Felicidades mi niña bella, Dios te bendiga inmensamente y grandemente.
Hay veces en el camino nosotros como padres, decidimos por nuestros hijos, cosa, que pudiera resultar un error garrafal, pero convencida de que hacemos lo mejor para ustedes.
Ahora te dejo libre para que vueles con tus propias alas y decidas tu propio destino, para que sigas luchando por lo que quiere y vayas siempre de la mano de Dios y por el camnio del bien.
Te amo hijita de mi vida.