A Wednesday walk along the Quixote

La gente cataloga los miércoles como un día atravesado en la semana y para mí este fue un día muy bonito, desde que desperté bien temprano en la mañana.

Dormí la noche anterior con mi madre, luego de haber celebrado su cumpleaños 93, me siento una mujer privilegiada porque a mi edad aún la tengo a mi lado, tan fuerte y decidida. Tuve oportunidad de elegir si quedarme en su casa o irme con una de mis hermanas y opté por quedarme con ella. Me acosté temprano, estaba muy cansada, ella ve hasta tarde la TV, pues es fanática de las novelas turcas.

Se levantó temprano y me preparó el desayuno, café primero, sabe que me gusta saborear el café y luego lo demás, un pedazo de pizza que quedo del cumpleaños y un jugo de manzana, se sentó a mi lado a conversar tomándose una jarra de leche.

Hablamos mucho de lo bien que la habíamos pasado en su cumpleaños. Me reí recordando el deseo que pidió cuando apagó sus velitas en el cake.

Pidió llegar a cumplir 95 y a decir verdad creo que serán muchos más porque pertenece a una familia longeva, sus tíos y tías han sobrepasado los cien y su hermana, la única que hoy le queda ya tiene 95 años. Ambas gozan de muy buena salud.

Llegó la hora de despedirme, vivo en otro municipio de la provincia de Artemisa y debía buscar un transporte que en esta situación de crisis se nos hace difícil. Un beso a mi madre de despedida y ella, como siempre, se despide diciéndome, hija, me llamas cuando llegues, cosa que siempre hago para que esté tranquila.

Aproveché que era temprano y que la mañana estaba muy fresca y el sol comenzaba a dar sus primeros rayos para caminar por la Avenida 28 de Enero, llamada así en honor al natalicio de nuestro Héroe Nacional José Martí.

Esta avenida la recorría yo todos los días para ir al pre-Universitario. No me equivoqué, sería un paseo agradable y me esperaba algo que quería hacer hace tiempo. Tomar algunas fotos a una Obra de Arte Público o Arte Callejero que inicia la avenida: la escultura de Don Quijote de la Mancha y su escudero Sancho Panza. Ya no me importaba demorarme, a medida que me acercaba disfrutaba de los árboles que por el sol se reflejaban a mi paso en la acera.

A medida que me acercaba, la escultura se veía imponente ante mis ojos, es que la hidalguía del personaje impresiona. Qué bonito lugar fue escogido para colocarla, rodeada de árboles y mirando hacia el cielo azul y el sol. Tal parece que el quijote cabalga, en sentido figurado, junto a ese pueblo que temprano en la mañana camina hacia su trabajo.

Recordé cuando de joven leí la obra escrita por Miguel de Cervantes y Saavedra y cuanto de actualidad hoy tiene. Hay mucha enseñanza en ese libro.

A Alonso Quijano, por lo que decía, lo tildaban de loco, pero además de ser valiente, hablaba de cualidades como el honor, la justicia, la nobleza y el amor que tenía que tener la gente. De cómo vivir la vida de forma auténtica y apasionada, a pesar de lo que piensen los demás. Y sobre todo tener confianza en uno mismo, ser fiel a nuestras ideas e ir en pos de nuestros sueños.

Sentí la mirada de la gente y quizás hasta escuché lo que pensaban... "esta señora a esta hora haciendo fotos a Don Quijote, ¡estará loca!"... y quizás me parecía a él, pues había disfrutado de un bonito paseo de miércoles y estaba muy satisfecha.