Cuento infantil: Dos helados de chocolate

in GEMS3 years ago



Dos helados de chocolate



¿Cuánto cuesta señor?

Era la pregunta que frecuentemente hacía Carlitos un niño de 8 años y de escasos recursos. ¿A quién le hacía esa pregunta? Pues, al heladero. Cuando este le decía el precio Carlitos contaba las monedas que semana tras semana su mami le había dado pero no le alcanzaba.

Sus ojitos observaban a otros niños comprando helados y esto lo ponía triste porque él no podía hacer lo mismo. Pero eso no lo hacía perder la esperanza. Sabía que algún día saborearía un rico helado de chocolate que era su favorito. Pasaba el tiempo y por más que reunía y reunía no le alcanzaba el dinero.

Un día cuando regresaba de la bodega encontró un pollito en medio de la calle. Estaba solito. Carlitos preguntó a los vecinos y aparentemente no era de ninguno de ellos. Se lo llevó a su casa y le dijo a su mamá. Los dos pensaron que como todos los fines de semana pasaba por allí el camión que los vendía en el mercado, quizás se le había salido.


Carlitos muy resuelto le preguntó a su mamá que si le daba permiso para ir al mercado ya que quedaba cerquita de su casa para ver si conseguía al dueño del pollito. Su mami le dijo que sí. Carlitos, pollito en mano caminó hasta el mercado. Recorrió todos los puestos y no consiguió al dueño. Se regresó a su casa y a la semana siguiente hizo lo mismo. Y ¡sorpresa! pudo encontrar al dueño del pollito.

Carlitos le contó cómo lo había conseguido y que estaba buscando al dueño para entregárselo. El señor se conmovió muchísimo ante el gesto de honestidad de un niño de tan corta edad. Tomó al pollito y lo guardó en una caja, a la vez que le daba las gracias a Carlitos. Pero no solo le dio las gracias sino también muchas monedas como recompensa. El niño no quería aceptarlas pero el señor bondadosamente insistió. Dándole las gracias Carlitos las tomó en sus manos y se fue corriendo a su casa. Cuando su mami llegó le contó lo sucedido. Ella sonrió satisfecha y lo abrazó y besó tiernamente.


Al día siguiente, que por cierto era domingo, pasó el heladero y Carlitos salió rapidito de su casa y compró dos grandes helados de chocolate. No fue necesario preguntar ¿Cuánto cuesta señor? Sabía que ahora sí tenía suficiente para pagar. Se fue a casa y le dio uno a su mamita. ¡Por fin podían saborearlo juntos! ¡Cuánta alegría sintieron! Lo curioso de este relato es que las moneditas que semana tras semana su mami le había dado a Carlitos no le alcanzaban para comprar dos helados pero sí para uno, y esto ponía triste al niño porque el quería uno para su mami también.

Así que su amor y su honestidad premiaron a Carlitos con dos grandes helados de chocolate. Ah, ¡y todavía le quedaron monedas!


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Gracias por compartir @escritosdelalma, deja una hermosa lección como es ser honestos! Saludos.

Saludos @letrasyaventuras! Gracias por sus palabras. Estos relatos son una contribución para fomentar los valores. Agradecida de nuevo.

Que bello relato, la honestidad siempre traerá frutos.

Hola @zullyscott. Aprecio muchísimo su comentario y estoy de acuerdo con él.
Saludos.