Bienvenido a mi mente distinta,
un rincón donde crecimos despacio,
donde sueños y tiempo se quiebran
y se alejan al fin en retazos.

Supongo que ya no nos conocemos,
somos sombras de lo que fuimos,
huyendo de historias antiguas,
caminando por caminos perdidos.

Huir de mi pasado es un juego sin fin,
una trampa que nunca da gloria;
yo ya he recorrido este mismo sendero,
y conozco de memoria su historia.

Es hora de enfrentar mis miedos,
de mirar al vacío sin más,
de romper con aquello que aterra
y dejar de volverme hacia atrás.

Mi tiempo ha llegado al ocaso,
continuaré aunque el eco se pierda;
si debo caer en el olvido,
seré quien enfrente esta guerra.

Estoy aferrándome al pasado,
sin rendirme, sin dejarlo ir,
sólo soy un destello en la nada,
una sombra que no quiere huir.

Cuando las estrellas decidan unirse,
cuando el destino me muestre el final,
tomaré el último rayo de luz
y aceptaré que fui un sueño fugaz.

Sé que he cruzado la línea,
que el tiempo se agota y se va,
el peso del pasado me guía
hacia un fin que no puedo cambiar.

Porque este pasado me arrastra,
como un viento que vuelve al error,
mas no permitiré que defina
el destino que ansía mi voz.

Soy un reflejo en la vastedad,
una ilusión que no deja huellas,
un fantasma en un campo de estrellas,
un eco de lo que no pudo ser.

Bienvenido a mi mente distinta,
un lugar donde el tiempo se esconde,
donde fuimos fugaces y lentos,
donde el fin a su paso responde.

Esta historia ha llegado al ocaso,
sus páginas se cierran sin más;
he dado lo poco que queda en mí,
y esta vez, el espejismo se va.

Sólo queda el silencio que sigue,
como un hilo que corta el pesar;
mi camino termina en la sombra,
mi espejismo ha llegado al final.

¿Alguna vez has sentido que tu pasado es un espejismo que te impide avanzar? ¿Te has enfrentado a esa línea entre lo que fuiste y lo que podrías llegar a ser? Comparte tus experiencias o cualquier poema, pensamiento o historia que te inspire este tema.