[ESP-ENG] DANIA LA VIAJERA DE LAS ESTRELLAS: ARENAS DE LOS LAMENTOS || DANIA THE STAR TRAVELER: SANDS OF LAMENTS

in GEMS3 years ago

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Saludos comunidad HIVE. El siguiente relato corresponde a la serie Encuentros y Siluetas. Dania la viajera de las estrellas se encuentra en las arenas de los lamentos. Siempre agradecido por el tiempo que se toman al leer mis breves notas.

Greetings HIVE community. The following story is part of the Encounters and Silhouettes series. Dania the star traveler finds herself in the sands of wailing. Always grateful for the time you take to read my brief notes.

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En su búsqueda del amor por el universo, Dania la eterna viajera estelar, atracó con su fantástico velero en uno de los rincones más extraños del universo: En las arenas de los lamentos.

Este es un sitio donde algunas veces llegan quienes han deambulado en busca de sosiego para sus penas, angustias y pesares; otros visitan las arenas por oportunidades de negocios: De manera curiosa en las arenas de los lamentos se realizan incontables operaciones financieras y contratos económicos entre comerciantes y hasta entre planetas.

Pero la hermosa viajera, no estaba allí por sus penas, ni para hacer negocios, no; ella había desembarcado en esas lejanas latitudes para realizar reparaciones en la valerosa embarcación. Por años luz, el “Arconte” continuaba siendo su compañero de aventuras; algunas atractivas, otras arriesgadas y hasta trágicas. Por ello era necesario atender los requerimientos en su mantenimiento.

Esa era la razón y no otra, por la que Dania estaba accidentalmente en las Arenas de los Lamentos.

Con los instrumentos de precisión nano/técnicos, ella repasaba y afinaba cada parte de la nave, atenta por si aparecían los temibles “Artelontes”, autoexilados, quienes venidos de la tierra y otros planetas “terranos”, tenían sus fortalezas en las arenas. Si bien era poca su población, se les temía por practicar cobros o “alcabalas” al incauto cosmonauta que posase su nave en dichas arenas.

Justo cuando estaba culminando el acabado del fuselaje y recogía la instrumentación para proseguir su periplo cósmico; vio en el horizonte un grupo de hombres y mujeres acercándose donde estaba ella.

In her search for love in the universe, Dania the eternal star traveler, docked with her fantastic sailboat in one of the strangest corners of the universe: In the sands of laments.

This is a place where sometimes come those who have wandered in search of calm for their sorrows, anguish and sorrows; others visit the sands for business opportunities: In a curious way in the sands of laments countless financial transactions and economic contracts between merchants and even between planets are made.

But the beautiful traveler, was not there for her sorrows, nor to do business, no; she had disembarked in those distant latitudes to make repairs on the brave ship. For light years, the "Arconte" continued to be her companion in her adventures; some attractive, others risky and even tragic. Therefore, it was necessary to attend to her maintenance requirements.

That was the reason, and no other, why Dania was accidentally in the Wailing Sands.

With the nano/technical precision instruments, she reviewed and tuned every part of the ship, attentive in case the dreaded "Artelontes", self-exiles, who came from Earth and other "terran" planets, had their strongholds in the sands, appeared. Although its population was small, they were feared for charging or "tollbooths" to the unwary cosmonaut who landed his ship in those sands.

Just as she was finishing finishing the fuselage and gathering the instrumentation to continue her cosmic journey, she saw on the horizon a group of men and women approaching where she was.

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Los recién llegados saludaron con desacostumbrada cortesía, dos de ellos eran hombres gruesos, calvos y jóvenes. Las tres mujeres traían vestidos floreados como si vinieran o fueran a una fiesta. Un hombre quien vestía traje formal-a la usanza de los mesoneros antiguos de la tierra- se le acercó diciéndole:

Hola extranjera, hemos visto tú desempaño con el barco, se nota que sabes del oficio; dime¿quién eres y adónde vas?

Dania respondió con seguridad, dando a entender que no tenía miedo: Mi nombre es Dania, me llaman la viajera estelar, tal vez habrán escuchado de mí.

La mujer más joven la saludo efusivamente con las dos manos, aflorando una amplia y generosa sonrisa. Bien venida Dania, la viajera de las estrellas, dijo siempre efusiva; claro que hemos oído de ti, de tu barco prodigioso y de tus penas. Ven acompáñanos, vamos al ritual de las lágrimas, no queda muy lejos y veo que has terminado las reparaciones.

Dania miró a cada uno de los auto-exilados, y su conclusión fue que eran inofensivos; que los rumores tal vez eran exagerados, como todo en el universo.

Al rato de caminar llegaron a una gran concentración de seres venidos de varios puntos de las galaxias. Pudo observar que todos eran humanos, igual que ella. Rápidamente, la mujer joven fue presentando a la viajera, Al poco rato una nutrida concurrencia rodeaba al grupo.

Todos querían verla, tocarla, saber sus aventuras; conocer como era el errante enamorado, si lo consiguió y pudo verlo después de tanto tiempo. A pesar de que las preguntas despertaban recuerdos nada agradables, la viajera respondió con paciencia y amabilidad.

Luego de un rato, sonó una melodía exquisita, no era triste, pero tampoco escandalosa, más bien pausada; tanto para danzar, como para escuchar. Una fila de hombres y también mujeres se disputaron por una buena hora a Dania para bailar con ella. En una de las pausas musicales, Dania se disculpó y se sentó, observando el deslumbrante cielo nocturno de Las arenas del los lamentos.

No pasarían cinco minutos cuando una señora muy vieja, tal vez de cien años o más, arrimó una butaca y la dijo:Sabemos que llevas muchos años escudriñando entre las estrellas mujer, también sabemos de tu valor y decisión de no regresar a la tierra hasta que consigas lo que buscas. Luego con su tembloroso dedo señaló ¡Mira, mira! ¡Aquellas tres estrellas! Dania se fijó en las estrellas señaladas por la mujer.

The newcomers greeted with unaccustomed politeness, two of them were thick, bald, young men. The three women wore flowered dresses as if they were coming or going to a party. A man who was dressed in formal attire-in the style of the old innkeepers of the land-approached her and said, "Hello stranger, we have seen your unpacking:

Hello foreigner, we have seen your performance with the boat, it is evident that you know your trade; tell me, who are you and where are you going?

Dania answered confidently, showing that she was not afraid: My name is Dania, they call me the stellar traveler, perhaps you have heard of me.

The younger woman greeted her effusively with both hands, giving a wide and generous smile. Welcome Dania, the star traveler, she said, always effusive; of course we have heard of you, of your prodigious ship and of your sorrows. Come join us, we are going to the ritual of tears, it is not far away and I see that you have finished the repairs.

Dania looked at each of the self-exiles, and her conclusion was that they were harmless; that the rumors were perhaps exaggerated, like everything else in the universe.

After a while of walking they came to a large concentration of beings coming from various points of the galaxies. She could see that they were all human, just like her. Quickly, the young woman was introducing the traveler, soon a large crowd surrounded the group.

They all wanted to see her, to touch her, to know her adventures; to know what the wanderer in love was like, if she made it and was able to see him after such a long time. Although the questions awakened unpleasant memories, the traveler answered with patience and kindness.

After a while, an exquisite melody was played, it was not sad, but not scandalous either, rather slow; both to dance and to listen to. A line of men and also women competed for a good hour with Dania to dance with her. In one of the musical pauses, Dania excused herself and sat down, observing the dazzling night sky of The Sands of Wailing.

It wasn't five minutes later when a very old lady, perhaps a hundred years old or more, pulled up a chair and said to her: We know that you have been searching among the stars for many years, woman, and we also know of your courage and determination not to return to earth until you get what you are looking for. Then with her trembling finger she pointed to those three stars! Dania looked at the stars pointed out by the woman.

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Siguió la vieja su relato, “escucha errante cósmica”, crees que fue una casualidad el que estés aquí en las arenas del tormento, piensas que tu nave se averió y que tenías que repararla ¡No! ¡Mujer! Estaba escrito en los granos de estas arenas, ellas sabían que llegaría una extraordinaria mujer y vaciaría su pena, que sus lágrimas bañarían toda esta tierra y que esas lágrimas sanarían el dolor y los tormentos de los auto-exilados del universo. Por eso te vine a pedir que llores mujer, llores por nosotros. ¡Los grandes pecadores del cosmos! ¡Porque hace muchos años perdimos la facultad de llorar y llevamos una angustia de siglos; por lo que te rogamos llores por nosotros! La mujer se levantó y al memento llegaron otras mujeres y se postraron ante ella, al rato todos estaban a los pies de Dania rogándole por sus lágrimas.

Sin embargo, la viajera seguía inconmovible, sentía algo de asombro y al mismo tiempo temerosa, pero no entendía claramente, por lo que comenzó a retroceder suavemente, alertando con su llamador especial, al velero para que estuviera listo a una partida de emergencia.

De imprevisto, de la multitud surgió una pequeña como de seis años, y tranquilamente poso sus manos en las de ella, y dirigió sus ojos hacia los ojos de la valerosa mujer del espacio. Dania no supo exactamente cuando comenzó, lo cierto es que al instante sintió unos impulsos desmedidos de llorar; y así fue, por largos minutos. La viajera estelar lloró en las arenas de los lamentos, lloró tanto que cuando pudo irse en la portentosa embarcación, los habitantes de las arenas, los auto-exiliados; pudieron dormir con la certeza de que al día siguiente, Las arenas ya no se llamarían de los tormentos, sino: Las Arenas de las Alegrías, arenas que ya no serian de penas, donde la gran mujer terrena: Dania, navegante de planetas, dejó sus lágrimas para la felicidad de todos ellos.

The old woman continued her story, "listen cosmic wanderer", you think it was a coincidence that you are here in the sands of torment, you think that your ship broke down and that you had to repair it No! Woman! It was written in the grains of these sands, they knew that an extraordinary woman would arrive and empty her sorrow, that her tears would bathe all this earth and that those tears would heal the pain and torments of the self-exiled of the universe. That is why I have come to ask you to weep, woman, weep for us, the great sinners of the cosmos, because many years ago we lost the faculty to weep and we have been in anguish for centuries; so we beg you to weep for us! The woman stood up and immediately other women arrived and prostrated themselves before her, and soon they were all at Dania's feet begging her for her tears.

However, the traveler was still unmoved, she felt some astonishment and at the same time fearful, but she did not understand clearly, so she began to back away softly, alerting with her special caller, the sailboat to be ready for an emergency departure.

Suddenly, out of the crowd, a little girl about six years old emerged, and calmly placed her hands in hers, and directed her eyes towards the eyes of the brave space woman. Dania didn't know exactly when it began, but she felt an instantaneous impulse to cry; and so it was, for long minutes. The stellar traveler cried in the sands of the laments, she cried so much that when she could leave in the portentous boat, the inhabitants of the sands, the self-exiled; they could sleep with the certainty that the following day, the sands would no longer be called of the torments, but: The Sands of the Joys, sands that would no longer be of sorrows, where the great earthly woman: Dania, navigator of planets, left her tears for the happiness of all of them.

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Me despido reiterando mis agradecimientos por acompañar a la viajera de las estrellas, hasta un nuevo encuentro.

I take my leave reiterating my thanks for accompanying the star traveler, until a new meeting.


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