Cuando volví a casa apresuradamente y le dije a mi mamá que la calle estaba llena de gente plástica, me tachó de superficial y me reprendió por juzgar a las personas sin siquiera darme opción de replicar. "Yo no te eduqué así", fue lo último que dijo antes de volver a la cocina. Y aunque me molestó el mal entendido y su actitud, preferí dejarlo así y no asustarla.
Eché llave a la puerta y la escondí, por si a mamá se le ocurría salir de casa. Tenía que averiguar cuánto antes que estaba pasando.
El día había empezado normalmente, pero cuando salí para correr (como todas las mañanas), sentí un aura extraña, pues no había nadie en las calles que a esa hora solían tener mucho movimiento. Apenas doblé en la esquina me paré en seco, pues la calle estaba llena de personas que permanecían quietas, cuál estatuas, mirando un punto lejano frente a mí, por lo que todos me daban la espalda.
Me acerqué con precaución porque había una vibra extraña, todos parecían estar demasiado quietos. Repentinamente y en perfectas sincronía se giraron en mi dirección, revelando que todos eran maniquíes articulados y antes de que pudiera reaccionar empezaron a moverse como un ejército marchando en mi dirección. No lo pensé dos veces y eché a correr de vuelta a casa sin mirar atras.
En la seguridad de mi habitación, empecé a buscar respuestas, pero me di cuenta de que no teníamos internet, ni señal televisiva. La situación era mucho más grave de lo que pensaba así que tenía que informar a mamá.
La cocina estaba silenciosa y eso me dió mala espina, cuando entré mamá estaba mirando a través de la ventana al ejército de maniquíes reunidos a fuera de la casa. Cuando le hablé se giró con un movimiento rígido y pesado, pero no era ella. Su piel se había endurecido y se había vuelto brillante, era una muñeca más como las cuentas que se habían reunido fuera de casa.
Paralizada repentinamente (sin saber si era por miedo por alguna clase de hechizo), miré del rostro plástico de mi madre hasta la ventana que mostraba multitud afuera, y fue entonces que me percaté que algunas de esas apariciones tenían rostros familiares, los rostros de los vecinos que conocia de toda la vida.
English version by Google translator
When I rushed home and told my mom that the street was full of plastic people, she called me superficial and scolded me for judging people without even giving me a chance to reply. "I didn't raise you like that," was the last thing she said before going back to the kitchen. And although I was annoyed by the misunderstanding and her attitude, I preferred to leave it like that and not scare her.
I locked the door and hid it, in case Mom decided to leave the house. I had to find out as soon as possible what was going on.
The day had started normally, but when I went out for a run (like every morning), I felt a strange aura, because there was no one on the streets that at that time were usually very busy. As soon as I turned the corner I stopped dead, because the street was full of people who remained still, like statues, looking at a distant point in front of me, so everyone had their backs to me.
I approached with caution because there was a strange vibe, everyone seemed to be too still. Suddenly and in perfect synchrony they turned in my direction, revealing that they were all articulated mannequins and before I could react they started moving like an army marching in my direction. I didn't think twice and ran back home without looking back.
In the safety of my room, I started looking for answers, but I realized that we had no internet, nor television signal. The situation was much more serious than I thought so I had to inform mom.
The kitchen was silent and that gave me a bad feeling, when I entered mom was looking through the window at the army of mannequins gathered outside the house. When I spoke to her she turned with a stiff and heavy movement, but it wasn't her. Her skin had hardened and turned shiny, she was just another doll like the beads that had gathered outside the house.
Suddenly paralyzed (not knowing if it was from fear or some kind of spell), I looked from my mother's plastic face to the window that showed a crowd outside, and it was then that I realized that some of those apparitions had familiar faces, the faces of neighbors I had known all my life.
Imágenes de mi autoría tomadas con teléfono Motorola Edge 30 Neo
Images of my authorship taken with Motorola Edge 30 Neo phone
Thank you for using ECENCY
Una pesadilla 🙈