explanation about what is a teacher, about what is taught because many people present themselves as a teacher.
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Lo mejor de ser profesor es el cariño de los alumnos. Foto propia
Basta con darse un breve paseo por cualquiera de las redes sociales para encontrarse con una infinidad de anuncios publicitarios donde personas venden diversos cursos, ofrecen maravillosas técnicas para determinado oficio, y ni hablar de los innumerables gurúes expertos y sabiondos en el manejo de las emociones de las personas. En la mayoría de los casos no queda definido claramente cuál es el contenido de estas formaciones ni el currículo de quien lo impartirá, lo cual siempre me ha llevado a hacerme la pregunta ¿Profesor de qué?.
En el mundo y en especial en Latinoamérica la profesión de profesor es una de las peores remuneradas y valoradas en la sociedad. En el caso concreto de Venezuela hay una disminución sustancial en los últimos 15 años de profesores y mucho más significativa la merma en la cantidad de estudiantes que se inscriben para cursar esta noble profesión. Está situación se agudiza con la presencia entonces de miles de personas que sin la formación respectiva ni los estudios de pedagogía y mucho menos de andrología pululan en las redes ofertando cursos y ofreciendo clases de cuánta cosa se les ocurren. Diría un buen amigo ese es el mercado el que oferta un servicio siempre hay quien lo compre pues puede ser posible pero vuelve la pregunta son ellos profesor de qué.
Para ser considerado profesor o maestro además de los estudios necesarios del conocimiento de la pedagogía y de las técnicas para lograr un eficiente proceso de enseñanza aprendizaje, hoy en día se requiere también habilidades en el manejo de la neurociencia y de la conducta humana más aún si el sujeto de aprendizaje son adultos a los cuales se le pretenden reeducar o reentrenar en nuevas habilidades profesionales. Aunque no soy partidario de las regulaciones estatales sí pienso que el público debería tener un mayor nivel de conciencia y de educación al momento de seleccionar o de contratar estas ofertas de formación evaluando que el profesor o facilitador tenga las credenciales que promociona en las publicaciones, además de una verdadera y comprobada experiencia profesional en el campo que pretende convertirse educador.
En mi caso, luego de muchos años dando y transmitiendo conocimiento, en los últimos tiempos he optado por definirme como facilitador en vez de profesor; porque siempre hay que dar la explicación sobre de qué se es profesor, sobre qué se enseña debido a que muchas personas se presentan como profesor.