Bull Market & Brunch: Un Café con un Toque de Locura - Barquisimeto

¿Qué tan loco estoy? Lee a continuación: aquí se habla de café con devoción. Dejaré las bromas para después. Desde hace tiempo quería ir a Bull & Market Brunch; logré visitar, por fin, este local con un concepto muy abierto.

Cuando me refiero a que es un concepto abierto, es porque aquí puedes encontrar de todo. Bull Market & Brunch se encuentra ubicado en el centro comercial Las Trinitarias en la ciudad de Barquisimeto. Se me ocurrió ir a este lugar, primero, porque quería tomarme un buen café; segundo porque tenía que desayunar y tercero porque estaba cerca de la tienda Damasco (iba a comprar un electrodoméstico allí).

Fui temprano, alrededor de las 10:00 a.m., hora de Venezuela. Un aspecto peculiar: la mayoría de las tiendas del Mall Trinitarias estaban cerradas. Solo las cafeterías, la panadería y las tiendas de comida estaban abiertas. Para llegar a Bull & Market Brunch, mi hermano y yo tuvimos que estacionar la motocicleta en un sitio retirado, así que prácticamente rodeamos el centro comercial. No teníamos problema porque íbamos a comer y hacer tiempo.

Al llegar, la fachada de Bull Market & Brunch no me sorprendió. El estilo es tosco, es directo, muy asociado a la comida rápida y al estilo de un supermercado. No puedo negar que su imagotipo genera la pauta del estilo, pero sentía que no concordaba con todo lo que vendían. Bueno, cada quien elige la identidad de su marca.

Mencioné que uno de mis objetivos era desayunar y tomar café en Bull Market & Brunch. Esto era debido a que ellos han ganado algunos premios sobre postres y cafés en la ciudad de Barquisimeto.

Al entrar, me encontré con una vidriera que me encantó. Estaba llena de todo tipo de panes y en la parte superior, tenía los reconocimientos que habían obtenido, como también unas cafeteras muy estéticas. Todo allí era muy lindo. Por cierto, visité este lugar en la temporada navideña.

El establecimiento posee un segundo piso donde se puede comer tranquilamente. Decidimos subir y sentarnos allí porque era más cómodo. Desde ese punto, se podía ver todo lo que hay en el interior. Irónicamente, volví a confirmar que venden de todo aquí.

Una vez estaba en el segundo piso, comencé a mirar y fotografiar algunas cosas interesantes. Tenían una mesa donde estaban los Menú Bull y otras cosas como los frascos con el azúcar que colocan en cada mesa.

Había una pared de fondo que tenía imágenes de historietas. Cada uno de los cuadros que tenía estos diseños me gustó. Era un elemento envolvente.

Igualmente, también poseían una pared con una frase en inglés llamativa: “The City of Dreams NYC”. Algo que puedo destacar es que, a pesar de tantos elementos diferentes, todos están conectados de un modo u otro. Es un aspecto que puedo resaltar sólidamente.

Las sillas pueden parecer toscas, pero se mezclan entre el estilo moderno y el concepto Bull. En donde nos sentamos no había nadie; el local estaba vacío. Las mesas tenían un centro de mesa navideño, lo cual era algo estético.

Dejaré una fotografía de la vista del lugar donde nos sentamos. En la foto se ve que llevaba el casco de la motocicleta. No se puede dejar en el estacionamiento.

La mesera se acercó y nos entregó el menú. No tomé fotografías de él. Simplemente, le dije a mi hermano que no quería comer nada de lo que ellos vendían. En realidad, ese día quería comer un pastel de hojaldre. Pregunté a la mesera si vendían tequeños venezolanos, y me dijo que no.

Simplemente, optamos por pedir dos cafés grandes y desayunar en otro lugar lo que queríamos comer. Mi hermano ordenó un capuchino y yo un latte. Según la mesera, estos estarían listos rápidamente, pero tardaron casi 10 minutos. Mientras nos traían nuestros cafés, conversábamos. El día anterior no pudimos comprar el electrodoméstico y nos mojamos debido a la lluvia.

La mesera colocó nuestros cafés en la mesa. El tamaño de la taza era grande, usualmente del tamaño que bebo. No tenía diseño; creo que se diluyó debido al movimiento. La razón fue que la mesera tuvo que subir las escaleras, ese movimiento provocó que se perdiera el diseño del barista en el café.

Me gustó mucho el frasco donde estaba el azúcar. Lo abrí, aunque siempre me tomo mi latte sin azúcar. Son temas de gusto. La taza de café también tenía el imagotipo de la marca. Ese detalle estaba considerado allí también. Lo valoro.

El sabor del café era rico. Tengo entendido que Bull & Market Brunch trabaja con la marca de café San Salvador. Este es un café que venden en Venezuela y es muy rico. Además, traía un dulce de merengue (en Venezuela lo llamamos “suspiro”).

Pasé una mañana agradable en Bull & Market Brunch. Aunque no pude desayunar allí, disfruté el café y la experiencia reconfortante. Me gustó la atención, debo agregar que el precio de los cafés no fue nada caro; pagamos menos de 7 dólares por los dos. Espero que ames sitios como este y disfrutes un buen café el día de hoy

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