Perspectivas de mi ciudad

in GEMS5 years ago

Matices de mi Plaza Bolívar

Lo bueno de andar con más personas es que si uno se cae, el otro le levanta, dice el autor del libro de Eclesiastés. Lo cual es muy cierto. Andar sólo te permite reflexionar, conocer el entorno, pero sobre todo, conocerte a ti mismo. Puedes darte cuenta de quién eres. Eso es la base fundamental para tener una vida emocionalmente saludable. Pero andar en compañía de otros te brinda una nueva perspectiva de lo que ya conoces.

Ayer pude disfrutar de esta experiencia. Visité uno de los lugares que más gustan de mi ciudad: La Plaza Bolívar de Maracay. Este es mi lugar citadino favorito. Mucho más después de la restauración que le hicieron, porque la convirtieron en una zona segura para el sano esparcimiento familiar. Instalaron allí un grupo de personas llamados Guardia Patrimonial, quienes se encargan de velar por el apropiado mantenimiento físico y de las buenas costumbres dentro de la misma.

Estuvimos visitándola, aprovechando un pequeño tiempo de libertad en medio del distanciamiento social, mis amigos @manuelramos, @hencovis2 y su sobrino Josep. Cada uno, aunque disfrutamos el mismo espacio, la misma compañía, en el mismo momento, fotografiamos distintas realidades elaboramos distintos escritos. Vivimos la experiencia de distintos maneras.

Esto se debe a que todo lo que nosotros percibimos de nuestro entorno. Lo que valoramos o no. Lo que nos gusta o disgusta. No depende de la cosa en sí. Sino de la experiencia previa que tenemos acerca de ellas. De nuestros conceptos propios o paradigmas.

A mí, en primera instancia, me llamó mucho la atención el contraste que presenta esta Plaza con su entorno. Esta plaza Bolívar mide alrededor 320 metros de largo por 106 de ancho, por lo que según algunos comentan, es la más grande de Latinoamérica. Dentro de ella hay una gran variedad de árboles, bien cuidados, que constituyen el refugio de un sin número de pajaritos, ardillas e iguanas.

A su alrededor no tiene edificios de gran altura, por lo que el viento circula a través de ella con total libertad, al igual que los animalitos antes mencionados. En contraposición a ello, encontramos el inicio de la ciudad, con sus edificios altos, sus carros, motos y demás medios de transporte, ruidosos y contaminantes. Asfalto y más asfalto. Abundancia de vida humana con sus respectivas máquinas, pero nada de vida natural.

Dos perspectivas de mi ciudad conviviendo una al lado de la otra, sutilmente separadas por un lindero de postes amarillo, un grupo de Guardia Patrimonial y el afecto que todo maracayero posee por este hermoso lugar.

Tres elementos quiero compartirles que fueron muy gratos para mí.

El primero es:
Las banderas que se encuentran ubicadas diagonalmente a la estatua ecuestre de nuestro Libertador Simón Bolívar
. En esta ocasión sólo estaban enarboladas tres de ellas: de izquierda a derecha: La bandera del Estado Aragua, la bandera del Municipio Girardot y una tercera bandera que no recuerdo en este momento (cuando vuelva a ir, indagaré con la guardia patrimonial nuevamente).

La bandera ausente, posiblemente porque llegamos cuando ya la plaza estaba cerrada (sí mis estimados, esta plaza tiene hora de cierre, normalmente las 10 pm y en flexibilización de cuarentena hasta las 2:00 pm), la bandera de República Bolivariana de Venezuela.

El segundo:
Las glorietas, ubicadas una frente a la otra, justo en el centro de la plaza
. Esas dos 'casitas' de estilo griego, realmente son dos resonadores. Son como dos grandes cornetas, que en la época cuando fue inaugurada la plaza servían para que se presentaran dentro de ella grupos musicales. Específicamente las conocidas como retretas.

Los músicos tocaban dentro de ellas y por la disposición de las glorietas, el sonido era re-potenciado y emitido a grandes distancias, así se le proporcionaba un agradable ambiente musical a todos los visitantes.

Finalmente, el tercero:
La estatua escuestre del Padre de la Patria: nuestro Libertador Simón Bolívar.
. Esta foto la tomé desde un ángulo desde el cual pudieran apreciar al fondo uno de los edificios modernos más emblemáticos de la ciudad: El Obelisco de La Torre Sindoni.

Pasado, presente y futuro en una sola imágen. Él luchó en el pasado (Bolívar en su brioso corcel), para permitirnos este presente (la moderna torre) e impulsar nuestro futuro (cada uno de los ciudadanos que hacemos vida en esta ciudad)

Nos corrió la lluvia, nos corrió la Guardia Patrimonial. Pero nuestras vivencias perduran impresas indeleblemente en nuestras mentes. Capturadas visiblemente en las fotos que tomamos y los blogs que elaboramos.

Así terminó nuestra tarde, una misma ciudad, un mismo evento, un mismo deseo, una misma comunidad...

Pero con diferentes perspectivas

Recuerda:

Todo depende del cristal con que lo mires...

Nos leemos en la próxima…

-@leomarisperezm-

Todas las fotos las tomamos con nuestros teléfonos celulares. @leomarisperezm, @manuelramos, @hencovis2