La Casa Encantada.
Había una casa en las afueras del pueblo que se decía estaba embrujada. La gente del lugar susurraba que los espíritus de los antiguos propietarios aún vagaban por sus habitaciones, y que había algo siniestro que acechaba en la oscuridad de la noche. Nadie se atrevía a acercarse a la casa después del anochecer, y aquellos que lo hacían a la luz del día, decían sentir una extraña sensación de inquietud.
Un día, una joven llamada Emily se mudó al pueblo y escuchó los rumores sobre la casa encantada. Siempre le había gustado el misterio, así que decidió investigar. Después de preguntar a los vecinos, descubrió que la casa había sido abandonada por más de 50 años después de que la familia que la habitaba muriera en un trágico accidente. Nadie había vuelto a vivir allí desde entonces.
Emily decidió que quería ver la casa por sí misma, así que se aventuró hacia la casa al caer la tarde. A medida que se acercaba a la entrada, su corazón latía más rápido y su respiración se hacía más agitada. La casa parecía aún más espeluznante de lo que había imaginado, con ventanas rotas y puertas destartaladas.
Con valentía, Emily entró en la casa y comenzó a explorar. A medida que avanzaba por las habitaciones, escuchaba sonidos extraños que provenían de las sombras. A veces eran risas, a veces gemidos, y a veces susurros. Emily estaba convencida de que no estaba sola en la casa.
Finalmente, llegó al sótano. A medida que bajaba por las escaleras, se dio cuenta de que había una puerta cerrada que no había visto antes. Con curiosidad, la abrió y encontró una habitación secreta. Al principio, no parecía haber nada allí, pero entonces vio una caja de madera en una esquina. Al acercarse, sintió una ráfaga de viento frío que la dejó helada.
Cuando abrió la caja, descubrió una nota escrita a mano en un papel amarillento. Decía: "Si estás leyendo esto, es porque ya es demasiado tarde. Los espíritus de esta casa te han atrapado, y ahora te perseguirán hasta que mueras. Lo siento mucho, pero no hay escape".
De repente, Emily sintió una presencia fría detrás de ella. Se dio la vuelta para enfrentarse a la figura fantasmal que estaba detrás de ella, pero no había nada allí. Emily se apresuró a salir de la casa, corriendo tan rápido como pudo. Pero sabía que nunca se sentiría a salvo de nuevo, sabía que los espíritus de la casa siempre la perseguirían.
Desde entonces, nadie más se aventuró en la casa embrujada. Las historias sobre los espíritus que vagaban por sus pasillos se convirtieron en leyendas que se contaban alrededor de las hogueras en la noche. Y Emily nunca volvió a ser la misma después de su encuentro con los fantasmas de la casa encantada.
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The haunted house.
There was a house on the outskirts of town that was said to be haunted. The locals whispered that the spirits of the former owners still haunted their rooms, and that there was something sinister lurking in the dark of night. No one dared to approach the house after dark, and those who did so in daylight reported feeling a strange sensation of restlessness.
One day, a young woman named Emily moved into town and heard rumors about the haunted house. She had always liked the mystery, so she decided to investigate. After asking the neighbors, she discovered that the house had been abandoned for more than 50 years after the family that lived there died in a tragic accident. No one had lived there since.
Emily decided that she wanted to see the house for herself, so she ventured into the house in the late afternoon. As she got closer to the doorway, her heart beat faster and her breathing became more agitated. The house looked even creepier than she had imagined, with broken windows and battered doors.
Bravely, Emily entered the house and began to explore. As she progressed through the rooms, she heard strange sounds coming from the shadows. Sometimes it was laughter, sometimes moans, and sometimes whispers. Emily was convinced that she was not alone in the house.
Finally, she made it to the basement. As she made her way down the stairs, she noticed a locked door that she hadn't seen before. Curious, she opened it and found a secret room. At first, there didn't seem to be anything there, but then she saw a wooden box in the corner. As she got closer, she felt a gust of cold wind that chilled her.
When she opened the box, she discovered a handwritten note on yellowed paper. She said, "If you're reading this, it's because it's already too late. The spirits of this house have trapped you, and now they will haunt you until you die. I'm so sorry, but there's no escape."
Suddenly Emily felt a cold presence behind her. She turned to face the ghostly figure behind her, but there was nothing there. Emily hurried out of the house, running as fast as she could. But she knew that she would never feel safe again, she knew that the spirits of the house would always haunt her.
Since then, no one else has ventured into the haunted house. Stories about the spirits that roamed its halls became legends told around campfires at night. And Emily was never the same after her encounter with the ghosts of the haunted house.