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The day has come

It was a sunny day on the Venezuelan coast, and José Gregorio, a man in his 50s who has worn them very well, was walking along the entrance of the UDO surrounded by mango trees. He was wearing his dark suit and a hat with a golden band, which gave him a touch of elegance. In his right hand, he held a graduation gown with blue and white details, a symbol of an achievement he had been waiting for all his life.

Jose walked upright because he never lost hope of graduating someday, and that day had come, Jose had grown up in a city near the sea, where opportunities were scarce and dreams often remained just that, but there was the eastern university of Anzoategui nucleus where more than ten university careers could study, and he always had a steely determination and a passion for learning.

Despite the difficulties, because he always had to work to be able to support himself and his family, he never stopped studying and working hard to achieve his goals, today that day has come, today he will wear his toga and receive his university degree for what he had always fought for.

With a smile on his face, José Gregorio put on his toga and climbed the stairs of the library and received his degree from the rector of the Universidad de Oriente, life had taught him that with perseverance and faith, any dream could come true.

El día ha llegado

Era un día soleado en la costa venezolana, y José Gregorio, un hombre de 50 años que los ha llevado muy bien, caminaba por la entrada de la UDO rodeado de árboles de mangos. Llevaba puesto su traje oscuro y un sombrero con una banda dorada, que le daba un toque de elegancia. En su mano derecha sostenía una toga de graduación con detalles en azul y blanco, símbolo de un logro que había esperado toda su vida.

José caminaba erguido porque él nunca perdió la esperanza de poder graduarse algún día y ese día había llegado, José había crecido en una ciudad cerca del mar, donde las oportunidades eran escasas y los sueños a menudo se quedaban en eso, pero allí estaba la universidad de oriente del núcleo de Anzoátegui donde más de diez carreras universitarias podía estudiar y él siempre tuvo una determinación férrea y una pasión por aprender.

A pesar de las dificultades, porque siempre tenía que trabajar para poder mantenerse y mantener a su familia, nunca dejó de estudiar y trabajar duro para alcanzar sus metas, hoy ese día ha llegado hoy lucirá su toga y recibirá su título universitario por lo que siempre había luchado.

Con una sonrisa en el rostro, José Gregorio se puso la toga y subió las escaleras de la biblioteca y recibió su título por parte de la rectora de la universidad de oriente, la vida le había enseñado que con perseverancia y fe, cualquier sueño podía hacerse realidad.

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