La verdad que la educación a mi perecear ha sufrido bastante, de repente sea por la juventud tan cambiante que tenemos hasta ahora, de pronto puede ser que la edad me deja ver las cosas de otra manera, quizás sea yo la equivocada y vieja necia, pero algo está pasando con nuestros niños, algo pasa con la educación que se esta brindando, según yo falta más carácter y menos condiciones para que un pequeño haga algo que es su deber, ésa negociación entre padres e hijos pareciera una cosa viral en la actualidad, trataré de explicar mi punto de vista que sea plasmado para reflexionar un poco o para yo entender que la evolución de los días ha traído grandes cambios que son totalmente normales en estos días.
Anteriormente desde niños teníamos deberes por hacer, realizar la tarea de la escuela era un estilo de vida, que no merecía tan siquiera dudar para hacerlas, era algo propio que uno mismo hacía, incluso formaba parte de una ideología de vida, estudiar era un deber por hacer.
Ahora escucho, más no opino como madres le dicen "si haces la tarea te doy un premio" esa equivocada negociación que me parece fuera de lugar por que condicionan el comportamiento del niño.
Los regalos innecesarios.
Para ganarse un premio había que esperar el esperado Niño Jesús, o esperar cumplir año para recibir un pequeño obsequio, nada deslumbrante ni exagerado, un detalle como muestra de afecto a tan motivo importante, el de vivir un año más de vida, acompañado de una celebración tal fuera el caso.
Ahora también observo aquellos frecuentes regalos hacia los niños sobre cargados que siento que los lleva a mirar cada regalo como algo cotidiano, sin necesidad, un día normal puede ser perfecto para obsequiar un gran regalo a un niño que quizá no se lo haya ganado. Eso conlleva a que pierdan amor a los juguetes y lo vean como algo pasajero.
Recuerdo que recibí regalos una sola vez al año, regalo que cuidaba tanto como un tesoro, y no porque no tenían para compararme otro, era por que no era necesario tantos regalos que les perdería el amor, cada uno se conservaba con mucho cuidado. Mientras tanto era cotidiano en nuestros deberes, estudiar, ser respetuosos y andar si berrinches por que el lugar de condicionar un comportamiento nos amenazaban con castigos.
La verdad es que soy participe que cada quien quiere dar lo mejor a sus hijos, pero ese apego hacer ese tipo de afecto con regalos extraordinarios deberíamos cambiar un poco y esas energías cambiarlas a educación que sea más productiva para sus viadas, que aprendan a valorar los detalles, que ansíen la esperada de su cumpleaños para recibir un obsequio o que la magia del regalo de navidad sea esperada con entusiasmo, de esos pequeños cambios formaremos excelentes personas.
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las fotografiaras son de mi propiedad.