Mi día uno con el Chikungunya [ESP-ENG]

in GEMS14 days ago



SjsKbQiCxMYZ6T1q_1000145400.jpg
sz54jH7n4IKlnoBU_1000145341.jpg
ybK0bJM7rS5wy86S_1000145342.jpg

Ayer comenzó algo que venía temiendo desde hacía semanas, pero que en el fondo sabía que, tarde o temprano, podía tocarme. En Cuba estamos viviendo una epidemia feroz: dengue, chikungunya, covid… todo circula al mismo tiempo y una nunca sabe cuándo le puede tocar la mala racha. Este lunes debía regresar al trabajo después de mis vacaciones, pero la vida —y un mosquito— tenían otros planes.

Estaba alistando mi ropa para ir al gimnasio cuando noté unas manchitas rojas en la cara. Al principio pensé que era cualquier cosa, pero enseguida llegó un dolor punzante en la rodilla, luego en el hombro, luego en los dedos… uno tras otro, como si mi cuerpo estuviera encendiendo alarmas por sectores. Lo supe en ese momento: me había infectado.

Y en cuestión de horas, la fiebre. Esa fiebre insolente que sube sin avisar, que te rompe el ritmo, que te recuerda que no tienes control de nada. Hoy ha sido, sin duda, el peor día. Fiebre alta casi imposible de bajar, mi mamá colocándome compresas de agua con vinagre, dándome baños tibios mientras yo solo quería meterme debajo de las sábanas y desaparecer del dolor.

Porque esta enfermedad no se parece a nada. Te hace sentir que cada articulación —hasta las más pequeñas, esas que ni sabes que existen— se encienden como brasas. No puedes caminar bien, no puedes moverte, no puedes estar quieta tampoco. Todo duele. Todo pesa.
Hoy perdí completamente el apetito. He tenido náuseas, deseos de vomitar, y una sensación de debilidad que me deja sin fuerzas hasta para hablar. Me duele, y no solo el cuerpo: también el corazón. No saber cuándo podré volver al gimnasio, cuándo recuperaré mi ritmo, cuándo estos dolores dejarán de perseguirme. Dicen que a algunos les duran meses… espero no ser una de esas historias largas.

Aun así, tengo fe en que me recuperaré pronto. Ojalá mi cuerpo me escuche.
Y ahora cierro este post, porque escribirlo ha sido una pequeña batalla: casi no puedo sostener el celular. Pero necesitaba dejar esto aquí, aunque fuera con las manos temblando. Hoy fue un día duro… ojalá mañana me dé un respiro.

English Version

Yesterday something began that I’d been fearing for weeks, but deep down I knew that sooner or later it could happen to me. In Cuba we’re going through a harsh epidemic: dengue, chikungunya, covid… everything circulating at the same time, and you never know when bad luck will knock on your door. This Monday I was supposed to return to work after my vacation, but life —and one mosquito— had other plans.

I was getting my clothes ready to go to the gym when I noticed some red spots on my face. At first, I thought it was nothing, but then came a sharp pain in my knee, then my shoulder, then my fingers… one after another, as if my body were turning on alarm signals in different sectors. I knew right then: I had been infected.

And within hours, the fever. That stubborn fever that rises without warning, that shatters your rhythm, that reminds you you’re not in control of anything. Today has definitely been the worst day. High fever that’s almost impossible to bring down, my mom placing vinegar-and-water compresses on me, giving me warm baths while all I wanted was to hide under the sheets and escape the pain.

Because this illness is unlike anything else. It makes you feel like every joint —even the smallest ones you didn’t know existed— is burning. You can’t walk properly, you can’t move, you can’t even stay still. Everything hurts. Everything feels heavy.

Today I completely lost my appetite. I’ve been nauseous, on the verge of vomiting, and overwhelmed by a weakness that leaves me with no strength even to talk. It hurts, and not just physically: it hurts emotionally too. Not knowing when I’ll be able to work out again, when I’ll regain my rhythm, when these pains will stop chasing me. Some people say it lasts for months… I hope I’m not one of those long stories.
Still, I have faith that I’ll recover soon. I hope my body listens to me.

And now I’ll end this post, because writing it has been a small battle: I can barely hold my phone. But I needed to leave this here, even with trembling hands. Today was a tough day… I hope tomorrow gives me a break.

Source

  • The cover was made on Canva.
  • All the photos are taken and edited by me on Snapseed.
  • English is not my native language, I apologize if you find any mistakes in the translation.
  • Translated with DeepL.com (free version)

      1000079645.png


      For the best experience view this post on Liketu

      Sort:  

      Cuanto lo siento amiga, pero está difícil escaparse de eso. Todos nos contagiaremos tarde o temprano. Ya aquí en Matanzas está aflojando o por lo menos da esa impresión porque hay menos casos. Mucha agua y reposo dicen, yo creo que sí. Que estés bien un abrazo sanador.

      Muchísimas gracias 😊, Matanzas empezó primero, Holguín está en pleno apogeo, y casi no queda nadie en pie en los hospitales para atender a los pacientes, porque esto es invalidante, gracias por los buenos deseos 🤗

      ¡WOW Chamita, te pegó duro! Espero que ya estés mejor.
      !ALIVE

      Hola 👋 🤗 si ya estoy mejor, gracias ☺️

      Me alegra mucho.
      Un pana de allá me dijo que había una especie de epidemia o algo parecido, pero no me especificó qué era. Asumo que era la cosa esa de los zancudos.
      Como verás, no soy nada técnico en eso y lo que quiero es sacarte una sonrisa. Aun en los momentos desagradables o de quebranto.
      No te conozco, pero te admiro y te quiero. Cuando todo se acomode, que sé que así pasará, iré a verte para que me lleves a tomar esos cafés que has mostrado y las playas. Después te invitaré a que vengas por estos lados.